ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ

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Esperaron por unos cuantos minutos hasta que la grúa apareció en el sitio, asegurándose de que esta se llevara el vehículo de Kanawut sin contratiempo alguno. Una vez que fue así, Suppasit arrancó su propio automóvil, poniendo la dirección de su acompañante en el GPS, para hacer así la llegada más rápida de lo que será. Debido a que la lluvia los obliga a ir a una velocidad más baja de lo usual, con tal de llegar sin problemas a su destino.

Viaje que transcurrió entre risas y charlas, Mew se burló un poco de Gulf, así como también se quejó por lo necio que intentó ponerse al momento que Mew ofreció su ayuda. Y sin poder contener su lengua, el propio Gulf expuso lo igual de necio que Mew se puede poner de vez en cuando. Quejas y quejas que solo ameritaron muchas más risas.

Aún entre discusiones cargadas de bromas, el alfa tomó el saco que lleva consigo ese día, al cual por fortuna no había bajado cuando salió del auto a la hora acercarse a Kanawut, dándoselo a este para que se cubriera del frio. Al igual que se cubría con el aroma natural que el propio Suppasit produce. (El omega fue muy discreto a la hora de olfatear un poco más la prenda ajena).

Una comodidad se instaló entre ellos de forma tan natural y perfecta, que el camino de casi treinta minutos pasó en un abrir y cerrar de ojos.

Lo único relativamente malo era la presencia de la lluvia, que quizás ya no era con la misma intensidad que en la carretera, en realidad, a duras penas llovía en ese momento, el cielo está más oscuro que antes, pronto caería la noche por completo.

Mew aparcó el auto justo frente a la casa de Gulf, sonriendo con tanta paz y armonía, que no parecían correr el riesgo de ganar un resfriado luego de empaparse con el agua de lluvia media hora atrás. El CEO se toma un momento para mirar hacia el interior de la casa de su asistente, esperando ver alguna clase de movimiento, algún indicio de que alguien más este ahí, esperando la llegada de este.

No tarda demasiado en darse cuenta de que no hay nadie en casa.

—¿No hay nadie dentro?

Gulf negó inmediatamente, sacándose el cinturón de seguridad justo cuando escuchó que Mew apagaba el auto.

—Bright salió a pasear con su novio, quien me llamó con anticipación para pedirme permiso para llevar a Jai con ellos.

—¿Y traerá a Jai de vuelta más tarde o...?

—No sé, quizás Bright decida que es mejor que pasen la noche en su departamento. Lo cual está bien, así podré tomarme el tiempo de limpiar un poco y tener un rato para mí.

Al terminar esa oración, sus ojos se encontraron directamente con los de Mew. Hay un momento de silencio, no se trata de algo incomodo, simplemente comparten unos segundos sin decir palabra. Piensan al mismo tiempo, se contemplan y parecen tener la misma idea; o eso creo Gulf.

Suppasit observa con adoración como Kanawut se muerde el labio inferior, a decir verdad, no es muy discreto a la hora de hacerlo; como si quisiera que su acción fuera notada por su contrario.

—Antes... —su voz suena más aguda de lo usual, por lo que se detiene para aclararse la garganta antes de hablar—. ¿Dijiste que querías cenar, cierto? Cuando llamaste, ese fue el motivo de la llamada, ¿verdad? —Mew se limitó a asentir en respuesta, a lo que Gulf atinó imitar, pensando un poco antes de continuar con lo que estaba diciendo—. Bueno, ya que estamos aquí, ¿quieres entrar? Podemos preparar la cena y también puedes secarte —alcanzó el brazo de Mew con una mano, sintiendo la humedad de la tela bajo su palma, al igual que sintió como su bíceps se tensaba—, aún estás húmedo.

—Me encantaría bajar y cenar contigo.

El menor sonrió enormemente, inclinando su cuerpo hacia su contrario. Tomó por un pequeño momento el rostro de Mew con su mano derecha, dejando un suave y cálido beso en su mejilla.

Leisure Fusion | MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora