El Asalto

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En medio de las calles de la ciudad una mujer encapuchada en medio de la lluvia camina hacia un restaurante aun abierto, mientras entra y le sirven un café hace unos dibujos en una servilleta de un cherub el cual termina rayoneando como si quisiera matarle, la chica en cuestión es Deyanira y hasta donde sabe hubo una persona que quizás haya tenido información sobre cherubs y que posiblemente pueda facilitársela, pero se encuentra en un lugar difícil para la mayoría pero no para ella, no sería prudente lanzar un ataque a dicho sitio pero si quieres que tus maestros estén libres vas a tener que atacar... la prisión de "La Roca".

En la susodicha prisión, ubicada en un asteroide en "El Velo" se encuentran todos los nombres más infames y desdeñables posibles del universo, desde genocidas, tiranos, terroristas o gente que cometió los crímenes más horribles posibles como hackeo masivo, insurrecciones o herejía en el peor de los casos, pero ese día será especial para Gartio Makara (nada que ver con el aún más infame Gamzee Makara) pues por primera vez la alcaide Dalila Keanne le presentara a la más prominente y detestada prisionera de La Roca: Jane Crocker. Para este joven todavía se siente como si fuera ayer cuando luego de pasar los más duros y brutales exámenes físicos y psicológicos fuera admitido dentro del cuerpo de guardias de la prisión, se había pasado meses a cargo del centro de vigilancia revisando a través de las cámaras de seguridad dispersas en todas las instalaciones el comportamiento tanto de carceleros como carcelarios, ahora le tocara presenciar uno de los actos diarios de escarnio para Jane por primera vez, no se imaginaba lo que iba a pasar ese día.

La puerta de la celda de Jane se abría, Gartio estaba nervioso mientras Dalila con esa cara de que ya no importaba nada, al abrirse la puerta contemplaron a una Jane Crocker en un estado lamentable, encadenada como un perro, su ropa hecha harapos, su cuerpo lleno de cicatrices y moretones, su pelo despeinado y un rostro lleno de molestia eran todo lo que quedaba de quien fuese presidenta de Nación Humana, Gartio solo miraba sorprendido en tanto Dalila ya estaba acostumbrada a verla así.

- He aquí señor Gartio a nuestro huésped de lujo, Jane Crocker. – dice Dalila en tono frio señalando a la prisionera.
- Se ve más bonita de lo que creí. – responde Gartio.
- ¿Eso fue sarcasmo, tonto troll? – dijo Jane algo molesta.
- No hables Jane, este muchacho que ves estará cuidándote en lo que Demian viene a dar tus escarmientos diarios, así que Gartio vigílala y no caigas en sus juegos, a esta le gustan los payasos.
- ¡Si señora!
- Perro faldero.

Dalila se va de la celda dejando a Jane con Gartio, el chico solo queda mirando a Jane que se queda quieta esperando el dolor de cada día.

- ¿Acaso eres nuevo por aquí? – preguntaba Jane a Gartio.
- Bueno, sí, llevo meses aquí, pero es la primera vez que estoy con un prisionero. – respondió.
- ¿Y qué te han puesto a hacer? ¿Limpiar mierda de reo?
- Estuve a cargo de las cámaras de vigilancia del lugar, vi cómo te retorcías como una lombriz, así como los azotes que recibías, y ni que decir para que fueras al baño.
- ¿Aparte de mirarme como un pervertido hay algo más que hacías?
- Asistía a Lady Dalila, debo decir que tu vida aquí ha sido un infierno.
- ¿Un infierno? Este lugar es peor que la muerte, yo antes vivía en una mansión con todas las comodidades, ahora tienen que darme de comer como un bebe.
- Bueno, te enjuiciaron, al menos sigues viva.
- De no ser por esos imbéciles de la Orden del Martillo además de los traidores amigos que tuve podría seguir respirando aire limpio de la Tierra.
- Bueno, me contaron que hiciste muchas cosas malas.
- Si, lo hice, pero fue por el bien de todos ¿Qué tal si los trolls volvían a ese estado salvaje que tenían en Alternia?
- Pero no somos así todos, algunos, pero no todos.
- ¿Tu que sabes de eso?
- Mira, pareceré un juggalo, pero soy completamente diferente a como lo ven todos.
- ¿Diferente?
- Si, a pesar de mi aspecto Dalila y Demian me han dado mi confianza, me he dedicado a mi trabajo y me llevo bien tanto con compañeros guardias como con prisioneros.
- ¿A pesar de verte como un payaso y ser de razas diferentes?
- Si ¿Por qué tu no hiciste lo mismo?
- ¿Por qué? No lo entenderías.
- Me conto Dalila que fue porque fuiste criada por la infame Condesa.
- Si, así es.
- Pero no por ello debes desconfiar de nosotros por ella, no quiero sonar grosero, pero muchos te comparaban con ella.
- ¡¿Cómo te atreves a hacer eso?!
- Solo mírate, además me contaron que tuviste un hijo que dejaste muy descuidado con tu marido y a merced de Gamzee.
- Bueno, sí, pero era una mujer ocupada.
- ¿Al menos veías como estaba tu hijo?
- Bueno, no mucho, solo se que estaba tranquilo con Makara.
- Tranquilo pero no porque estaba a gusto con él, si no por miedo.
- ¿Miedo?
- ¿Acaso nunca viste sus expresiones?
- No, nunca.
- ¿Por qué no lo hiciste? Tenía miedo del payaso, pero tú lo ignorabas y no sé, a lo mejor pensabas que eran cosas de tu hijo, vi las grabaciones que usaron en tu juicio y se notaba como tu hijo por fuera estaba inmutable, pero por dentro quería correr.
- ¿El tenia miedo?
- Si... ahora que lo pienso... era como si...

Historias de la Tierra C: Los Capítulos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora