El Palacio

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Dentro de poco se celebraba una fiesta en honor a la emperatriz y su fiel vicaria imperial Alheena Propus preocupada sobre todo lo que acontecía últimamente, hasta que la misma senescal Daimon Poweri la tiene que calmar mientras los sirvientes preparan todo.

- Vicaria Propus ¿Qué es lo que le ocurre? La veo muy preocupada. – preguntaba Daimon.
- ¿Yo? Nada nada. – respondía Alheena. – Solo que...
- ¿Solo qué?
- Es que, con eso de que hay un ángel suelto por ahí que lastimo al maestro Thulle pues... me preocupa que la emperatriz por ser parte del Acolitado quiera enfrentársele.
- Oh vamos vicaria, no tema, esa mujer sabe defenderse.
- Pero me preocupa, de por si es joven para esta clase de cosas y que se vaya a pelear contra algo que pueda matarla me pone en vilo.
- De lo único que hay que preocuparse es que esa tal Mila Karalis aparezca para tocar esta noche, no tiene idea lo que me costo convencerle de venir hasta acá.
- Cierto, debería calmarme, solo eso, usted vaya a ver como esta la emperatriz, yo tomare una siesta.

En sus habitaciones Arquezan solo observa la ropa que se pondrá para la ocasión a pesar de que ella es de las chicas que no usa algo tan lujoso o llamativo, ha habido ocasiones en que ha recibido invitados en el salón del trono con la ropa del diario (unos pantalones rasgados y playera de banda de rock), pero por petición de la vicaria no tiene de otra mas que ponerse un vestido o algo sobrio pero formal, mientras tanto alguien llamaba a su ventana.

- Saludos hermana emperatriz. – saludaba el chico.
- ¡¡¡AAAHHH!!! – le arroja una almohada al chico que queda colgando de los brazos por la ventana.

El intruso era uno de los acólitos llamado Elliot Modeus, no era de los que participaba mucho con los demás si no que disfrutaba ser un "agente en las sombras", Arquezan al verlo se tapa la boca de vergüenza.
- Lo siento Elliot. – se disculpaba Arquezan.
- No se preocupe emperatriz, está bien ¿solo que me ayuda a evitar mi muerte? – es levantado por Arquezan.
- Ya estas mejor y por favor no me digas por mi título, me da cosa que me llamen asi, dime por mi primer nombre.
- Es por respeto, ya sabes, por cierto, tengo algo que decirte.
- ¿Qué ocurre?
- He investigado un poco y al parecer alguien intenta atacarla esta noche.
- ¿Tu crees? ¿Sera que esa tal "Deyanira" de la que los demás hablan atacara hoy?
- Lo dudo, aunque no está de más estar seguros.
- Como digas, tu vigila, estaré ocupada con la fiesta solo por la vicaría.
- De acuerdo.

En una habitación de hotel cercano al Palacio Imperial un troll de los antiguamente llamado "sangre alta" de nombre Sobeck Spatny esperaba su momento de atacar a la emperatriz mientras veía noticias sobre el concierto que Mila daría en el mismo lugar, alguien toca a la puerta y es nada mas y nada menos que Logias.

- ¿Servicio a la habitación? – dijo Logias.
- Largo. – respondía groseramente Sobeck.
- Oh vamos no te pongas así. – entra a la habitación sin preguntar.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Logias, es lo único que debes de saber.
- ¿Y tu que putas quieres?
- Tal parece que planeas algo
- ¿Qué te importa?
- Vamos, habla, por lo que veo miras de reojo a la emperatriz.
- Ya te dije que te importa un culo.
- Bueno, solo quería ayudarte, pero bueno.
- ¿Ayuda? A ver habla.
- Parece que quieres el poder.
- Esa niña de casta inferior no merece llevar corona.
- ¿Y tu eres el mas adecuado?
- Trizza está muerta, esa Meenah dejo de merecer la dignidad y los demás de mi sangre no lo merecen por ser traidores.
- ¿Y como vas a lograr eso tu solo?
- Convencí a cultistas jubilitas de unirse a mí, a cambio de permitirles practicar su aberrante fe.
- Vaya, si que la tienes ya planeada.
- ¿Y tu como piensas ayudarme? Escupe.
- Déjame actuar a mi manera, no te preocupes.
- Esta bien, pero si haces alguna estupidez será tu fin.

Esa misma noche en el palacio llegaba la estrella del momento, la cantante que amenizaría el banquete el palacio, la madre de Stella, Mila Karalis, que bajaba de su limosina voladora vestida con sus mejores galas y recibida por Daimon.

Historias de la Tierra C: Los Capítulos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora