La Verdad Sobre Yiffy

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Unos días después del juicio de Jane y su posterior condena a "La Roca" tuvo lugar una reunión entre Gideon Thulle, gran maestro de la Orden del Martillo, con Kylean Loftus, quien como Pontifex Maximus de la Iglesia del Sufridor era su superiora, así como también se encontraban Gregory Kiddo y su pareja Katia Evans que la misma Kylean había invitado a tomar el té, el tenía unas preguntas que hacerle al respecto de un tema, uno que tenia que ver... con uno de los acólitos.

Ya sentados en la mesa todos disfrutando de los pastelillos y del té de naranja que ella había preparado Gideon miro a Kylean y le pregunto con bastante interés.

- Quiero que me aclares algo Kylean.
- ¿Sobre que Gideon?
- Sobre... Yiffany Harley.
- ¿Qué hay con ella? – le pregunto Katia.
- ¿Qué deseáis saber sobre ella mi querido amigo? – pregunto Kylean a Gideon.
- Bueno, no se como plantearlo.
- Vamos, dímelo.
- Cuando Sirius me pidió ir por ella al internado donde se encontraba me quede pensando ¿Por qué me pidió ir por esa chica en particular? Hasta que me respondió "Ella es hija de Jade Harley".
- Imposible. – dijo conmocionada Katia. – Hasta donde yo sé, ella posee genitales de un can macho.

La manera en que lo dijo hizo que Greg escupiera el té de sorpresa, el era de los muchos que no sabían que Jade a pesar de ser mujer llevaba algo que "colgaba".

- Hasta yo lo sé, pero no quería hablar de eso si no de otra cosa. – aclaro Gideon.
- ¿Cómo que Gideon? – le dijo Kylean.
- Cuando le pregunte a Sirius quien era esa niña o como había surgido el me conto que había sido procreada del vientre de Rose Lalonde.
- ¡¿Cómo?! – exclamo Katia de exaltación.
- Tranquila Kat, tranquila. – le decía Kylean mientras Gideon seguía.
- Y me quede pensando luego de decirme eso "¿y como demonios lady Kanaya nunca se había dado cuenta?".
- Sobre eso... Gideon, Kat, Greg, deben saber la verdad, pero les pido lo dejen en el más absoluto de los secretos, se los pido, fue algo que solo Sirius me conto a mí.
- De acuerdo. – dijeron al unisonó los demás.

Mientras tanto en la Academia Beforiana donde los acólitos (entre ellos la misma Yiffy Harley) estudiaban había sonado el timbre indicando hora del almuerzo, en una de las mesas Edward Bayley, Silver Acktay, Aramus Serket y Lyckos Boreas empezaron a hablar sobre cosas cualquiera, hasta que sacaron el tema de Yiffy sin querer.

- Oigan chicos. – comenzaba Edward. – Muchos de nosotros nos conocemos unos a otros como si fuéramos clones o algo así.
- Deja de hablar pendejadas y explica Bayley. – regañaba Aramus.
- Bueno, hay tantas cosas que no se sobre Yiffy.
- ¿Y como que quieres saber Eddie? – le dijo Silver. – Tú sabes bien como nosotros que somos la clase de persona a la cual no le cuenta su día a día.
- Lo sé, lo sé, solo es que, hay tanto que no sabemos de ella, pero yo si quiero saber por lo menos una pizca de su vida.
- ¿Y sobre que quieres preguntarle? ¿o sobre que te gustaría preguntarle? – le dijo Lyckos antes de comer su sándwich.

De regreso en el palacio pontificio, los tres invitados de Kylean prestaban atención a la historia que ella estaba contando, todo esto ocurrió hace trece años, en el mismo año en que ocurrió la decisión de John, la aparición de Jasprose y el Concilio de Sodor; en aquella época Sirius Thulle recibió la audiencia de una melancólica Jade Harley que acudía en presencia de Sirius, le pidió hablar con el en privado y ambos fueron al "Coro del Silencio" (una sala construida donde ningún sonido entra o sale de allí) donde tuvieron su charla.

- Vamos, siéntate hermana Harley ¿Qué es lo que os aflige en el corazón? – le pregunto Sirius preocupado.
- Bueno, he visto que varios de mis amigos ya tienen familia, Rose y Kanaya adoptaron a una pequeña larva, John y Roxy esperan a su primer hijo, en cambio yo... tengo a Dave y Karkat, pero ellos no se animan a formar familia conmigo o no se deciden como formarla. – dijo Jade triste.
- Básicamente te dieron celos, por decirlo así, de aquellos amigos que ya tienen hijos por no tener los tuyos.
- Así es, quiero tener hijos, una familia, siento que llegare al punto en que estaré sola.
- No digáis eso hija mía, tenéis al Sufridor que no abandona a su rebaño.
- Me refería a alguien físicamente, pensaba en sentir esa hermosa sensación de albergar vida dentro de mí, de no ser por cierto "impedimento" físico.
- ¿Impedimento? ¿De que habláis?
- De que... me da vergüenza decirlo santidad.
- Tranquila Jade, podéis contármelo con toda confianza, lo que se diga en este salón no sale de aquí, solo tu y yo sabremos lo que se ha oído, contado y visto.
- Bueno, pero mejor en vez de decírselo se lo mostrare.

Historias de la Tierra C: Los Capítulos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora