Cuando llegue a la cafetería de siempre la mañana siguiente me encontré con Alex y sus amigos que estaban tomando un café, sentados en una sala de estar. Al verme me llamaron para que me sentara con ellos, pero justo cuando me acerqué Henry se levantó y se fue a toda velocidad, lo mire confusa pero no le tome mas importancia y me senté con ellos.
— ¿A donde fuiste ayer? —preguntó Natalie— fui a buscarte a tu habitación para preguntarte algo sobre el libro pero no te encontré.
— Salí a caminar por ahí — dije con naturalidad y Alex me miró como si estuviera loca— ¿que?
— Nada, —dijo Alex— no me gusta que salgas tú sola. Debiste llamarme si querías salir.
— Déjala tranquila —dijo Olivia con un tono burlón— está zona no es peligrosa. Exagerado.
— Ya lo sé, pero ella no conoce el lugar y podría perderse.
Como nadie tenía más que decir al respecto comencé a hablar con Natalie sobre qué era lo que necesitaba que le explicara del libro. Ella comenzó a decirme que le estaba encantando y que no podía dejar de leerlo, que le parecía muy interesante la trama y de más. Mientras escuchaba a Natalie me llego un mensaje que no esperaba en lo absoluto.
Desconocido: Hoy te ves muy linda. Aunque siempre lo haces. Por cierto, soy Pablo.
Me extraño un poco el mensaje y a la vez me sorprendió, como no lo había visto le pregunté donde estaba.
Desconocido: Estoy en la ventana justo detrás de ti. Si no me ves es por que estoy algo escondido, no quiero que ni Alex ni Natalie me vean y no me dejen seguir hablando contigo ¿ya pensaste en lo del café?
Yo: Si, está bien acepto el café.
Desconocido: Te parece bien ¿hoy después de clases?
Yo: Si esta bien. Hasta entonces.
Nadie pareció notar mi desconecte, por lo que seguí hablando con Natalie hasta que tuve que irme a clase, era la de Sistemas Jurídicos, esa clase me ponía de los nervios pero a la vez la amaba. Luego de mi clase tuve un pequeño descanso ya que mi profesor de Teorías del estado tuvo un contratiempo y no llego a dar clase; decidí ir a comer algo y como note que en la cafetería donde estuve antes vendían comida fui ahí para no tener que buscar más.
Me quede tan envuelta entre las páginas del libro que no note cuando alguien se sentó conmigo. Por suerte no era un desconocido, pero para mi mala suerte era Pablo que por alguna razón me miraba como si fuera la persona más linda del lugar.— Debe ser muy bueno para que no notaras que me acerque —dijo con la sonrisa más bonita que había visto.
Su sonrisa me recordaba a la de mi padre, se veía tan sincera y pura que me daban ganas de abrazarlo como lo hacía con mi padre cada vez que me miraba o me sonreía de esa manera.
— Si, es muy bueno —cerré el libro y continué— tal vez algún día te lo preste, claro si tú quieres.
— Me encantaría, pero antes debo saber de que es, imagínate que fuera un libro de esos súper cursis para adolescentes que hablan solo de un príncipe que va a rescatarlas. Creo que no me gustaría.
—me reí y dije— No, no lo es. Seguro que si te gustaría.
— No me gustaría nada Jo, —se rio y dijo— entonces ¿de que trata?
— Es la historia de cuatro hermanas, pero se centra más en una sola que es distinta a las demás chicas de esa época, no quiere contraer matrimonio, ni está en busca de un esposo con gran fortuna o apellido importante. Ella tiene sueños, esperanzas, metas y cree que al casarse todo eso se esfumara. Y demuestra que las mujeres no nacimos para ser vendidas al mejor postor por tierras o una parcela de vacas como era en ese entonces, sino que vinimos al mundo para algo más grande que atarnos a un hombre para siempre.
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El Día En Que Mire Las Estrellas En Tus Ojos
Roman d'amourElla no encajaba en ningún lugar. Él encajaba en todas partes. ¿Puede el amor sanar un corazón que se ha roto en mil pedazos?