Capitulo 21

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Parte 1

Pablo

Llegue al parque donde habíamos quedado en vernos Josy y yo, y mire a mí alrededor buscándola. La encontré recargada en su motocicleta mirando distraída su teléfono.

Se veía tan bien como siempre, tenía los labios color rojo intenso y su chaqueta de cuero a pesar de la lluvia. Me acerqué a ella y me sonrió en cuanto me vio, hubiera hecho lo mismo de no ser porque en cuanto estuve frente a ella la atraje hacia mí y la besé como había estado esperando desde la última vez que la había visto.

Coloqué una mano en su nuca cuando ella me siguió el beso, la hice retroceder hasta que volvió a sentarse en la motocicleta. Estuvimos así unos minutos hasta que se separó por aire.

Abrió los ojos lentamente.

— ¿Hola? —murmuró divertida y luego comenzó a reírse.

— ¿De qué te ríes? —sacudió la cabeza.

— Tienes... —señaló su boca y ladee la cabeza.

— ¿Qué? —me toque la boca y rio.

— Espera —pasó su pulgar por mis labios—. Listo.

— Gracias —sonrió.

Ninguno decía nada, únicamente disfrutábamos del estar juntos hasta que rompió el silencio.

— ¿Como te fue en tu juego?

— Bien, perdimos —soltó una risa.

— Que raro, pensé que ganarían, se ve que eres buen... eh... atleta.

— ¿Se ve? —dije divertido.

— Te ves eh... fuerte y eso. Observó a las personas y a ti en especial, se ve que sabes lo qué haces —dijo a trompicones y sonreí.

— ¿A mí en especial? —enarque una ceja y asintió.

— Digamos que me caes particularmente mejor que el resto de las personas. Hablando de eso te tengo una sorpresa.

— ¿A mí?

— No Pablo, a tu hermana —reí y metió una mano en su mochila—. Cierra los ojos.

Obedecí y esperé pacientemente hasta que tomó mí mano y puso un pequeño objeto en ella. Abrí los ojos y me topé con los suyos brillantes y curiosos.

— ¿Qué es esto, bonita?

— Una caja, obvio —se burló y me reí—. Venga ábrelo.

— No necesito nada, solo te quiero a ti.

— Cállate y ábrelo.

Sonreí y abrí la pequeña cajita, en ella había un llavero más o menos grande. Tenía tres dijes de metal, el primero era un pincel, el segundo una motocicleta y el tercero era un reloj.

Fruncí el ceño sin entender lo del reloj hasta que mi mente hizo clic y me di cuenta que era idéntico al reloj de vapor de Gastown. Lo admiré un segundo antes de centrar mí vista en ella que me observaba curiosa y nerviosa.

— Era un pequeño obsequio por tu triunfo, aunque también de consolación en caso de que no ganaras, como es el caso—volví a mirarlo y comenzó a balbucear—. Lo mande a hacer hace unos días, tenía pensado hacerlo un collar, pero no sé si te gustan porque nunca te he visto uno... hmm... ah mira combina con mí pulsera.

Se descubrió la muñeca donde tenía su cicatriz para mostrarme una pequeña pulsera de esclavas que tenía los mismos dijes. No dije nada, en cambio sólo la miré.

El Día En Que Mire Las Estrellas En Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora