Cuando salió del baño tan solo pasó saliva sintiendo el apretón que le dieron sus intestinos ante la llega del día, corrió rápidamente cuando escuchó el primer pitido de la alarma, se sentó en la orilla de la cama y tan solo intentó contener los nervios que ya le estaban haciendo temblar el cuerpo.
No tuvo la mejor noche, en realidad no ha tenido muy buenas noches desde hace varios días, le cosquilleaba el estómago, se le tensaban los hombros y es que Meira ha ido comprendiendo que muchas veces su mente era demasiado volátil, así que le tomaba la mitad de un segundo estar divagando en todo lo que iba a conseguir si hacia bien su trabajo, ¿el mayor problema? Que en esos castillos ya construidos muy contra su mejor raciocinio, alcanzaba todas esas metas hablando y hasta haciéndose amiga del hombre que pedía como regla principal no hablar.
Siempre sentada en la orilla de la cama tomó el sobre que contenía las reglas del señor Alejandro, quien pedía ser trato bajo ese calificativo de entrada "señor" claro que esa petición a Meira le soltó la lengua feminista y hasta estuvo tentada a no seguir leyendo nada de un jefe que por esos minutos consideró abusivo y machista, necesitó de la paciencia de Margaret y las palabras sencillas de Yeona para comprender que no era nada diferente a lo que sus otros jefes habían pedido.
Con la ayuda de su hermana y sobrina leyeron, comiendo pastel de manzana tibio y helado, las famosas reglas del fantasma del ala este, Margaret muchas veces frunció el ceño viendo a su hermana, temiendo a esa idea que su mente ya amargada por la realidad de los golpes de la vida le indicaba que quizás Meira no iba a lograr cumplir con todos los objetivos ahí plasmados.
El documento comprendía siete hojas, escrito en computadora detallaba en resumen las reglas que el jefe y dueño de la casa había establecido para los nuevos empleados contratados, Margaret sintió extraño que en ninguna parte del documento se nombrará los apellidos de Alejandro o bien el nombre del señor Castle, quien parecía ser el puente de comunicación entre los empleados y el jefe.
Meira se fue a la última hoja del documento donde vio, como en un diagrama de imágenes casi como si hablaran con niños, representaban todas las diez reglas de oro para el buen funcionamiento y conservación del puesto de trabajo adquirido, estas se comprendían de la siguiente manera:
Ninguno de los empleados debe dirigirse al señor Alejandro de forma personal y sin previo permiso o aviso, en caso de necesitar dirigirle unas palabras deberá transmitírselas al señor Castle y este comunicará el mensaje, determinando si la reunión con el señor Alejandro es válida o puede ser resuelta sin su intervención.Los empleados deberán presentarse veinte minutos antes de su horario establecido, dirigirse hacia el área posterior de la casa donde se le entregaran los elementos con el que cumplirán sus labores, según el puesto asignado.Cada empleado ha recibido un uniforme que debe lucir durante toda su jornada, de sufrir algún accidente con el mismo solicitar un reemplazo con brevedad, NUNCA vestir su ropa de casual dentro de las instalaciones de la mansión.Se espera que el personal complemente su uniforme con accesorios formales y oscuros, calzado oscuro, cómodo, uñas cortas, en damas no se permite esmalte de colores vibrantes u oscuros, caballeros cabello corto, y prolijo, peinado hacia atrás, damas cabello en cola alta, maquillaje neutral y joyería sencilla en caso de utilizarla, todos los empleados deberán tener el celular en vibración o apagados, queda estrictamente prohibido el uso de celulares dentro de la mansión o tomar fotografías, el incumplimiento de esta norma significa despido inmediato.Los empleados deberán estar preparados para su salida diez minutos antes de la hora acordada, es inaceptable que se queden un solo minuto después, de ser así considerar su despido inmediato.Cada empleado ha sido asignado a un área en su entrevista, mantenerse en la misma durante el tiempo que sea estipulado, los cambios serán notificados con tres días de anticipación, de moverse de área antes de esa notificación su despido será inmediato.Ningún empleado podrá visitar la mansión los fines de semana, al menos que el señor Alejandro o el señor Castle así lo hayan indicado, sin importar la carga de trabajo que ha quedado pendiente el cumplimiento de sus horarios asegurará su permanencia en el puesto.En caso de necesitar un día libre se le pide al empleado que por favor notifique con al menos doce horas de anticipación, de esa manera el día afectado podrá ser cubierto con brevedad, de no realizarlo de esa manera el puesto será reemplazado de manera permanente.Todos los empleados tienen completamente prohibido el acceso a la habitación principal del señor Alejandro, así como a su oficina y el salón identificado como 34b en el primer piso, de encontrarse la prueba de que alguno ha penetrado dichas habitaciones, su despido será inmediato.CUALQUIER EMPLEADO QUE HABLE CON EL SEÑOR ALEJANDRO O LO INTERRUMPA EN SUS LABORES DIARIOS, SERA DESPEDIDO DE MANERA INMEDAITA.
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La fuerza del destino.
UmorismoMeira tenía un solo deseo, salir de la pequeña provincia inglesa donde vivía y dedicarse a su verdadera pasión, la música. Solo que para cumplir ese sueño había un pequeño o mejor dicho muchos problemas: ella no tenía dinero, patrocinadores, era el...