💀Tu rey del infierno💀⚫

глава 14

Actualidad

Cuando mi madre murió Anton me arrastró a este infierno, fue ahí que comprendí quién era Anton y cada uno de ellos rumores aterradores que decía de él era verdad. Por un tiempo pensé que se descargaba conmigo, que en realidad si sentía dolor y me convirtió en su bolsa de boxeo para calmarlo y yo como un imbécil seguía ahí aguantando, pude escapar pero era lo único que me quedaba y ya estaba demasiado dañado como para irme.
Y seguía con esa estúpida esperanza y con el deseo incumplible de mi madre.
Con el tiempo el logró su cometido, me convirtió en lo que soy ahora, en su maldita arma, me destruyó tanto que pensaba que era irreparable que ya no tenía solución por más que fingía frente a él que no había cambiado, que seguía siendo el mismo Arseni de antes y eso pensé hasta que ella re apareció en nuestras vidas..
Anton tomándome por sorpresa se había fijado en ella, como animal feroz acechando a su presa, logró acercarse, logró que ella quisiera tenerlo cerca, fingiendo y sin mostrar su verdadero ser y su naturaleza. Y aunque de cierta manera me deja intranquilo, la actitud de Anton había cambiado un poco y su humor igual, tal vez mamá tenía razón, llegué a pensar, tal vez hice bien en entregala casi como un sacrificio en un intento desesperado de sobrevivir.... pero aún así cada vez que la veía a escondidas mi corazón se aceleraba, no podía evitarlo, el deseo me ganaba y la necesidad de sentirme, como ella me hacía sentir, sin hablarme, sin conocerme, sin mirarme.
Ella sin querer me devolvió la vida. Aquella vida que regalé a mi hermano.
Traté de seguir con mi vida, de olvidarme del tema, de ella...pero me era imposible.

Me alejé de la puerta para luego cerrarla despacio y sin hacer ruido alguno caminé para salir de casa. Apretando mis puños con fuerza, entre a mi auto, apoye mi frente en el volante y cerré mis ojos por unos segundos, unos segundos eternos en los cuales aquella imagen de Anton adueñandose de su cuerpo volvían a mi. Sentí como mi sangre hervía y la ira fluía dentro mío, golpee varias veces el tablero.
Furioso porque no quería sentir lo que sentía pero a la vez si también me hervía la sangre saber que ella se había entregado a él.
Furioso porque desee ser yo quien la tomaba y aún así saber que sería imposible.
Furioso conmigo mismo porque yo provoqué esta situación, yo sabía que no la merecía pero aún así se la dí en bandeja de plata ignorando aquel sentimiento que crecía en mi desde que la vi, desesperado por encontrar alguna salida, una salida que creí ver pero al final después de todo yo sigo sintiéndome encerrado en una pieza pequeña y oscura, una que no tiene ventanas, una que no me deja respirar en donde Sophie y Anton se encuentran libres del otro lado de la puerta.