глава 12

363 27 3
                                    


3:00 a.m

Sophie dormía acurrucada en mi pecho.
Como era de costumbre esta chica me quitaba el sueño, su cálido cuerpo transmitía a mi cuerpo frío tanto calor que parecía una pequeña estufa.
Su rostro era perfecto, el rostro más perfecto que pude haber visto jamás. Su pequeña nariz adornaba su rostro al igual que esos apetecibles labios...aquella boca tan pequeña y redonda, rosada y rellena, aquella boca que me hacía tan adicto.
Todavía me impresionaba de sus pestañas tan largas y negras. Sus pequeñas pecas le daban un aspecto tan inocente y angelical.
Y su piel, su piel tan aterciopelada y suave, al igual que su negro cabello azabache.
¿ Que era esto que sentía?.
¿ Cómo reacciono ante todo esto?.
Ante todo esto que es tan nuevo y desconocido para mi.
Ella se estaba volviendo mi debilidad, en la misma debilidad que un día mi madre fue. No quiero aceptarlo, no puedo...pero a la vez me gusta, me gusta volver a sentir algo aunque esto me perturbe.

Enamorado..esa palabra todavía rondaba mi mente.
¿ Qué es estar enamorado?.
¿ Qué se siente?.

No lo sé.
De lo único que estaba seguro es que esta chica me pertenecía.
Su cuerpo, su corazón y su alma lo hacían. No iba a temerle a lo desconocido, jamás lo hice, eso es lo que menos siento, miedo. Por algo soy quién soy. Porque no puedo sentir miedo.

----

- Buenos días.- me dijo Sophie mientras abría lentamente sus ojos, sonreí.
-Buenos días.- le dije acariciando su rostro.- ¿Dormiste bien?.- pregunté.
- Si...y ¿vos?.- no había pegado un ojo durante toda la noche, me había dedicado a mirarla dormir, no me sentía cansado, estaba acostumbrado, hubo épocas en donde pasaba días sin dormir.
-Si, mejor que nunca.- me acerqué a esa boca tan adictiva, y la besé, sonrió.
El beso tomaba intensidad y la excitacion se hacía presente, mis dedos quemaban su piel, podía sentir como cuerpo ardía, como de su boca pequeños gemidos luchaban por salir.
- No los reprimas.- le dije mientras pasaba mis dedos por el borde su pezón.- quiero escucharte.- besé su cuello.
-Pe..ro..Arseni...- dijo como pudo.
- No te preocupes por él.- ahora bajando mis besos por su vientre.- él ya se fue al trabajo.- gimió alto en cuanto mi nariz rozó su bulva.
-An..ton.-tomó fuerte de las sábanas en cuanto rompí su tanga.- Era..mi favorita.- reí.
- Prometo comprarte otra, ahora solo me estorbaba.- no deje que respondiera, ya que acerqué mi boca a su entrepierna. Soplé estremeciendo su cuerpo.- Te vas a hacer tan adicta a mi, que nunca vas a poder dejarme, casi tan adicta como yo estoy de vos.- probé su sabor, para mi era dulce, toda ella era dulce, lami como si fuera la última vez.
La preparé para que me reciba.
- Ya estas lista para mi.- le dije besando sus labios y rozando con mis dedos su vagina.- solo para mi, que nunca se te olvide Sophie.- coloqué el preservatido en mi pene sumamente excitado, me tenía tan caliente, nunca me había sentido así.
Entré con cuidado y esperé que se acostumbrara.
- Dios....- gimío en cuanto comencé a embestirla lento y profundo.
- Dios no nena, yo, soy yo quién provoca tus gemidos, solo quiero que mi nombre salga de esa boca mía.- aceleré mi ritmo, llevándonos al mismo infierno.- quiero que lo digas Sophie, quiero que digas a quién perteneces.- paré brusco.
- Por...por favor...Anton..- rogó.
-¿A quién le perteneceses cariño?.- embestí profundo.- ¿ Quién es tu dueño?.- gruñi excitado.
- tu..ya..Anton...- susurró.
- No te escucho.- embestí más rápido.
-¡Tuya!.- gritó en un gemido llegando al climax. Gruñi llegando al mejor orgasmo que pude haber tenido.
- Y que nunca se te olvide.- le dije con la respiración acelerada. Una pequeña capa de sudor dejaba su piel brillante ante la luz, parecía un diamante. Una escena que me excitó al instante.
-Eso fue...- no termino la frase, ya que tomé su boca nuevamente.- Anton...-dijo riendo.
- Hoy no planeo dejarte ir cariño, ahora que me adueñé de tu cuerpo, que probé de el.- besé su cuello, y besé la marca que había dejado en el.- no puedo dejarte ir nunca, sos mía aunque no quieras.- le susurré.
- Anton con respecto a eso...yo.- negué callandola.
-Lo lamento, pero ya no hay vuelta atrás, vos misma lo dijiste Sophie, sos mía.- volvía a tomarla como mía, llevándonos al infierno, quemandonos con aquel fuego eterno y uniéndonos en un placer delirante.

💀Tu rey del infierno💀⚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora