глава 5

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Sábado

Ansiedad, eso era lo que sentía mientras movía mi pierna derecha intranquilo y nervioso, miraba la hora de mi reloj de muñeca 10:58:59. Esa era la hora exacta que marcaba. Los dos minutos más largos de mi vida, en cuanto dieron las 11 en punto, abrí la puerta de mi auto completamente negro. Troné mi cuello para así relajarme y caminé hacía la puerta de su departamento, respiré profundo y tomé el timbre con mi dedo índice.

-Voy.- escuche su melodiosa voz mientras sentía como hacía eco por todo mi cuerpo llenándome de un gustoso cosquilleo, en cuanto la puerta abrió dejándome ver aquel hermoso rostro angelical, una sonrisa se posó en mis labios al verla mirarme alegre.- ¡Anton!.- me dijo mientras miraba el reloj colgado en una de sus paredes blancas.- que puntual sos.- me dijo con esa impecable sonrisa que parecía ser parte de ella las 24 hs del día.

-Esa es una de mis mayores cualidades.- le contesté de nuevo con una sonrisa en mi rostro.

-Esa esa una genial cualidad déjame decirte.- me aclaró apoyando un dedo en su mentón.- en cuanto a mi debo confesarte que soy un desastre...la puntualidad y yo no somo amigas.- Río de su propio chiste, sin evitarlo yo también.- Ven..pasa..pasa.- me abrió camino.

En cuando pasé por su lado, su aroma golpeo mi rostro, aspiré fuertemente deseando nunca más dejar de sentirlo.

-Sentite nuevamente como en tu casa.- me animó, yo sólo asentí.- ¿jugo de manzana?.- me preguntó con una pequeña sonrisa a lo que asentí.

- Si por favor.- se giró para así entrar a la cocina. No pude evitar mirar aquel hermoso y redondo culo, el cual me incitaba a apretar con fuerza. Ese jean oscuro que quedaba justo y hacía que su culo se vea delicioso. Negué con mi cabeza varias veces tarando de borrar aquella imagen de su bonito culo junto con ese culote verde agua.

Me sentí tentado en curiosear por su departamento. Camine hasta un mueble en donde habían varias fotos con unos ridículos y coloridos cuadros. Puede apreciar su hermoso rostro a través de los años. De cuando era un bebé, de cuando era un niña, de cuando era una adolescente y de cuando al parecer eran actualizadas. En todas ellas estaba acompañada, de su mamá y papá, de su abuela, de los que aparecen eran sus amigas y amigos de la escuela y secundaria. Podía reconocer a casi todos y todas en las fotos familiares, excepto a una. En ella Sophie aparecía con una hermosa sonrisa al dado de una chica morena que la abrazaba y miraba con cariño.

-Carolina.- mi corazón se aceleró al sentirla tan cerca mío. La miré de reojo apreciando lo pequeña que era, demasiado a comparación mía, en una de sus manos tenía el vaso con jugo de manzana y con la otra tomó el porta retrato en la que aparecía con la chica.

-Ella es...- no terminé la frase, esperando así que ella la completara por mi. Carajo su aroma era tan delicioso.

-Ella fue mi gran amor en la universidad.- Carajo pequeña, lo haces de nuevo, otra vez me haces elevarme a lo alto para después dejarme caer y estrellarme contra el suelo, apreté mis puños con fuerza. La frustración que sentí me quemada por dentro.- Tuve varios amores en mi vida.- comentó.- Pero ella lo que tuve con ella...no tuvo comparación.- Mis dientes dolieron por la presión que ejercí en ellos.

-¿Donde está?.- espero que muerta desee con todas mis fuerza, pero aún así luchando por el odio que sentía de que Sophie pensara eso de aquella morena.

Miré nuevamente la foto y la odie, odie ver la manera en la que ella sostenía la pequeña cintura de Sophie, odie la manera en la que le sonreía, odie en la manera que Sophie sonreía junto con ella, pero aún más odie ver la mirada triste y melancólica que Sophie poseía en este momento, la odie, odie a esa morena y le desee una de las peores muertes posibles.

-Oh...ella me engañaba con otra compañera de la universidad en mi primer año...- no puede evitar gruñir furioso.- Habíamos estado juntas dos años y ella jamás me fue fiel ni de cuerpo ni de corazón.-me dijo suspirando al recordar.-Cuando me enteré fue en el tercer año, porque las vi juntas en una de las tantas fiestas que organizábamos juntos con mis compañeros y compañeras de la carrera.-me dijo mirándome con aquellos ojos tan raros, sacando al instante aquella furia que me estaba poseyendo.- Cuando fui a encararla, tuvimos una pelea super fuerte en donde me confesó todo.- río sin gracia.- podes creer en que tuvo el descaro de decirme que si me amaba pero a la vez la amaba a ella y que trató de amarme sólo a mi pero el amor que sentía por la otra chica era más fuerte.- volvió a dejar la foto en su lugar.- te juro que es ese momento sentí como mi corazón se rompía no importaba lo fuerte que sonaba la música o los gritos y el ruido...te juro que yo lo escuché...luego de esa noche no la había vuelvo a ver cursar ninguna de las materias que teníamos y luego supe que la chica con la que me engañaba dejó la carrera y ella también para perseguirla a Alemania creo.- me dijo encogiéndose de hombros.

-Espero que alguien le dé su merecido.- Le contesté, deseando esta vez ser yo, quien apague esa mirada estúpida llena de vida de aquella morena que se atrevió a romper su corazón.

- Sinceramente me da igual lo que le pase a ella.- me dijo sorprendiéndome, aquella dulce mirada se apagó dejándome ver cierta oscuridad en ellos.- digo...no le deseo el mal...pero estoy segura que la vida o el karma como quieras llamarlo, se encargará de hacerla pagar todo el daño.- me dijo ya más tranquila.- fue hace años ya...ya puse superarla y curar mi corazón- me dijo sincera, volvió a mostrar aquella sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Puedo saber el porqué aún posees esta foto?.- le pregunté curioso, luego de que su sonrisa me trasmitiera algo extraño.

- Me creerás loca o...masoquista.- río nerviosa mientras me extendía el vaso de jugo, lo tomé y la seguí al sillón.- Pero es para recordarme que nunca se está a salvo de que te rompan el corazón.- jugó con sus dedos.- que no debo volver a enamorarme...no importa quién sea la mujer o el hombre que entre a mi vida...- uy quieto...¿Dijo hombre?.

-¿Hombre?.- una vez más una pregunta estúpida salía de mis labios sin poder evitarlo.

-Claro que hombres...-me dijo mientras ría.- no importa el hecho que una mujer halla sido mi primer gran amor y la que me haya roto por primera vez mi corazón Anton...pero aún así los hombres me atraen y mucho...al igual que las mujeres.- me confesó un poco sonrojada.

Aquellas simples palabras pero para mi una importante confesión provocó en mi una inmensa felicidad, tantas veces mi madre me explicó como eran esos sentimientos, siempre tratando de hacerme entender que eran y como eran el sentirlos y ahora por fin lo sentía...era felicidad, como mi madre lo dijo una vez, tenía unas inmensas ganas de saltar y de abrazarla, y de otras tantas cosas más, mi corazón latía con fuerza, me tuve que morder el labio para que no saliera una estúpida sonrisa de ellos.

-Eso...está genial.- sólo eso dije, no sabía que más decir, ella río.

- Es más quiero que seas mi testigo viviente de como me deshago de su único recuerdo.- río.- ¿Qué decis?.- La vi levantarse para ir y tomar el porta retrato del mueble y sacar la foto.-¿Vamos?.- la miré sin entender, sonrío divertida.-¿Me acompañas?.-Me extendió su mano, sin aguantar las ansias de por fin tocar su piel tomé su mano, todo, literalmente todo mi cuerpo se estremeció, el cosquilleo que pude haber sentido con una simple bonita sonrisa de ella, no se comparaba con el cosquilleo que estoy sintiendo ahora, mi corazón bombeaba con fuerza, y también sentía como mi mano hormigueaba. Se levantó del sillón y luego me hizo levantarme, caminó hacía la puerta.- Oh esperá voy por mi saco.- Trató de soltarme pero no la dejé, apreté mi agarre.- Ahora vuelvo.- me dijo aún divertida, no pude evitar sentir un extraño calor en mi rostro, mierda.

-Si si, perdón.- me disculpé, mientras la soltaba sintiendo aún ese calor en mi cara, la vi desaparecer.- Pero que imbécil que soy.- pasé mis manos por mi cara, para que se vaya esa sensación de calor en el.- Anton mierda.-respiré profundo, logrando por fin que ese calor se fuera.

-Ya estoy lista.- su voz me interrumpió.- abrí mis ojos, y la observé de arriba hacía abajo descaradamente.- Hermosa.- Pensé.

- Muchas gracias Anton.- carajo...al parecer no lo había pensado, me sonrió dulcemente, mientras yo volvía a sentir ese calor en mi cara.- Ven vamos, conozco el lugar perfecto.- Tomó mi mano nuevamente, generando todas las sensaciones que ya había mencionado.

💀Tu rey del infierno💀⚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora