Salimos de su departamento aún tomados de la manos.
- wow.- dijo sorprendida una vez que observó mi auto.
-¿Te gusta?.- le pregunté sintiendo un pequeño vacío cuando soltó mi mano.
-¿Que si me gusta?.- lo miró encantada.- ¡es hermoso!.- sólo le sonreí, para luego abrirle la puerta.- Oh pero que caballeroso.- Río provocando una pequeña risa de mi parte. Camine hacía la otra puerta y entré, arranqué el auto y proseguí a andar mientras ella me indicaba el camino.- Aquí es.- dijo una vez que llegamos, bajó del auto mientras yo hacía lo mismo, se encamino al extremo de las rocas y tomó la foto que se encontraba en su bolsillo, me miró con una pequeña sonrisa para luego romperla en varios pesados pequeños, cerró sus raros pero bonitos ojos y suspiró.
-¿Como te sentís?.- le pregunté acercándome lo más que pude a ella, quería sentir su rico aroma.
-Me siento por fin libre.- me sonrió de nuevo.- Gracias Anton.- dijo mientras volvía a mirar hacía el paisaje.
-Siempre, para lo que necesites.- dije aún mirándola, observé su bonito perfil, unos segundos más para luego mirar al frente.
Nos quedamos hablando demasiado tiempo, más bien ella hablaba y yo sólo la escuchaba. Aún me sorprendida como aquella bonita chica hablaba de un sin fin de temas distintos, me contó sobre ella, cosa que literalmente anotaba en mi mente, cualquier pequeñez que salía de esa hermosa y jugosa boca la guardaba. Que cosas le gustaban, que cosas no, su comida favorita, las que no, de su perro muerto que extrañaba llamado simba, todo, todo lo que tuviera que ver con cosas suyas.
Me gustaba demasiado verla mover sus labios y como se escuchaba su melodiosa vos, la manera en que movía sus manos explicando cosas o en la forma que miraba al cielo perdiéndose en el atardecer que nos ofrecía el día
-Perdón Anton.- Exquisito, así se sentía mi nombre salir de sus labios.- no he parado ni un minuto en hablar sobre mi y mis ridículas historias.- sonrió apenada acompañada de un leve sonrojo.
-No tenés porqué disculparte.- miré su mano apoyada en el suelo provocando mis ganas a volver a sentir su cálida piel.- cada cosa que salió de tu boca, me pareció interesante Sophie.- me sonrío alegre.
-Me alegra saberlo...que no te aburrí.- me comentó.
-Jamás lo harías.- le dije sincero.
-Y...que me decis vos...contame quiero saberlo todo de vos.- me dijo animándome a charlar.
Me quedé callado.
Saberlo todo...saberlo todo de mí. Saber de como maté a mi progenitor a sangre fría porque era un maldito abusador que maltrataba y hería a mi madre cada maldito día de su existencia, de como quemé esa casa con su cuerpo adentro luego de haber sacado a mi madre inconsciente, de como he nacido con el impulso y la sed de asesinar personas mientras aún era un niño, de como lleve a mi madre a otro país junto con dos personas que por lo menos una de ellas tenía las manos manchadas de sangre, de como mi madre murió en manos de un imbécil que creyó que podría matarme y quedarse con todo mi imperio, de como me convertí en lo que soy, en el maldito rey del infierno y el dueño de prácticamente del mundo, teniendo al mundo bajo mi poder y control.
¿Cómo sería capaz de decirle quién era yo realmente?
No. Se asustaría y se alejaría de mi. En este tiempo acá los dos solos, juntos, sólo ella y yo, quería que así fuera siempre, para siempre.
No permitiría que se alejara de mi, jamás.
Ella...no sé como ni porque, pero lo que si sé es que ella es mía, completamente mía, me pertenece cada centímetro de ella.
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💀Tu rey del infierno💀⚫
Teen FictionEscucho el sonido del timbre, una vez que lo presione con mi dedo, para luego escuchar, el sonido de una melodiosa voz. - Voy.- me dijo del otro lado de la puerta, fue demasiado grande la tentación el querer escuchar otra vez esa vos, así que toqué...