»fifteenth«

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💫La ebriedad es amiga de la verdad 💫

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Sonreí emocionada al sacar mi charlota de frutos rojos del refrigerador y ver que ya estaba lista.
Tenía tantas ganas de comer ese postre desde hace tiempo que no podía esperar a probarlo.

Me senté a la mesa y tomé un tenedor dispuesta a comer, sin embargo, mi plan se arruinó cuando mi teléfono sonó.
Resoplé y corrí hasta mi cuarto para atender.
Abrí mis ojos con sorpresa al ver que era Yoongi.

—¿Hola?—dije algo temerosa por escuchar lo que iba a decirme.

—¿Es Jung Jinah?

Fruncí el ceño y despegué el teléfono de mi oreja para verificar que era correcto el nombre que había leído.
Sí, era el número de Yoongi pero el que me hablaba no era él.

—Sí, soy yo—dije confundida y asustada. —¿Qué sucede? ¿No es este el teléfono de Min Yoongi?

—Sí, supongo que ese es el nombre del chico—el hombre se escuchaba nervioso. —Señorita, estoy hablando del bar Cadillac. El dueño de este teléfono ha estado tomando mucho y ya no está nada bien. Le he preguntado dónde vive para llamarle un taxi, pero no me dice su dirección. Llamé a este número porque es el último al que él llamó. Si le es posible venga, por favor, o avise a alguien porque no creo que el señor pueda irse por sus propios medios.

Parpadeé perpleja apenas pudiendo creer lo que había escuchado. No imaginé que Yoongi sería el tipo que bebía hasta olvidar su nombre.
Suspiré.

—De acuerdo, muchas gracias por llamar. ¿Dónde está ese bar? Iré de inmediato.

Está en Jongno-gu, cercano al mercado de Kwangjang.

—Está bien, ahora voy. Por favor cuide de Yoongi hasta que yo llegue.

No se preocupe.

Colgué y corrí a cambiarme la pijama por otra ropa para salir.
No podía creer que esto estuviera pasándome.

Pasé a la cocina y refunfuñé mientras volvía a guardar el postre.

—Supongo que no será hoy—murmuré frustrada.

Tras tomar lo necesario, salí de mi casa y abordé el auto para ir a buscar a Yoongi.
No tenía idea de donde era, así que me llevó un poco de tiempo llegar.
Me sentí aliviada cuando encontré en el lugar que el chico me había dicho un brillante letrero con el nombre que él me había dado.
Supuse que era el lugar así que no perdí tiempo y después de estacionarme entré en el inmueble.

Habían ya muy pocas personas y al entrar unos cuantos me observaron. Busqué desesperadamente al chico que me importaba y me alegré cuando lo distinguí casi desmayado sobre una mesa.

—¡Yoongi!—dije llegando a su lado y lo moví un poco para que reaccionara.

—¿Jinah?—se enderezó un poco y rió tontamente. —¿Realmente eres tú? Te ves tan real ahora.

Rió otra vez y entendí que él ya estaba totalmente ahogado en alcohol.

—¿Es la señorita Jung?

cotton candy; mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora