»eighteenth«

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💫Nada funcionará a menos que lo hagas💫

~Maya Angelou

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El presentador de las noticias había dicho que el pronóstico del clima era lluvia.
Bufé porque supuse que tenía razón al ver el cielo nublado a través de mi ventana. Bueno, parece que mis planes no iban a concretarse así que le dije a Taehyung que se tomara el día porque tampoco tenía ánimos de ponerme a trabajar en mis proyectos pendientes.

Quería salir, pero parecía que no se iba a poder, sin embargo, otra idea bastante buena cruzó por mi cabeza.
Tomé mi celular y marqué con una sonrisa en mi cara.

¿Hola?

—¡Yoongi!—no pude evitar gritar emocionada.

Jinah, hola.

Sonreí.

—¿Dónde estás?

En mi estudio; trabajando.

—¿En sábado?—pregunté confundida.

Tengo unos trabajos pendientes que entregar para la próxima semana así que debo aprovechar el tiempo.

—Uhm, ¿y cuánto crees tardarte en eso?

No sé, ¿por qué?

—Veámonos. Inicialmente te iba a decir que saliéramos a comer pero parece que lloverá. ¿Podrías venir a mi casa?

Hubo un silencio del otro lado.

Jinah...yo, no sé. Creo que no debemos hacer esto. No creo que vaya a funcionar.

Rodé los ojos. Él volvía a ponerse de insistente en lo mismo.

—Yoongi, ¿otra vez con eso? Pensé que lo habíamos dejado claro; íbamos a intentarlo y tú ibas a poner de tu parte para ello. Nada funcionará a menos que lo hagas.

Suspiró.

Es que–

—Por favor—lo interrumpí. —Por favor, déjame intentarlo.

Sentí miedo de que se arrepintiera de lo que había dicho antes y volviera a huir de mí.

Llegaré en una hora.

Sonreí como tonta.

—Aquí te espero.

Me apresuré a arreglar todo y preparar un poco de comida para que mis planes salieran a la perfección.
Tal como lo prometió, Yoongi apareció una hora después en mi casa con bebidas y golosinas.
Él era tan dulce.

El pronóstico también había acertado ya que tan pronto Yoongi llegó la lluvia empezó.
No era tan malo porque, después de todo, tenía a un bonito chico enrrollado en mantas junto a mí mientras veíamos una película.
Mi corazón se sentía tan ligero; era hermoso.

—¿Te gustan las películas animadas?—preguntó mientras comía unas papas fritas.

—Uhm, son divertidas—me encogí de hombros.

Sus labios se elevaron en una sonrisa pequeña.

—Eres bastante peculiar, Jung Jinah.

Sonreí, encantada con él y en un impulso me atreví a tomar su mano.
Se sorprendió en un inicio, pero no me dijo nada y eso me hizo feliz.
Sabía que las cosas iban a salir bien porque quería a Yoongi a mi lado y él merecía ser amado también.

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