Capítulo 33

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Hyun Joong caminaba con Rebeca de la mano, con sus dedos firmemente entrelazados a los de ella. Subieron velozmente las escaleras hasta llegar al último piso del hotel. El chico se adelantó, dirigiéndose a la última habitación del pasillo. Abrió la puerta gentilmente y con una sonrisa galante invitó a pasar adentro a su compañera. Rebeca le devolvió la sonrisa, con algo de malicia y entró sin pronunciar palabra. Él la siguió y posteriormente cerró la puerta.

La chica quedó un par de pasos más adelante. Observó cuidadosamente el lugar, mientras sonreía complacida. La habitación le pareció encantadora. Todas las cortinas abiertas y cientos de ventanales, dejaban entrar el cálido sol de media tarde y brindaba un espléndido panorama de todo Miami. Si bien, no había mucha vida humana afuera, las palmeras y la arena dorada junto al mar color turquesa, le daban algo de vida a la ciudad.

La habitación era muy amplia, quizás demasiado. Estaba ubicada en el último piso y tenía la vista más maravillosa del edificio completo. No sin razón era la más costosa. Era ni más ni menos que la suite presidencial.

Al fondo, al lado derecho, había una división que conectaba con el dormitorio. Al lado izquierdo, una inmensa sala de estar con un nutrido bar y un moderno equipo de música. Toda la decoración era en tonos terracota y blancos.

Hyun Joong se adelantó un par de pasos y se sacó la chaqueta. Había decidido vestirse un poco más formal aquel día. Llevaba unos jeans oscuros, zapatos negros, camisa blanca y encima, una chaqueta formal de color marengo.

“Aunque no lo creas, conseguí champagne! Tengo mis contactos!! Ja ja…Quieres un poco?”, preguntó el muchacho orgulloso de su hazaña. Al tiempo en qué sonreía, una traviesa margarita le adornaba el mentón.

“Bueno… Hace mucho que no bebo!”, se animó Rebeca, sonriendo también.

El chico buscó dos copas y las dejó sobre una encimera, para luego comenzar a forcejear con la botella.

“Ven! Siéntate mientras consigo abrir esto!”, bromeó él, pareciendo luchar con el corcho de la botella.

Rebeca caminó riendo al lado de él y se sentó en una banquilla alta, al lado de la encimera. Cuando el muchacho al fin consiguió descorchar la botella, sirvió las dos copas y le pasó una a Rebeca.

“Brindamos? Por la chica más increíble que jamás había conocido!”, agregó Hyun Joong, chocando su copa contra la de ella.

Rebeca bajó la cabeza y se sonrojó. Sin duda, no estaba acostumbrada a que la alagaran.

“No bromees.”, añadió ella, algo avergonzada.

“Por qué crees que bromearía con algo así?”, le desafió el chico.

“No lo se! Pero… Mírame! Que hay de interesante en mí? Nada!”, añadió la chica dejando su bebida encima, poniéndose de pie desanimada, para luego cruzarse de brazos.

Hyun Joong comenzó a reir a carcajadas mientras sus ojos se hacían cada vez más pequeños.

“De qué te ries?”, le reclamó Rebeca, un poco molesta.

“jajaja… Es que acaso no te das cuenta?”, preguntó él, aún riendo.

Hyun Joong se puso de pie, dejó la copa encima y abrazó a la chica tiernamente.

“De qué?”, preguntó amurrada Rebeca, intentando soltarse de él.

“De que eso es justamente lo que me encanta de ti! Tu forma de ser, tu forma de ver la vida, el modo en que me miras, como me escuchas, como me hablas, cuando sonríes, cuando lloras, cuando te enfadas conmigo como ahora y sobre todo… cuando me besas.”, añadió Hyun Joong, haciéndole una verdadera confesión de amor a su manera.

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