Capítulo 24

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Rebeca se levantó temprano aquella mañana. No había dormido bien en toda la noche, se sentía ansiosa. Sabía que ese día sería distinto a otros. De común acuerdo con su novio, habían decidido hacer el amor por primera vez ese día. Hyun Joong le había prometido sorprenderla aquella tarde para que su primera vez juntos fuera especial. No había querido darle detalles de lo que planeaba, pero ella tenía varias teorías al respecto; una comida romántica o una canción que él cantara sólo para ella o quizás un ramos de flores silvestres. La chica se levantó entusiasmada en cuanto aclaró el cielo. Se bañó rápido y medio se vistió para salir a ver los primeros rayos de sol y pensar un poco. Sin duda, el aire fresco de la mañana y los primeros rayos de sol, le ayudaban a concentrarse mucho mejor y calmarse, según su propia experiencia.

La chica, aún con el cabello mojado y las manos embutidas dentro de los bolsillos de la negra sudadera de su novio que llevaba puesto sobre la ropa de ella. Caminó pausadamente por la arena y se sentó frente al mar, a esa hora de la mañana totalmente calmo. Respiró profundo y sonrió levemente.

“Si no fuera por mi padre y por Soraya, me quedaría por siempre aquí, junto al chico que más amo en el mundo!”, susurró Rebeca con el rostro iluminado. Abrazó sus rodillas y hundió la cabeza en ellas, cerrando los ojos por un momento. Sin darse cuenta, se quedó dormida al cabo de unos minutos.

Rebeca despertó sobresaltada y algo confundida. Le dolía la espalda y el cuello por la posición en la que se había dormido. El sol pegaba fuerte a esas horas y sintió que le quemaba la espalda, a través de la ropa. Se estiró, alargando lo más que pudo sus brazos al cielo y seguidamente bajó la cremallera de la sudadera, la cual dejó a su lado, sobre la arena. Luego de eso, se recostó para estirar un poco sus músculos, que estaban aún contraídos, gracias a la siesta inesperada.

“Qué hora es?”, musitó la chica, levantando su muñeca para observar un pequeño reloj de pulsera que llevaba.

El aparato le señaló que ya pasaba el mediodía. Rebeca sonrió. Le pareció gracioso el hecho de que no hubiera podido dormir casi en toda la noche y ahora, en la playa, hubiera dormido como un lirón durante toda la mañana.

De pronto, pasos tras de ella la sacaron de sus pensamientos. Se sentó rápido y miró hacia atrás. Divisó a su novio de pie tras de ella. Alto como siempre, serio y un tanto inexpresivo.

“Hola! Estás bien?”, preguntó Rebeca, ladeando su rostro, al notar algo extraño en el rostro del muchacho.

Una sonrisa cautivadora se dibujó en el rostro de él, al tiempo en que extendía su mano para ayudar a ponerse de pie a Rebeca.

“Nada. No me sucede nada. Estás lista?”, agregó Hyun Joong escuetamente.

“Lista? Vamos a algún lugar?”, añadió la chica ilusionada, al tiempo en que se ponía de pie.

“Si. Tengo una sorpresa.”, dijo el chico y volvió a sonreir, galantemente.

“Entonces si, estoy lista! Vamos!”, agregó la muchacha, mientras enrollaba su brazo alrededor del brazo del muchacho.

Rebeca sabía que la “sorpresa” que le tenía, era lo que ella tanto ansiaba y que no le había permitido conciliar el sueño en toda la noche.

Ambos caminaron en silencio, alejándose de la playa. Pasaron por fuera del hotel; a unos 50 metros divisaron a Debra afuera, quien terminaba con algunos quehaceres. Rebeca se apuró en saludarla, batiendo rápidamente su mano. El saludo tuvo de inmediato su réplica en la otra chica, quien interrumpió lo que estaba haciendo para saludarlos. Hyun Joong sólo hizo una venia, para luego, alejarse rápido de aquel sitio con paso ligero.

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