Capítulo 7

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“Vamos! A los subterráneos!”, exclamó la chica, adelantando el paso y metiéndose inesperadamente por un pasillo, sin soltar aún la mano de Hyun Joong. El chico la siguió en silencio.

Ambos corrieron velozmente entre los autos que aún se encontraban aparcados en el primer subterráneo.  La sombra oscura con halo resplandeciente venía tras de ellos.

“Rápido! Por las escaleras!!! Vamos más abajo!”, exclamó Hyun Joong y siguieron bajando al siguiente subterráneo.

El ente extraño no los había seguido allá abajo, al parecer lo habían perdido. Ambos se detuvieron en silencio, escondiéndose tras las escaleras. Hyun Joong no soltó la mano de la chica. Se quedó quieto, ubicándola a ella tras del cuerpo de él y cuidadosamente, comenzó a mirar por la escalera si algo extraño se veía desde más arriba. Rebeca reaccionó e intentó soltar la mano de él. Hyun Joong no se lo permitió, la sostuvo firme ante el forcejeo de ella.

“Do not touch me, ever!!!”, exclamó Rebeca al oído de él y de un solo movimiento certero se soltó de él.

La verdad es que la chica no deseaba soltarse de él, pero su orgullo podía más. De esa forma le daba a entender que ella no estaba interesada en él y en cierta parte, le estaba devolviendo la mano por lo que había ocurrido más temprano.

Hyun Joong sólo movió la cabeza, algo molesto. En ese instante, un halo resplandeciente comenzó a bajar por la escalera.

“Por aquí!”, exclamó Rebeca al ver aquello.

Los chicos corrieron hacia el fondo del estacionamiento. Allí habían muchas puertas. Algunas bodegas en donde depositaban muebles y otras cosas. Rebeca se dirigió directo hacia aquel lugar y comenzó a mover las manillas para ver si encontraba alguna abierta.

“Bingo!!”, gritó ella.

 Al fin una de las puertas estaba abierta. Ambos se metieron dentro de aquella habitación y pasaron el seguro. Dentro del lugar, sólo una pequeña luz de emergencia de color azulado alumbraba tenuemente.

Rebeca y Hyun Joong estaban de espaldas a la puerta. Ambos se miraron recelosamente pero no dijeron nada. Se quedaron quietos, en silencio por cerca de 30 minutos, esperando a que nada llegara hasta ellos.

En aquel lugar no había mucho. Un par de colchones en desuso apilados en una esquina, cobertores doblados y almohadas ordenadas sobre unas repisas, algunas cajas con papeles y facturas.

“Bueno… Creo que tendremos que pasar la noche aquí!”, añadió de pronto Hyun Joong. Intentaba suavizar algo el ambiente tenso entre ambos.

Rebeca no dijo nada. Permaneció en silencio y sólo se cruzó de brazos. Hyun Joong caminó hacia donde estaban los colchones y arrastró uno. Lo ubicó a un extremo del amplio cuarto. Seguidamente, tomó otro y lo depositó en la otra esquina. Con sus manos comenzó a sacudirlos para verificar si tenían polvo. Afortunadamente, no era así. Aquello parecía ser mobiliario recién adquirido.

“No es mucho, pero por lo menos tendremos donde dormir!”, añadió el chico.

Rebeca caminó en silencio en dirección hacia las repisas y sacó de allí una almohada y un cobertor. Se sentó con ellos en uno de los colchones, se sacó la mochila que aún llevaba puesta en la espalda y se acomodó en la cama, dándole la espalda al muchacho.

Hyun Joong suspiró profundo y movió la cabeza. Estaba molesto. Si bien más temprano, la chica le había hecho pensar y analizar sobre sus errores y estaba decidido a disculparse con ella, ahora había cambiado drásticamente de opinión. Si tan sólo ella no demostrara tanta frialdad y orgullo ahora, de seguro le habría rogado que lo perdonara. Pero bajo esas circunstancias, jamás. Caminó rápido hacia la repisa e hizo lo mismo que la chica. Tomó un cobertor y una almohada y se recostó sobre el otro colchón. Se envolvió por completo y se quedó dormido de inmediato.

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