Capítulo 11

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Esa noche, los chicos habían abierto unas latas de pescado y bebían jugo de frutas que habían conseguido en una de las bodegas de alimento del establecimiento.

Después de hablar por horas Hyun Joong sobre el encuentro cercano del tercer tipo que habían tenido, el muchacho se quedó en silencio por un buen rato. Su rostro también cambió por completo.

“Te veo serio ahora… Pasó algo?”, agregó de pronto Rebeca, observando cuidadosamente el rostro del chico.

Él levantó la barbilla y buscó los ojos de ella. Sin lugar a dudas, la muchacha comenzaba a reconocer cada una de sus actitudes, incluso sin que él emitiera una palabra.

“La verdad… No te equivocas! Algo me preocupó”, explicó Hyun Joong.

“Por qué? Crees que descubran nuestro escondite?”, preguntó curiosa Rebeca.

El chico sonrió dulcemente. Rebeca podía ser tan ingenua a veces, que sus respuestas le provocaban risa.

“No, no es eso… Sólo pensaba que no podemos quedarnos escondidos para siempre aquí. Además, en algún momento se nos va a acabar el agua y los alimentos.”, añadió él dándole un tono más grave a su voz.

“Es cierto pero… A dónde podemos ir? Y si nos vamos a buscar el supuesto refugio del ejército y no lo encontramos? Y si nos encuentra la noche en la calle y no tenemos donde refugiarnos de esos seres? Y si así no encontramos comida ni agua?”, le contradijo la muchacha.

“Es por eso que estoy preocupado… Ya no se qué es mejor! Y si talvés nos acercamos a esos seres brillantes y les pedimos ayuda? Cómo tú les gritaste?”, exclamó él de pronto. Una luz de esperanza se veía en sus ojos.

“Lo mejor es sólo pensar que ambos tuvimos un día más de vida, estamos sanos, tenemos qué comer y donde dormir. Por hoy y en nuestras condiciones es suficiente, no crees? Mañana pensaremos en qué hacer… Te parece?”, agregó sabiamente la chica.

“Si, tienes razón! Pero… Y si encontráramos un auto funcionando? Quizás podríamos buscar más rápido el refugio del ejército? Te parece si mañana probamos con los autos que hay aparcados?”, añadió entusiasmado el chico, insistiendo con el tema.

“OK, me parece bien!”, respondió Rebeca y se terminó de comer lo que había en su plato.

Después de terminar de comer, ambos en silencio se recostaron cada uno sobre su colchón y apagaron las luces. Sólo permanecía, al igual que todos los días, la tenue luz de emergencia del cuarto.

“Siempre me gustaron los extraterrestres. Desde chico soñaba con ellos. No se por qué me fascinaban y atraían de una forma singular…Todo esto es tan… loco! Lo de afuera no tenía nada que envidiarle a “La guerra de las Galaxias”. No crees?”, añadió el muchacho, mirando en silencio el techo de su habitación.

“Si. Es como si existieran extraterrestres buenos y malos! Viste alguna vez la película E.T.?”, preguntó la chica.

Hyun Joong explotó en risas.

“jajajaja… Tú si que eres divertida, Becky!!”, exclamó él entre risas.

“Yo? Por qué? Acaso no viste esa película?”, preguntó inocentemente Rebeca.

“jajajaja… Cientos de veces! Era una de mis favoritas cuando pequeño, tanto que mi madre terminó escondiéndomela para que no la aburriera. Me sabía los diálogos de memoria!”, respondió Hyun Joong aún riendo. Recordaba su infancia.

“Y entonces? No crees que sea posible?”, insistió la chica.

Hyun Joong no quiso contradecirla. Sonrió dulcemente.

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