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— Entonces simplemente le diré a los ancianos que fallé al persuadirla o algo así. Bueno, tengo que dar un reporte adecuado.— Jisoo se encontraba en el pasillo con Jimin, despidiéndose.

— Oh, siento que tenga que regresar y decirles que fracasó.— Jimin hizo una reverencia.

— Ah, no, no, mira, conseguí ver a Lisa angustiada, eso es algo nuevo, creo que estamos a mano.— Sonrió burlona.


[...]


— Parece que no dormiste lo suficiente y pescaste un resfriado.— Lisa le habló a Jennie que estaba recostada en la cama. —Ahh, y dándole problemas a los otros...— Suspiró cansada y cubrió su rostro. Estaba sentada en una silla al lado de la cama.

— Li- — Dudó un momento de qué manera nombrarla. Pues, solía llamarla unnie cuando estaba molesta con ella. (algo que casi nunca ocurría o normalmente, ya no se sentía molesta) —Liz... Toma mi mano.— La extendió hacia ella.

Lisa dudó y puso expresión molesta. —Soy una demonia y tú una humana.

— Sí, lo sé.— Tosió. —Pero te quiero aunque seas una demonia.— Lisa sintió su corazón latir más rápido. Sin duda esta niña no sabía medir sus palabras. —Quiero estar contigo...para siempre.

Para sorpresa de Jennie, Lisa accedió y acercó su mano a la suya. —Ya veo.— Sonrió y sostuvo con firmeza, entonces, la pequeña apretó más el agarre e imitó el gesto. Era la primera vez que Lisa se dejaba tocar por ella.

Aah, esa sonrisa, es como una flor.


[...]


— ¡¡NO!!— Un fuerte grito se oyó por toda la mansión.

Lisa se dirigió al origen, no se sorprendió cuando notó que venía del cuarto de Jennie. Entró. —¿Por qué tan ruidosos desde temprano?— Rascó su cabeza. Ojeras se asomaban en su rostro.

— Lisa-ssi... Ya es la tarde.— Jimin la miró con expresión cansada. ¿Esta mujer aún no se acostumbraba a la rutina?

— ¡Lisa!— Soltó Jennie con alegría. Se encontraba sentada en la cama.

— Jennie~ssi no quiere tomar la medicina~— Canturreó Jisoo.... ¡¿JISOO?! ¡¿QUÉ HACÍA DE NUEVO EN LA MANSIÓN?!

—¿Pero tú qué estás haciendo aquí?— Preguntó entre dientes. Jimin le había notificado que ayer partiría.

— La estoy revisando.— Dijo con naturalidad.

— Ya estoy mejor, estoy perfectamente bien.— Jennie se cruzó de brazos, ella no tomaría ningún remedio asqueroso, se sentía sana otra vez.

— Agg, Jimin, dame la medicina.— La situación comenzaba a fastidiarla.
El sirviente entregó el recipiente y Manoban lo tomó, lo abrió y sacó de ahí una pastilla que después ingresó a su boca. Sin más, se acercó a Jennie y se inclinó sobre ella.

— ¿Liz?— Jennie nunca la había tenido tan cerca.
Lisa posó su mano en la nuca de la pequeña castaña y la atrajo hacia ella, uniendo sus labios e intercambiando la pastilla con la contraria. Jimin y Jisoo dieron un grito silencioso ante ésto ¡¿Qué estaba haciendo?!

Jennie tragó la pastilla.

Lisa se alejó. —¿Cuántas veces tengo que decirte que no causes problemas?— Acababa de unir su boca con la de Jennie, ¿por qué hablaba como si fuera algo de todos los días? —¡Me voy a dormir!— Y se dio la vuelta para dirigirse a la salida.

—¡¿Vas a dormir aún más?!— Un Jimin sonrojado trató de actuar como si nada de lo anterior hubiera pasado.

—¡¡Lisa!! ¡¿Pero qué acabas de hacer?!— En cambio, Jisoo no dejaría pasar esa acción, también sonrojada. Viró su mirada a la joven que cubría su cara con la sábana, dejando ver solo sus ojos. —¡Mantén la calma, Jennie-ssi!— ¿Es necesario aclarar que también se encontraba como un tomate?


[...]


Hace diez años, el aburrimiento me llevó a abandonar el reino de los demonios y venir al mundo humano, donde hice un descubrimiento bastante problemático.

Lisa~ssi, el carruaje ya está listo.— Jimin me dio aviso.

Ah. Ya voy.— Terminaba de acomodar mis guantes negros.

Por favor, intente contenerse, la joven Jennie se enfadará si se queda hasta muy tarde.

No es "tarde"— Además, ¿por qué debería importarme su enojo?— Para nosotros, los demonios, la noche viene siendo como el medio día, ¿no? ¿Qué hay de malo en salir?

Ya veo, en ese caso, supongo que no tendrá problemas si le digo a la joven Jennie que se ha ido en medio de la noche.— ¿Qué era esa arrogancia?

— Haz eso y te sacaré la boca.— Si lo supiera, querría acompañarme y haría muchísimo ruido.

El carruaje emprendió la marcha y me relajé en el asiento.

Fue una bebé humana la que recogí ese día, (realmente...esa niña) por un capricho decidí quedármela y fue, como dije, un descubrimiento problemático.

— Lili... Liz~— Jennie despertó a su lado, con su mano sobre la de Manoban. Esta entreabrió los ojos. —¡Buenos días!— La pelinegra mostró expresión molesta, hasta que se percató de que Jennie se encontraba tocando su mano, cubierta con las mismas sábanas con las que ella cubría su cuerpo desnudo.

Se levantó precipitadamente, alejándose de ella. —¿Qué estás haciendo?— Se sentó.

— Vine a despertarte.— Sonrió despreocupada, aún en su posición.

— Pero tú-

— ¡¡Eh, Lisa-ssi!! ¡Buenos días! ¡Vine de visita otra vez!— Jisoo entró sin previo aviso a la habitación, ¿es que acaso nunca se desharía de ella?

Jimin apareció desde atrás. —Ama Manoban, la señora Kim ha llegado...y...ha entrado por sí misma.

— ¡¡Ah, Jisoo!!— La castaña saludó con emoción.

— ¡Oh! Jennie-ssi, también estás acaAaaaaahhhh!!!— ¡¿Qué hacía Lisa semidesnuda en una cama junto a Jennie?! —¡¡Lalisa!! ¡¿Cómo pudiste?!

— Ah... Muy alto...— Lisa no entendía esa manía de gritar por todo.










...




Una flor para una demonia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora