-Porque demonios no te has largado?.- hable tajante cerrando la puerta de mala gana.
La rabia se apoderó de mí. Ya no me importaba un bledo si estaba como Dios lo trajo al mundo o no. Me estaba cansando del muy desconsiderado.
- Tranquila pequeña!- dijo volteandose sin ningún pudor.
Demonios! Me detuve en el camino. Mirar lo que traía entre sus piernas era extremadamente agobiante que ver sus nalgas. Diosito iba a tener un ataque cardíaco. Su cabello mojado, su cuerpo mojado, las heridas a simple vista y esos endemoniados tatuajes incitandome a caer en la tentación de ser explorados.
Santísimo!
Todo músculos escupldidos y bien definidos, todo en su lugar adecuadamente.
Desde hace un rato me carcomia el no saber su nombre y que el no me lo dijera, decistia de ello.
- Eres tan irritante.- indico acercándose.
- Alejate!.- camino sigilosamente mientras estiraba la mano en señal de stop.- Vístete por Cristo!- indique tapándome con la mano libre.- Como demonios te llamas?- agrege tratando de cambiar de tema.
Les explico no era la primera vez que veía aún hombre desnudo, bueno la primera vez vi fue a medio hombre porque el muy hijo de su mamá se lleva los honores en malicia. Alex un pasado tormentoso y un presente sin importancia, gracias a Dios vía dejado esa relación tóxica pero quedaron huellas y recuerdos malos.
Y estaba esto nuevo, mi cuerpo el muy perro desde que vía chocado con él no paraba de reaccionar compulsivamente, mi corazón parecía mil caballos de fuerza galopando y mi piel erizarce cada instante me intrigaba.
No era nada bueno.
Lo escucho reírse mientras se aleja a lo que predicen mis oídos el aeroclocep. Mi mano aún sigue tapando mis ojos, mientras Batalla con mi yo interno el cual quería seguir viendo semejante espectáculo.
- Que gusto tan peculiar.- se ríe a carcajadas.- Me agradan tus tangas de abuelas con dibujos de bananas.- sigue riendo
En cuestión de segundos me acerco al hijo del demonio que está en mi cuarto, porque les juro su cara podría ser de agradar pero nada agradable tenía.
- Eres pendejo o que?.- grito furiosa quitándole mis tangas. Lo empujo y guardo de nuevo mis cosas, busco un shorts el más grande que tenía y se lo entrego.- Discúlpa el color, aunque te hacienta bien, imbecil.- indico mirando el shorts rosa floreciente.
Recogí las compras y me fui a la cocina eléctrica que tenía a mano izquierda cuando entraba al cuarto.
Tome un bol en el cual agregué una pequeña cantidad de harina de maiz amase hasta tener una concistencia firme, el budare estaba calentándose. Me olvidé completamente de don misterio, prepare el agua para que el café ya que era amante del, justo con una leche tibia y así tener café con leche buala! Si, amo esa combinación tan perfecta y deliciosa. Las arepas estuvieron en diez minutos las abrí y rellene con mi queso paisa junto al jamón arepero, mis fosas nasales inahalaron el increíble olor que desprendía la cena lista.
Su voz autoritaria y firme me saco de aquella ensoñación.
- Demian!- indico recostado de la ventana
- Eh?- fue lo único que articule haciendo una mueca de desconcierto y dolor mientras masajeaba mis pies.
- Ese es mi nombre.-indico mientras se sentaba ahora en la cama.- Con respeto a mi ida, lamento decirte que no es hasta dentro de varios dias- agrego tomando su pistola de la cama y colocándola debajo de la almohada.
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Alaia: El Demonio Ruso
Random(#Primer Libro de una Duologia.) Un hombre con un pasado tormentoso, lleno de secretos y maldad. Una mujer con un presente tranquilo. Que pasa cuando una noche ambos se cruzan por hazares de la vida? O quizás solo son una pieza más en el tablero? Al...