Capítulo 6

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-Listo.!- me levanto con dificulta, estar un buen rato de rodillas, no sabría decir cuánto afecto mi actividad motora.

Don Misterio todo lo puedo, yacía con la cabeza aún lado. Había terminado de sacar tres balas de fuego que podría decirte que eran de un chopo, armamento casero hecho con partes desechables de plásticos pero, ha jodido impacto que hacía. Por lo menos el señor presente en mi baño no se llevó tan mala parte.

Tome todo lo que había utilizado y desechado para a primera hora botarlo.

- Es un jodido infierno toda esta mierda-.dijo rabioso mientras se levantaba.

Les juro de verdad que mi mente trataba de enfocarse en otra cosa que no fueran sus espectaculares músculos y esos benditos tatuajes que le aceptaban tan bien. Dios! Si estuviera las chicas de mi barrio ya se lo habrían comido con los ojos o peor aún violado, agarrado en contra de su voluntad y hacer con su cuerpo un manjar insaciable.

Santa madre bendita! Les vuelvo a jurar esa no soy yo, admito que no se qué me está pasando con este cretino y arrogante hombre.

Sacudí mi cabeza bruscamente, alejando todo esos pensamientos cuchambrosos.

- Sabes en vez de estar todo de mal humor.- digo cerrando la regadera.- Ve a la cama y descansa.- le señalo la cama de una pieza.

- Necesito largarme rápido de esta mierda- agrega dando pasos firmes pero lentos.

Que??

Enserio?

Que demonios le sucede a este hijo de su gran mamá? Aunque no debiera de meterme con ella, porque es la menos que tiene que ver pero, que cabron es?.

Desde un momento menospreciando mi morada, pensé que lo iba a dejar por la paz pero sigue diciendo pendejadas que hacen, les juro por Diosito sacar lo peor de mí.

- Y yo necesito que te llavas rapido.-indico pasándole de un lado.

Calmate Alaia, respira profundo todo es por ayudar al prójimo.

Busco en mi aeroclocep una toalla grande y se la entrego de muy mala manera, me dirijo a la cama corro las sábanas, palmeó la almohada, mientras me cruzo de brazos.

No les ha pasado que creen que están haciendo el bien pero muy en el fondo también el mal? Bueno en esa situación me sentía,. Un poco contradictorio porque no podía solamente hecharlo de mi cuarto, para luego atormentarme que de alguna a u otra manera había colaborado en parte en un crimen. Luego estaba la otra parte mala que no sabía a quien estaba ayudando y más que corría un peligro inminente al involucrarme con dicha persona? 

Mierda que dilema.

- Cálmate fiera.- me mira de arriba abajo, su arrogancia es increíble y su aura de superioridad no tiene límites, es un cabron del más cabron y sexy.

Ruedo los ojos.

Enserio?

- Sabes he tenido un día de película.- indico cruzandome de brazos- No tengo ánimos de pelearme con una persona que no valora nada y mucho menos que no tiene gratitud.- camino a la mesita que está un lado del aeroclocep- Aquí están; Para el dolor, antibiótico, antiinflamatorio, fiebre.- a medida que voy nombrando las cólocos de un lado cada una- Ahora si no te importa.- camino mientras éste se encuentra sentado en la cama, mirando cada uno de mis gestos y observándome, mis bellos corporales se erizan. Dios bendito! Esa mirada.- Me falta la pared.- señaló la gran mancha de sangre.

Camino a paso apresurado al baño, busco un tobo pequeño y un pequeño trapo absorbente. Gracias al cielo la pintura es de las lavables, porque si no me viera tocado pintar el cuarto y gastar dinero innecesario pero necesario ustedes me entienden.

Alaia: El Demonio Ruso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora