Cómo me sentía?Fatal, si rotundamente fatal.
Mi ánimo se fue lejísimos desde una vez que aterrice a mi país. El tío Nicolas solo se encargó de abrazarme en todo el camino llenándome de palabras consoladoras.
Llore?
Si y mucho desde que el avión despegó en París mi mundo se terminó de caer completamente. Llore a pesar que me había dicho que llorar no solucionaba nada llore y a pesar que había sacado un poco de dolor aún seguí un peso terrible en mi garganta.
Quise ir de una a un campamento de tiro volver a disparar incontrolable sin tabú dejando que la adrenalina y tristeza bajarán un poco.
Aún así a quien iba a engañar?
Desde un momento que Demian se cruzó en mi camino aquella noche sin luna y que sus flamantes ojos negros me estudiaron por completo, su misterio me intrigó en ese momento y su tacto demoníaco me llevo a caer en esa red de placer que no conocía hasta ese momento.
Y si batalle ustedes saben, batalla por no caer aún así me fue imposible porque la necesidad crecía y una vez envuelta en sus brazos no quise que el momento acabara nunca.
Ahora veanme aquí de vuelta donde todo comenzó, de vuelta a la soledad.
Por fin en mis raíces.
- Alaia debo de comentarte algo- hablo el tío Nicolas sacándome de mi ensoñación.
Mire la alfombra de la camioneta, luego levanté mi vista encontrándome con unos ojos color miel iguales a los míos, llenos de inquietud.- Dime tío!
Nicolás tomo mi mano y la apretó reconfortado lo que venía a continuación.- Debo hablar contigo sobre muchas cosas y la realidad no sé cómo empezar hija...
Oí el pito de un carro detrás ambos nos volteamos y miramos quienes eran, una camioneta roja se estacionó detrás y otra negra delante, varios hombre se bajaron de ellas con armas.
Si señores estábamos acorralados, mis miedos se incrementaron sentí hiperventilar de nuevo, las manos de mi tío jamás me dejaron. No había mucho que hacer tan solo éramos nosotros tres incluyendo al chófer Luís en personas y en armas habían dos, teníamos la de perder.
- Fuera del carro!- grito un hombre.- Bajen las armas.- agrego esto último.
Teníamos que hacer lo que decían a la final desgraciadamente nos tenían en sus manos.
Mirábamos a todos lados buscando un salva vidas y no encontramos nada, la calle estaba decierta y a pesar que el barrio estaba lleno de casas habitadas, al pasar un hecho así nadie intercedia por nadie y llamar la policía no era de ayuda porque no había protección tan solo estábamos abarrotado de corrupción. Pues no podía dejar pasar que mi tío andaba en andadas mala.
Hasta que el jefe salió de la camioneta roja.
- Gómez creíste que dejaría pasar tu negación sobre los negocios pautados.- camino dejando una distancia prudente.
Mi tío dio un paso colocándome detrás del en forma de escudo.- No me negué correspondi a lo estipulado que era por tres meses y ya no hay más tratos.
- Ese es el problema.- saco un arma de su espalda.- Los tratos siguen conmigo o solo hay guerra de territorio.
Nicolás me miró de reojo, mis manos se aferraron a sus caderas tenía mucho miedo, demasiado a pesar de no saber la mínima idea de lo que hablaban el hombres desconocido era de temer y sus palabras iban cargadas de veneno.
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Alaia: El Demonio Ruso
De Todo(#Primer Libro de una Duologia.) Un hombre con un pasado tormentoso, lleno de secretos y maldad. Una mujer con un presente tranquilo. Que pasa cuando una noche ambos se cruzan por hazares de la vida? O quizás solo son una pieza más en el tablero? Al...