Capitulo 1

739 38 1
                                    


Amazonas.

Los carros, las motos, mas carros y más motos, todo era tan abrumador que dolía.

Me dolían las piernas tanto caminar, sin embargo había hecho un buen trabajo, vender todos los accesorios de fantasía fina era un gran progreso. Había terminado mi bachillerato hacia un año, la situación en mi casa hizo que saliera disparada aun destino.

Las minas del Dorado, si como se oye. Aquella región en un tiempo atrás no era más que transitada por turistas, que iban por la compra del oro y la plata. Hasta que empezó la guerra económica, todo colapso destruyendo a su paso más y a mi amazonas prospera. Aquí el gobierno no existe, la policía, menos.

El gobierno es el sindicato el que se encarga de llevar la paz entre delincuentes y comerciantes, si como se oye. Aquí nadie roba, nadie quita, nadie se mete en problemas, por ello el sindicato y para eso nosotros pagamos una vacuna. Todo para cuando pase un altercado ellos sean los que hagan respetar las reglas, el método operandi de ellos es radical no hay pida ni compasión. Aquello era un mundo abrumador desde personas que vendían helados hasta la prostitución y mucho más allá. Todos iban aquellas minas para buscar una buena entrada de dinero pero aquellos que hacían parecer sabios y jugaban con fugo, salían quedamos sin retorno.

Trabajo, Dinero, Drogas y Oro era la atracción de la mayoría.

Mi conmoción término hasta que fui adaptándome aquel trabajo. Lejos de mi familia fue la peor parte.

Todo era tan jodido y abrumador muchas veces.

-Sabes eh pensado emigrar a Colombia - exclamo Maya. Aquello fue otro balde de agua fria. Mi expresión la tuvo que haber asustado porque estaba muriendo de risa.-Lo siento Alaia, pero llevo más de diez minutos hablándote y es como si hablara con nadie- reía mientras tomaba su cesta de accesorios.

Hice una mueca en forma de disculpa, Maya se había ganado el título de la amiga más loca que en mi vida había tenido. Su uno setenta la hacía sobresalir muchísimo al lado mío, su cabello teñido aun rojo fuego más, junto a sus increíbles tetas tamaño grande sin exagerar. Ha estado allí desde hace seis meses es inquebrantable y humana sobre todo.

-Maya es una locura lo sabe verdad??.me pare en frente y tuvo que bajar la cabeza para verme, odiaba aquello y más por la plataformas estúpidas que traía- No pongas los ojos en blanco, sabes porque lo digo- me esquivo y siguió caminando, mostrando los accesorios.

Dios ¡cuando se le metía algo en la cabeza no había poder humano que la hiciera cambiar de pensar. Aquello era peligroso emigrar a otro país y sin documentos pero, lo peor era que la frontera estaba cerrada por decreto del presidente ya que estaban contrabando de gasolina para venderla aun mayor precio. Por lo que quedaba la trocha y aquello era un infierno si no salía como se esperaba.

La vi pararse en frente de un comerciante chino, mientras una mujer preguntaba precios de las cadenas. Odiaba aquella situación y la entendida a la perfección, por mucho que nos matáramos trabajando nunca se estaría realmente estable, solo era para la comida y una que otra vez para ropa, que era un lujo.

-¿Colombia o un don?- hizo que me atragantara con el agua que estaba tomando, primero no la vi cuando llego a mí y segundo aquello del Don era aterrador.

-Estás loca??-le agarre de la muñeca llevándola lejos- El Don??- subraye el don- Maya es del sindicato, crees que tendrás paz si aceptas la propuesta del?-pregunte viéndola seriamente, aquel Don no paraba de mandarle recado todo el tiempo, ser miembro del sindicato no era de esperarse nada bueno- Entiendo que estés desesperada, yo me encuentro igual, aquí no prosperamos en realidad nadie prosperar-. con un nudo en la garganta- Pero, aferrarse a algo que se sabe que es peor, igual sigue siendo realmente desconocido es un precio a pagar y alto- mire atraves de aquellos ojos color miel, lo que vi no fue bueno.

Alaia: El Demonio Ruso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora