CAPÍTULO 18. LA HISTORIA DE ADDISON

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Carlos y Miguel se fueron a sus habitaciónes después de que Thomas explicase a todos lo que Mahmood le había contado en la llamada, mientras que Ethan, Alessia, Damiano y Victoria se quedaron durmiendo con Thomas. Ninguno quería dejarle solo, por lo que colocaron el colchón de Ethan y el de Victoria en el suelo de la pequeña habitación, y durmieron todos juntos, intentando distraer al rubio de lo que sucedía.

A la mañana siguiente, cuando Alessia despertó, abrazada por Ethan y Damiano, pudo comprobar que Thomas estaba despierto, apoyado contra la pared, con la mirada perdida. Soltándose del agarre de su amigo y de su novio, la chica gateó hasta él, con cuidado de no pisar a nadie sin querer. - Buenos días. - Susurró la española, mientras ponía una mano en su pelo, acariciándole. ¿Cómo estás?

Thomas, simplemente, levantó los hombros, mientras se tapaba con la manta. - A penas he dormido.

Alessia hizo una mueca, preocupada. - ¿Quieres hablar?

- Vamos a despertar a estos...

- Podemos ir a la habitación de al lado, al cuarto de Ethan. No le molestará que le robe la tarjeta. Además, así desayunamos, que su cafetera sí que funciona.

Aquellas palabras parecieron convencer al rubio, que asintió y, con mucho cuidado y apoyánose contra la pared, se puso de pie, para después tirar de las manos de su amiga hacia arriba.

Al intentar salir de ese cúmulo de personas sin llamar la atención, Thomas pisó sin querer la mano de Victoria, quien, cabreada, abrió los ojos, cogió una almohada, se la lanzó a ambos, y volvió a cerrarlos, tirándose sobre su cojín de nuevo, y dándose la vuelta para abrazar a Ethan, y dormir de nuevo.

Alessia tuvo que reprimir una carcajada, tapándose la boca, mientras se dirigía hacia el pantalón de su novio, le abría la cartera y le robaba la tarjeta-llave de su habitación.

Un minuto después, Thomas y Alessia se encontraban en la habitación del pelinegro, respirando aire puro con la ventana habierta. - Dios, ese cuarto olía a humanidad.

- ¿Qué esperabas? Éramos cinco durmiendo en mi cuarto, pensado para una sola persona. - Respondió Thomas, mientras enchufaba la máquina.

- Espera, no le has echado agua. - La chica sacó una botella del minibar, que vació dentro del aparato. - Ya está.

- ¿No se enfadará Ethan cuando vea que le han cobrado agua de más en la factura del hotel?

- ¿A caso es mí problema? - Respondió ella, riendo, mientras le daba al botón para encender la máquina, y colocaba una taza de café bajo el surtidor. - Listo... - Ambos se sentaron en el suelo del cuarto de Ethan, ya que su colchón seguía en la otra habitación, quedándose en silencio unos instantes, únicamente escuchando el traqueteo de la vieja máquina de café. - ¿Cómo estás?

- Ya ha salido de la operación. - Suspiró él, mirando al suelo. - Mahmood me ha escrito hace media hora, le había llamado su madre de nuevo. Le han tenido que hacer un cerclaje en la retina, sea lo que sea eso.

- Eso es que se le había desprendido la retina, y se la han tenido que pegar dentro del ojo de nuevo... A mi abuelo le pasó.

- ¿Y luego podía ver?

- Sí... Bueno, no del todo, pero se apañaba muy bien. Pero en su caso se lo pillaron muy pronto, no sé si Addie... Ya sabes. - El chico asintió, desesperado, mientras apoyaba su cabeza contra sus manos. - Ey. - La chica se acercó a él, abrazándole. - Seguro que le queda visión, ya verás.

- Espero... También han dicho que había... Daño cerebral. Han tenido que abrir y colocarle el cráneo. - El chico se echó a llorar como una magdalena, mientras Alessia le acariciaba la cabeza. - No entiendo... No entiendo por qué ha ocurrido esto... Addison es... Addison no se merece esto.

FEAR FOR NOBODY - MåneskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora