La línea entre el odio y el deseo.
—¿Sabías que espiar es malo? — una pequeña vocecita en mi oído me provocó casi un infarto.
Miré molesta al chico pelirrojo ante mi que sonreía por mi reacción. Era de una estatura promedio, ojos azules intensos y varias pecas esparcidas sobre su nariz y mejillas. Estaba disfrazado de pirata.
—Casi tengo un paro cardíaco por tu culpa. — toqué mi corazón dándole drama al asunto. Él río aún más fuerte. — Si vas a reirte de mi al menos dime tu nombre.
—Soy Asher. — su sonrisa creció aún más. ¿Porqué sonreía tanto? Me recuerda al gato de Alicia en el País de las Maravillas. — Un amigo me trajo a esta fiesta. Dicen que la dueña de este lugar esta loca.
—Si… tiene algunas tuercas fuera de lugar. — apoyé su último comentario — Soy Ree.
— Y supongo que ese chico que espías es tu ¿Novio?
Negué
—Enemigo de toda una vida. — aclaré ganándome una mueca de confusión de su parte. — No nos podemos ni ver. Hablamos como perro y gato. Somos indiferentes para el otro.
—Pero te sientes molesta si abraza a otra chica. — dijo con tono seguro.
— Claro que no. Estaba mirando porque esa chica de allí fue mi amiga ¿Entiendes? No es porque ese imbécil me provoque algo más que rabia.
Porqué no provocaba nada más ¿Verdad, Ree?.
—¿No tienes sentimientos por él? — moví frenéticamente mi cabeza de un lado a otro en una negativa. — Entonces ¿Puedo invitarte a bailar?
Fue mi turno de sonreir y tomar la mano que me ofrecía y que nos dirigió hasta fuera de la casa donde todos bailaban. La música se coló por todos mi sentidos y en pocos segundos estaba moviendome al ritmo junto a Arsher, un chico de cabellos rojizos que acababa de verme espiar a Dugan.
— Seré sincero, Ree. — susurró en mi oído.
Sus manos rodearon mi cintura y cada vez nos acercabamos más a la piscina por culpa de los ebrios chicos que empujaban a la vez que bailaban unos con otros.
—No esperaba encontrar un ángel esta noche pero resulta que los milagros existen. — dijo pegándome a su cuerpo y comenzando a acercar su rostro al mio. — Y realmente quiero besarte ahora mismo.
Para cuando dijo esto ya nuestos labios estaban a escasos milimetros. Lo esperé, cerré mis ojos en busca del beso que yo también empezaba a tener.
Su boca nunca llegó a tocar la mía pero mi cuerpo si impactó directamente con el agua de la piscina. Salí a la superficie tosiendo el agua que había ingerido. ¿Qué había sucedido?.
—Upps
—Tú… — mis manos se hicieron puños al observar la carita inocente que Dugan había puesto.
Era más que obvio que esto era culpa de él. ¿Quién más me arruinaba mi vida a cada instante?.
—¡Voy a matarte, sabandija! — grite nadando hasta él.
—Con ese tamaño no lograrás pegarme pero te aconsejo que no pierdas las esperanzas. — gritó corriendo fuera de la piscina huyendo de mi persona.
El agua escurria y mis tacones habían quedado en el olvido, abandonados en algún lugar del patio de Harley. Acelere el paso a pesar de que no sé correr y casi suspendo gimnasia en la secundaria.
ESTÁS LEYENDO
Hermoso Desastre ✔
Conto-Eres tan pequeña como una hormiga ¿Puedes escuchar lo que ellas hablan? Por eso es que te veo reírte sola a cada rato - se burló mirándome desde arriba con una sonrisa bailando en sus labios. -¿Oyes eso? -pregunté fingiendo oír algo - Las homigas...