En donde ellos no están

Capitulo 7 "¡Quiero saber!"

Mis pensamientos me objetaban de lo que realmente quería hacer, por un momento trate de dejar el dolor a un lado, quizá pueda ser fuerte, tal vez el abrir este sobre haga que aparezca tranquilidad en mí y pueda encontrar algo que me haga sentir bien, decidida si más tome el sobre en mis manos fuerte y empecé a desenrollar el cordón rojo, al meter mi mano, saque una bolsa antiestática, y dentro de esta había una llave, algo extraña, parecía algo gastada y vieja, lo más extraño es que tenía un reloj en la parte de arriba y una cadena para que se pueda colgar, tenía una escrituras que marcaban un tiempo con exactitud, aunque no entendía bien o que marcaban; de verdad que mis padres eran misteriosos, también había una carta con la letra de mi papá que decía lo siguiente:

"Mi pequeña si tienes esta carta y esta llave en tus manos, quiero decirte que tienes una gran decisión en tu manos y que cuando sepas la verdad de todo espero puedas entendernos y perdonarnos. Llevaras una gran carga, por culpa de nuestras decisiones, esta llave te ayudara a abrir la puerta de la bóveda, y ahí encontraras todo lo que necesitas saber, te amamos y aunque y te sientas sola solo debes saber que la soledad duele, el rechazo duele, perder a alguien duele, la envidia duele. El amor es la única cosa en este mundo que no duele. Así que ama y se feliz, y sobre todo, la única decisión de lo que te sucederá de ahora en adelante es tuya.

Espero puedas de verdad disculparnos

Atte. Papá y Mamá

Eso es lo que decía la carta, no sé qué pensar, mi corazón está a mil por hora palpita tan fuerte que no puedo oír mis propios pensamientos, pareciera que mi cuerpo está hecho un cadáver, se me ha helado la piel y tengo los bellos de punta, tengo miedo de buscar algo que pueda decepcionarme, no quiero buscar nada, no quiero encontrar algo que lastime más.

Me meto en la sabanas y me acuesto no sé qué pensar, el sueño se apodera de mí y cedo rendida a este.

Empiezo a caminar y a segur las voces que me llaman diciendo mí nombre.

-Danielle, ven aquí nosotros te cuidaremos. -las voces se hacen insistentes y empiezo a recordar que ya las había escuchado antes sé a dónde me conducen sigo corriendo hasta que lo veo ahí están los arboles con hermosas luces es de noche así que creo que no corro peligro según el chico loco de la otra vez, aunque me gustaría verle.

Empiezo a caminar por un largo rato y no lo encuentro.

Me encanta como se ven los árboles, por un momento siento que podría comunicarme con ellos o que son parte de mí, como si este lugar me perteneciera, este lugar me hace sentir en un hogar, es tan hermoso, me acerco más a los árboles o cual era su nombre.

- Mipssod - dijo una voz que sabía lo que estaba pensando, me asusto y me hizo alejarme- Así se llaman - lo voltee a ver y era el Jeroen.

-Hola, ¿cómo estás?

-Pensé que no volverías, haz tardado tanto en volver.

-Vamos solo han pasado unos días

-Para mí ha pasado mucho tiempo.

-Lo siento olvidaba que en los sueños se duplica el tiempo. -Dije encogiéndome de hombros.

-Bueno he estado abandonado, mucho tiempo.

-Lo siento no era mi intensión, pero de verdad no sé cómo llegar a estos sueños, para este momento debes darte cuenta que soy una pésima soñadora.

-Eso estoy observando - dijo con una sonrisa enorme en el rostro.-Le sonreí, porque sabía que él no me entendía mucho.

-Ven, hoy tengo un lugar a el cual llevarte.