Los sueños, el lado obscuro de la conciencia, esos seres en el abismo del alma, la más clara expresión de los miedo. Verraco Spin...
En donde ellos no están, puede que te haga imaginar que se trata de algo mas de la vida cotidiana, pero en est...
La oscuridad me abrazaba, mientras unas voces se hacían insistentes diciendo, "donde estas pequeña, ven con nosotros, aquí te cuidaremos". Poco a poco la oscuridad se iba desvaneciendo y lograba ver muchas luces que se veían a lo lejos; las voces dejaban de ser gritos y comenzaban a ser susurros, pero esta vez pronunciando mi nombre "Danielle" por un instante sentí que me arrullaban con una canción que pareciera que la naturaleza misma la dedicaba con tanto cariño, de un momento a otro pude ver que aparecían arboles uno tras otro eran tan hermosos cada uno diferente y sus hojas destellaban una luz de color que pareciese que les incrustaron luces de neón. Es de noche es por eso es brillan tanto las luces, pero aun así se alcanza a ver lo hermoso que es este lugar. Las voces desaparecen en cuestión de segundos. Comienzo a recorrer el lugar, es como si alguien lo cuidara todos los días y lo adornara para ser tan bello, me comienzo a sentir tan cansada, es extraño puesto que un sueño y en los sueños tu controlas lo que sucede, claro que en las pesadillas no se puede hacer algo así. Sigo caminando hasta que encuentro una hamaca que cuelga de dos árboles, se ve tan cómoda así que decido probarla y en cuanto me recuesto , me quedo profundamente dormida...
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Es de madrugada y sigo en el sofá son las cinco de la madruga, no puedo creer que haya dormido tanto tiempo, fue casi después de que el abogado se marchara. Al levantarme encuentro el sobre a un lado de mi solo puedo mirarlo con coraje, lo dejo a un lado y me levantó para darme un baño, uso el uniforme de repuesto que tengo, decido hacerme un moño en el cabello y me encamino a preparar mis desayunos, solo me preparo un café, para aliviar el frió. La casa se siente tan desierta. Después de terminar de preparar mis cosas tomó los patines, los audífonos y me pongo en marcha hacia la escuela.
Hoy hace más frió que de costumbre. Veo que en la calle no hay nadie, está demasiado solitario, ahora me siento más sola que de costumbre. Esta música que oigo no me ayuda de nada en el ánimo pero no me quejo es bonita y la que yo he elegido. Dejo que la música suene tan fuerte para que al menos mis oídos tengan un ruido placentero.
He llegado muy temprano a la escuela lo noto por que hay muy pocos alumnos, en fin tomo un asiento y me pongo a esperar para las clases, el día se pasa muy rápido me ha ido mejor, y hoy decido irme a casa en compañía de las chicas, platicamos de muchas cosas y el día se me va en tantas sonrisas, me siento tan diferente al día anterior.
Al llegar a casa me pongo a comer un poco de fruta y me voy a la sala a ver si hay alguna caricatura en el televisor. No pasa mucho tiempo después y suena mi pequeña maquinita, contesto y es Catalina.
-Hola amiga ¿qué haces?
-Nada, viendo programas chatarra.
-¿Crees que puedas venir a ayudarme? Por favor, di que sí - me hablo con tanto cariño que a su voceita no me puedo negar.
-Está bien, ¿En dónde te veo?
- Es en el centro por donde está la tienda donde siempre compramos dulces de goma.
