Capítulo 34: Corderito asustado

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Capítulo 34: Corderito asustado

— Yo.....— Pensé en una excusa pero nada se me ocurría. Una imagen pasó frente a mis ojos de Liam y yo en la calle, sin casa y sin dinero, todo por mi culpa. El remordimiento atacó mi pecho, ¿Cómo había podido hacer todo esto solo por un chico? Había traicionado a una mujer que se ofreció a darnos trabajo y casa, a pesar de que apenas teníamos 16 años. Y mi hermano, había hecho todo lo posible en sacarnos de esa casa, y yo lo arruinaba todo por un maldito chico que al final nisiquiera estaba enamorado de mí. Cerré los ojos con fuerza visualizando la escena de dolor de Scarlett, o de decepción de mi hermano, pero una ronca voz hizo que abriera los ojos.

— Scarlett. Déjala. No fué nada importante.— Demandó Harry con voz dura y semblante serio. Scarlett lo miró un poco asustada y asintió mandándome una mirada que no supe descifrar antes de irse de la habitación. Harry me miró serio y cerró la puerta.

Jugué con mis manos en mi regazo algo nerviosa.

— ¿Qué demonios está mal contigo?— Preguntó cortante sin alzar la voz. Levanté la cabeza indignada y lo miré mal.

— ¿Disculpa?— Pregunté indignada.

— Scarlett ha estado apunto de descubrirnos y tu ni siquiera has podido inventar una excusa decente. Solo estabas ahí como un corderito asustado.— Se burló. Yo me levanté de la cama dispuesta a enfrentarme a él pero abrió la boca para hablar de nuevo.— Anny. Esto no es un juego. Si nos descubren mi tío la pagará conmigo y tú te pudrirás en la calle. Así que cuidado con lo que haces.— Me amenazó muy cerca. Su gran altura lograría intimidar a cualquiera, menos a mí.

— Todo esto es tú culpa.— Escupí con dolor. Pasé por su lado dispuesta a irme pero su gran mano agarró mi antebrazo con fuerza impidéndome salir.

— ¿Qué fueras una perra es mi culpa?— Escupió de igual manera con una sonrisa. Pero no era una sonrisa bonita ni dulce, era una malvada, fría y repugnante. Y sus palabras me habían dolido. Mucho.

— Yo no hice nada.— Me defendí soltándome de su agarre.— Si tu realmente confiaras en mí, me creerías cuanto te dijera que fue Zayn quién me besó.— Andé unos cuantos pasos hasta la puerta. Y me quedé unos segundos parada, esperando a que reaccionara. Que me abrazara y me dijera que lo sentía mucho, que me quería y que todo lo que había dicho sobre mí no era cierto.

Pero no pasó.

Porque eso solo pasa en los cuentos. Todo tiene un final, pero no todos son felices.

Giré la manilla de la puerta y salí de ahí totalmente rendida a seguir intentándolo con Harry. Él solo me había utilizado para acostarse conmigo. Y como no lo consiguió, utilizó la tonta excusa de que había besado a Zayn.

— Anny.— Dijo Liam en cuanto me vió. Lo miré.— Alguien ha venido a verte.— Fruncí el ceño.

— ¿Quién?— Pregunté confusa.

— Un hombre. Ha pasado y te ha traído esto.— Me pasó una nota.

El sobre era blanco y ponía en letras doradas mi nombre.
Miré por todos lados en busca de un sello o una señal de donde provenía, pero no había nada. Rendida, abrí el sobre encontrándome con una carta blanca y en los bordes estampados dorados. La letra de dentro estaba curvada y escrita con tinta negra.

" Señorita, quiero decirle que no hace falta que me devuelva la chaqueta. Pues si está con usted no podría estar en mejores manos. Espero verla de nuevo, esa sonrisa no es fácil de olvidar.

-Patrick S."

Sonreí con las mejillas un poco encendidas. Patrick era el hombre tan amable que me había ofrecido su chaqueta. Y después, me enviaba una carta halagándome de esta manera. Lo encontraba tan atractivo y dulce.

Más que un trabajo~ H.S~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora