Capítulo 11: Las miradas matan

182 5 0
                                    


Capítulo editado

Capítulo 11: Las miradas matan.


Un suave cosquilleo en mi nuca hizo que todo el vello de esa zona se erizara. Fruncí el ceño y aún con los ojos cerrados me acomodé mejor sobre la dura superficie bajo mi cuerpo. No podía dormir, pero no me encontraba preparada para abrir los ojos aún. La almohada pareció moverse, y mis sentidos se alarmaron. Abrí los ojos con rapidez y lo primero que mis ojos captaron fue la pared blanca de mi dormitorio. Moví mi mirada hacia arriba, y mis mejillas se tiñeron salvajemente de rojo.

No recordaba el hecho de que Harry se había quedado a dormir conmigo, en la misma cama. Y sin duda no recordaba el momento en el que... nos pegamos tanto.

Todo mi cuerpo estaba, literalmente encima del de Harry. Mi mejilla apoyada en su pecho, que se movía lentamente de arriba abajo con su respiración. Mis caderas pegadas a las suyas, mi pierna izquierda entre las suyas, y la derecha, increíblemente, sobre el colchón a un costado del cuerpo de Harry.

Sin embargo, eso no era lo peor. Lo peor era que los brazos de Harry me envolvían. Su brazo derecho alrededor de mis hombros, y el izquierdo se alargaba por mi espalda hasta que sus dedos rozaban.... mi trasero.

Con las mejillas aún acaloradas, traté de levantarme de su cuerpo sin despertarlo, cosa que fracasé, ya que caí nuevamente sobre su cuerpo. Cerré mis ojos con fuerza y tomé un respiro profundo haciendo un segundo intento.

Sin embargo, esta vez fue peor.

Harry debió sentir mi movimiento, ya que antes de que pudiera reaccionar, ya se había levantado alerta, quedando sentado.

Y en el proceso, me había llevado a mí también.

Mis rodillas quedaron flexionadas a cada lado de la cadera de Harry, y mis manos se apoyaron en su pecho inconscientemente tratando de no caer de espaldas en la cama. Mi cara a centímetros de la de Harry, y mis manos agarrando en puños su camiseta.

Y su mano aún en mi trasero.

Abrí la boca para decir algo, pero nada salió de esta. Nunca antes había estado tan avergonzada, esto era demasiado para las estupideces que cometía. Su mirada sorprendida bajó por todo mi cuerpo, y abrió los ojos al sentir sus propias manos sobre mi zona íntima. Aunque solo fueron unos segundos antes de que dibujara en su cara una sonrisa divertida.

- Vaya, estos sí que son unos buenos días.

Levanté la mirada a sus ojos, sintiendo como la intensa mirada que me otorgaba hacía arder toda mi cara.

- ¿Podrías, por favor, quitar tu mano de ahí? - Prácticamente rogué. Su mirada se hizo más intensa aún, y solté un gritito de sorpresa al sentir su mano apretar mi nalga. - ¡Harry! - Jadeé.

- Cariño, eso ha sonado más caliente de lo que esperabas. - Bromeó con una sonrisa pícara. Rodé los ojos y quitó sus manos de mi trasero, sin embargo agarró disimuladamente mi espalda, sin dejarme ir. - Así que, estabas encima de mí, por lo que veo.

- ¡No! - Arqueó una ceja. - Bueno, sí. ¡Pero no lo sabía! ¡Estaba dormida! - Me excusé avergonzada. Rodó él los ojos esta vez y me regaló una sonrisa de lado, haciendo que mi corazón se hundiera.


(....)


Suspiré y metí el último plato sucio en el lavavajillas con pesadez. Llevaba 11 horas seguidas (contadas) trabajando, y me sentía totalmente agotada. Mis párpados pesaban a pesar de no tener nada se sueño, y mi cuerpo ansiaba un sofá en el que sentarse. Por fin había terminado mis obligaciones, y tenía el resto del día libre.

Más que un trabajo~ H.S~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora