Más que un trabajo~ H.S~

Capítulo 36

Capítulo 36

Después de la pequeña siesta, abrí mis ojos nuevamente gruñendo ante un fuerte sonido proveniente de la planta baja. Suspiré y miré el reloj, la una y media de la mañana. Escuché un grito frustrado y un par de sollozos, y mis sentidos se alarmaron por alguna razón. Caminé de puntillas hasta la puerta y la abrí cuidadosamente, tratando de no hacer nada de ruido.
Los gritos se colaron por mis oídos y me estremecí. Seguí el sonido hasta las escaleras, dónde me asomé por la barandilla a ver qué estaba sucediendo.
Abrí mis ojos al ver a Scarlett con las manos en sus caderas, una mueca muy enfadada en su cara y a Harry mirándola sin emoción. De un momento a otro dejaron de gritar antes de que yo pudiera oír algo, y sus palabras se convirtieron en susurros casi inaudibles para mí.
Scarlett movió los labios con una mueca algo frustrada e intentó acercarse a Harry, sin embargo él se alejó ante su toque tambaleándose un poco, acto que me hizo entender la situación.

Harry estaba borracho.

Scarlett negó con la cabeza con la mandíbula apretada y cogió su bolso antes de abrir la puerta de la entrada y cerrarla con fuerza extrema. Abrí mi boca en sorpresa y miré a Harry, quién seguía con su mirada en el vacío ahí parado, sin hacer nada.
Me dediqué a observarlo unos minutos, cuándo de repente giró su cabeza en mi dirección y me vio.

Mis sentidos se alarmaron e hice amago de levantarme, pero sus piernas largas hicieron sus pasos hacia mí más cortos y llegó a pillarme sentada en la escalera. Le miré algo asustada, esperando sus gritos diciéndome que no debería meterme donde no me llamaban, pero me sorprendió cuándo cogió mi brazo con fuerza y me levantó del suelo girándose para dejarme acorralada contra la pared. Mis mejillas se tiñeron de rojo. Todo había sucedido tan rápido e inesperadamente, que no tenía ni idea de qué debía hacer.
Acercó su cara a la mía, y unió su frente con la mía mientras respiraba pesadamente. Sin pensar siquiera en apartarle, unió sus labios con los míos en un movimiento brusco que me abrumó por unos segundos, pero al sentir sus labios moviéndose eufóricamente sobre los míos no tuve otra opción que corresponderle el beso.

Claro, "no tuve otra opción"

Su lengua encontró la mía, y una batalla se formó entre ellas. Mordió mi labio inferior y yo gemí levemente, avergonzándome al instante. Sin embargo el no se detuvo, y yo tampoco le detuve. Había extrañado ese sabor, el sabor a Harry.

Sin embargo, una imagen se colocó en mi cabeza.

Scarlett.

Cerré mis ojos con fuerza y utilicé toda la voluntad que tenía para colocar mis manos en su pecho y hacer fuerza separándole. Sus ojos me miraron confundidos, y en su iris pude ver mi reflejo.
Esa chica parecía una pequeña inocente a la que utilizaban, con la que jugaban y engañaban.

Y esque esa chica era yo.

Las lágrimas picaron en el fondo de mi garganta y le miré con furia.

- Harry, estás borracho. - Musité con la voz entrecortada.

- ¿Y? - Preguntó arqueando una ceja. - Había deseado hacer esto desde hacía mucho tiempo. - Confesó relamiendo sus labios.

- Podrías haberlo hecho en vez de tratarme como lo hiciste. - Susurré con la voz rota. Él bajó su cabeza suspirando y apretó los labios.

- Lo siento, ¿está bien? - Espetó con un tono algo rudo. - Fué un error, todos los cometemos. -

- Pero ese fué un error que me hizo daño, Harry. - Confesé. Frunció su ceño y me miró algo molesto.

- ¿Y? Tú también me hiciste daño cuándo besaste al imbécil de Malik. - Escupió.

- ¡Yo no le besé! ¡Fué él a mí! ¿Cuantas veces voy a tener que repetírtelo? - Grité frustrada. - Además, tú ni siquiera pediste explicaciones, ni siquiera me escuchaste.  ¡Sólo te fuiste con Scarlett! -

- ¡Venga ya Anny! - Gritó de la misma manera. - ¡No hice nada con ella! ¡Nada! -

Nuestras respiraciones estaban agitadas, y no me atrevía a recordar como había empezado todo esto. Me dí la vuelta dispuesta a volver a mi habitación, cuándo su voz me paró.

- Lo siento. - Susurró, su voz ronca siendo suelta en el aire. - Lo siento Anny, realmente lo siento. -

Me giré nuevamente a verle con los ojos algo cristalinos, por la simple razón de qué no podía resistirme a él. Nunca podría.
En vez de decir algo, me acerqué a él y rodeé su enorme espalda con mis brazos, los suyos atraparon mi cintura con fuerza y nos quedamos así durante unos minutos. Sin distracción, sin amenaza, nada. Sólo él y yo.

- ¿Qué está pasando aquí? - Graznó una voz detrás de mí. Me giré rápidamente separándome  de Harry y miré a mi hermano con las mejillas rojas.

Y Liam, por supuesto.

- Eh.... yo... yo sólo... nosotros sólo estábamos... - Balbuceé en busca de una respuesta creíble, pero creo que la imagen de su hermana pequeña abrazada a su jefe mujeriego casado no daba buena pinta.

- ¿A qué estaís jugando? - Masculló Liam mirándonos. - ¿A qué estás jugando tú, Styles? - Posó su mirada en Harry.

- Al juego qué me de la gana, Payne. - Escupió Harry algo borde. - Sólo recuerda una cosa, yo soy el jefe aquí. Yo mando. -

- No por mucho tiempo. - Susurró Liam con la mirada baja. Al recordar la conversación horas atrás, yo también bajé mi mirada sintiendo las lágrimas picar en el fondo de mi garganta.

- ¿Te refieres a tus deudas? - La voz de Harry nos hizo levantar la cabeza confundidos. - Sí, os espié. - Aclaró sin rodeos.

- No tienes derecho a... -

- Cálmate, muchacho. - Interrumpió Harry a Liam. Metió la mano en su bolsillo derecho y de ahí sacó un papelito qué dejó en la mano de mi hermano. Fruncimos el ceño y abrí los ojos al encontrar un cheque.

- ¿Qué? - Logré preguntar sin saliva en la boca.

- No quiero que me lo devuelvas, no lo necesito. - Miró a mi hermano serio.

- ¿A qué estás jugando Styles? - Gruñó nuevamente mi hermano.

- No lo hago por tí, lo hago por ella. - Explicó. Mi corazón pareció later más rápido, ya que una incontrolable sonrisa apareció en mi cara. Mi hermano me miró sin expresión alguna.

- Si me entero de qué te estás aprovechando de ella te juro que.... -

- Liam. - Le corté. - Basta.

Él suspiró y se dió la vuelta, pero antes de entrar a su habitación dijo algo.

- Todos a sus habitaciones, cada uno a la suya, ya. - Ordenó serio. Soltamos una suave carcajada y Harry entrelazó su mano con la mía. Rozó su nariz con la mia en un gesto tierno y me miró.

- Creo que debería irme  a mi habitación.- susurró sobre mis labios.

- Deberías. - Asentí sin alejarme.

Un golpe seco se oyó desde la puerta de Liam en advertencia y reímos una vez más antes de  separarnos.

- Buenas noches Harry. -

- Buenas noches ángel. -