-No te olvides una buena corbata. Ya sabes, es lo más importante en el traje de un hombre. Una buena corbata puede transmitir sencillez, confianza…
-No sabes lo feliz que me haces al ver que te tomas esto bien –papá dio un beso en la mejilla derecha a mamá. Se dirigió hacia el armario y escogió entre sus corbatas una con un bonito estampado de cachemira de diferentes tonos de azul.
-Tenías razón. Marta es muy buena consejera. Esto lo haces por el bien de nuestra familia, es más, todo tu trabajo es por nosotras –se dejó caer en aquel colchón, cerca de donde reposaba la maleta – pero me cuesta convencerme a mí misma de que me encuentro sola.
-No digas eso. ¿Por qué no vas a Londres con las niñas? –dijo haciendo contacto directo con los ojos de su esposa.
-Es muy tentador, la verdad, pero aún estoy esperando a que me llamen de la entrevista de trabajo, ¿te acuerdas qué te comenté? –él asintió
-No quiero verte triste. Quiero que sonrías siempre, y por cierto, que no pierdas el contacto con Marta. Esa chica dice cosas muy ciertas –ambos rieron
-Ella nos conoce a ambos. Trabaja contigo y además es mi mejor amiga, sabe qué es lo mejor para nosotros.
-¡Buenos días pedazo de dormilona!
-¿Qué? –grité sobresaltada -¿Qué hora es? Bah, solo son las once y media, no entiendo tu prisa en despertarme.
-Verás. Aquí eso no es madrugar exactamente. –se dirigió hacia la mesa más cercana al televisor de la habitación –Te he traído unos dulces.
-Ahora sí que merece la pena despertarse –me incorporé doblando la almohada sobre mi espalda.
-Que sepas que has roto tu regla de no dormir conmigo. No creí que fueras tan fácil.
-Déjate de bromas –soltó una sonrisa burlona –No cuela.
-¿Quieres que te traiga algo más?
Harry depositó la bandeja sobre mis rodillas con un gesto amable. Le pedí que se acercara a mí hasta que llegamos a un momento en el que nuestros labios casi se rozan. Inmediatamente, aparté mi boca de la suya y la dirigí a su oído. “En realidad quiero un café, por favor” –le susurré
-Ja-Ja ¿Quién es la bromista ahora? –se puso la chaqueta –Voy a bajar por un café, lo que me haces hacer por ti.
-Yo también te quiero –grité mientras se cerraba la puerta principal de la habitación
Rápidamente cogí el mando a distancia y marqué una serie de números en busca de algún canal interesante.
Tras la barra de aquel pequeño restaurante había una chica con el pelo bastante oscuro recogido en una cola. Estaba de espaldas rellenando uno de los zumos, por el color apostaría a que era de naranja.
-¿Me pone dos cafés con leche, por favor? –dibujó una sonrisa agradable en su rostro
-Por supuesto, espere unos… ¡No puede ser! ¿Tú eres Harry? ¿El del otro día, en el parque?
-¿Ad- Adeline? Vaya, que sorpresa verte por aquí.
-De hecho, trabajo aquí.
-Ya, ni yo. Así que dos cafés… ¿quién es la afortunada que te acompaña? –vaciló
-Es una amiga –se sentó en el taburete frente a la chica.
-Eso dicen todos. No deberías tener miedo en contármelo. Soy de confianza.
-Y no lo dudo. Pero es en serio. Solo somos amigos, hace poco que nos conocemos, tampoco creo que ella esté preparada para una relación.
-¿Te lo apunto en tu cuenta? –el chico la miró extrañada –los cafés, digo.
-Sí, sí. –Adeline puso los vasos tal y como Harry le había pedido y con gesto dio a entender que eso era todo –Me ha encantado volver a verte –se quedó pensativo -¿por qué no te pasas por mi habitación en cuanto tengas un rato libre y conoces a mi amiga? Le vendrá bien.
-Oh, gracias, pero no se me da bien hacer de sujeta-velas –rió
-203
-Aquí tienes tu café. Se me olvidó decirte que Josh no va a venir a recogerte. Le dije que aún dormía y que te llevaría en mi coche.
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My Perfect Dream (Pt. 1)
FanfictionHola, encantada de conoceros por fin. No sabía las ganas que tenía de encontrarme con alguien como tu, alguien con el que compartir mi historia. Sé que probablemente no soy la chica más lista del mundo, pero si hay algo de lo que estoy cien por cie...