My Perfect Dream (Pt. 1)

Capítulo segundo

Era 19 de Junio, exactamente las 08:30 a.m. No podía creerlo. Tanto Sara como yo nos habíamos pasado toda la noche en vela mandándonos mensajes sobre las cosas que haremos durante nuestra estancia en Londres. Todos eran locuras, pero estaba tan ilusionada por este viaje... No era mi primera vez en Londres, claro, hace unos 3 años viajé para ver la casa que Peyton y Josh habían comprado, y estuve una semana en casa de mis abuelos. Pero, sabía que esta vez iba a ser diferente, sabía que mi mejor amiga y yo lo íbamos a pasar en grande. Íbamos a conocer a nuestros ídolos, a dar una vuelta en el London Eye, a comprar en las últimas tendencias en moda en The Oxford Street, e íbamos a pasearnos por toda la ciudad en el tube.

Me senté encima de la maleta para cerrarla, pero llevaba más "por si acasos" que ropa, además que todos conocemos la famosa y gran mochila de los aviones que parece hacer competitividad con la comida, a cual peor. Tras varios intentos logré cerrarla, tiré del mango hacia arriba y la rodé por el pasillo

-Molly, ¿qué te he dicho de rodar la maleta en casa? –dijo mamá con un tono burlesco desde el pasillo que daba a la puerta que conecta mi casa con la calle. Puse los ojos en blanco.

Bajé las escaleras con la maleta cogida en peso, me miré un par de veces en el espejo y me sonreí a mí misma.

-Molly, como no te des prisa vamos a llegar tarde –gritó en  susurros desde el coche.

-Voy –le devolví el grito susurrado.

Le mande un mensaje a Sara. "Voy saliendo de mi casa, nos vemos en quince minutos en la entrada del aeropuerto". Cerré la puerta de mi casa y monté la maleta en el maletero.

Iba en el coche respondiendo a la propia pregunta que yo me había hecho minutos antes. "¿Por qué tenemos que estar dos horas antes de la salida del avión?" En ese momento mi cabeza dejó de pensar y empezó a tararear Steal my girl, que sonaba de fondo en la radio. Aunque quien dice tarareando dice cantando con el volumen de la radio a tope. Mamá, que iba conduciendo, me miró e hizo un gesto que derecha a izquierda un par de veces, como dando a entender que no se podía creer quien le había tocado de hija.

-Vamos mamá, canta conmigo. –Bajó el volumen de la radio –Pero, ¿qué haces?

-Hemos llegado

-¡¡Ahhhh!! –grité como lo hacen las chicas cuando un chico entra en el vestuario.

Me fui acercando poco a poco a la puerta del aeropuerto, y allí estaban Sara, sus padres y su hermana pequeña. No pude oír bien lo que la madre le acaba de decir, pero seguro que era algo como "ten cuidado", "no seas loca", "pórtate bien" o "haz caso de Letizia".

-...que sí mamá, te llamaré en cuanto llegue –ambas se abrazaron.

Mi madre y la de Sara mantuvieron una conversación que ni Sara ni yo pudimos oír por los chillidos que estábamos pegando. Alguien nos dijo "shhhh", ambas reímos.

Más como un impulso que como cualquier otra cosa, subimos corriendo las enormes escaleras mecánicas que conducían al avión. "Sin correr por favor", no dijo una azafata de ojos saltones.

Me senté en la tercera fila contando desde atrás, a mi lado estaba Sara y en los asiento del lado opuesto estaba mamá junto a un hombre mayor que vestía una camiseta verde y unos pantalones negros.

Miré hacia la ventanilla de cristal que tenía a mi lado. "El avión está a punto de despegar, por favor pasajeros, abróchense sus cinturones", eso mismo lo dijeron en 3 idiomas más. Sara y yo nos miramos pero no dijimos nada. Es lo que tiene tener una mejor amiga, solo con mirarnos mutuamente ya intuíamos que quería decirnos la otra.

Me puse los cascos y me apoyé en la ventanilla. Me encanta imaginar mientras voy viajando al ritmo de una de mis canciones preferidas. Tengo una lista de reproducción especializada para viajes largos como este.

"Pasajeros, acabamos de llegar a su destino. No olviden desabrochar sus cinturones y salir por la puerta de la derecha. Esto ha sido todo, tengan un buen viaje." "Passengers, we have already got to our destination, don't forget to..."