Capítulo decimotercero

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Intentaba acelerar mi paso con tal de que Harry no me siguiera. Con los ojos rojos, agaché la cabeza y deslicé mis dedos corazón y pulgar de la mano derecha hasta el lagrimal de ambos ojos. Aún con la esperanza de que algún taxi pasara por allí me senté en el  escalón de la casa más cercana al principio de la avenida del hotel. "Un taxi pasará dentro de unos minutos, al hotel llegan bastantes huéspedes extranjeros, solo tengo que esperar" Pensé.

-¡Maldita sea! ¡Para de llamarme! –colgué el teléfono.

-Vamos Molly, ¿puedes ....? –la llamada se cortó pero Harry seguía con el móvil pegado a la oreja, como si de un pendiente se tratase. -¡Joder! –masculló.

"No puede haber corrido tanto" Pensó Harry echando un vistazo a su alrededor.

¡Al fin llegó un taxi! Dentro de él se observaba un cartel. "Libre".

-Bien, ¿cuántos son?

-Dos –sonó una voz agotada, cansada como si llevara todo el día corriendo.

-Una –puntualicé

-¿Se ponen de acuerdo ya, jovencitos? Que no tengo todo el día.

-Es que yo he llegado antes.

-¿Vais al mismo sitio?

-No –dije

-Si –exclamó Harry.

-Lo dicho, o se montan o les cobro el tiempo que llevo aquí.

Subí al coche por la puerta izquierda y Harry lo hizo por la derecha. Noté como poco a poco él se iba acercando más a mí hasta llegar a colocarse en el asiento intermedio.

-¿Por qué huyes de mí? –susurró.

Me limité a girar la cabeza hacia la ventanilla.

-No te soporto cuando te pones así –se retiró y volvió a su asiento.

-Tampoco pretendía que me soportaras. Después no me vengas con cursiladas si en realidad no me soportas.

-No. No soporto cuando te enfadas.

-Es mejor ser odiado por lo que eres que amado por lo que no eres. Sé que no es fácil de entender para los demás, pero soy así, una persona que dice la verdad, y que no se traga lo que piensa.  

-Pero a veces te pasas. Quiero decir...

-Ya sé que quieres decir, ¿sabes?, no eres la primera persona que "no me soporta"

-Piensa lo que quieras, pero no entiendo qué es lo que te he hecho ahora.

-Esto ya es colmo, encima me mientes.

Solo tenía ganas de bajarme de ese maldito taxi, correr hasta llegar a casa y encerrarme en la habitación. Y sí, eso fue lo que hice, bajé del coche y acto seguido comencé a correr. Harry gritaba desesperadamente desde dentro del coche, pero no pude oír bien qué decía, ya que el viento soplaba bastante fuerte.

Él se bajó del taxi, también. Inesperadamente, me cogió por los hombros dándome completamente la vuelta, quedando frente a frente.

-¿Qué te crees que estás haciendo? –El taxista chilló desde el coche.

-¿Quién de los dos va a pagarme?

-Venga ya, si hemos estado diez segundo es su estúpido taxi

-Tome, váyase –Harry le tendió un billete de cinco libras.

-¿Puedes parar de seguirme? –vacilé

-No hasta que me digas dónde vas. –Se detuvo descaradamente –Vamos, te llevo en mi coche.

-No quiero tener nada que ver contigo –me detuve, también –Te ruego, déjame en paz, haz como si no me conocieras, bueno en realidad no sabes nada de mí, y no te culpo.

-Déjame conocerte más. Te prometo que no pasará nada más, si tú no quieres.

-¿Eso es lo que le dijiste a esta chica? –Saqué mi móvil del bolsillo, busqué la foto que hacía escasos minutos había recibido. Harry inspeccionó la foto durante unos segundos.

-¡Que inocente eres! –rió -¿En serio crees que yo...? Vamos, Molly.

-Fíjate en el pelo, en los tatuajes –señalé la pantalla

- Mira la fecha en la que fue tomada. Eso fue hace medio año. Ya no hay nada entre esa chica y yo. Estaba borracho.

Escucha, si quieres que esto funcione, tienes que confiar en mí.

-Para mí aún eres todo un desconocido

-Vente esta noche. Al hotel. Daremos una fiesta de despedida.

-No me gustan las fiestas –puse mi mano derecha en el codo izquierdo y la izquierda en el derecho.

-Toma –me arrojó su chaqueta –Aunque no sé si debería dártela, ¿estúpida chaqueta?

Es solo una pequeña despedida con nuestros familiares, como sabes los míos están de viaje, me apetecería mucho que vinieras –le miré sorprendida –Mira, olvida lo de la foto, ven lo pasaremos bien.

-Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidar es difícil para el que tiene corazón –respondí, borde

Miré a ambos lados en busca de otro taxi o autobús que pudiera llevarme a casa, pero me temo que tendría que recurrir a mi última opción.

-Llévame a casa.

-¿Por qué te molesta tanto el contenido de esa foto?

-Porque eres tú y me molesta verte con otra persona, y más aún, ya sabes... Ya ni siquiera es la foto, es que sé que conmigo vas a hacer lo mismo, y con la siguiente, y con la siguiente, hasta que te quedes solo. Los demás tendrán sus mujeres y sus hijos, y tú solo serás un simple soltero, sin familia. Nunca has sabido lo que es estar realmente enamorado, ¿verdad? No me sorprende.

My Perfect Dream (Pt. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora