CAPITULO 25

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Escuche la voz de Catrina, diciéndome que la matara.

no lo pensé mucho, agarre un pedazo de vidrio que estaba en el suelo y se lo clave en el cuello a Isabel.

Isabel cayó al suelo como un saco de papas, empecé a reír de una forma nerviosa.

Me acerque al cuerpo de Isabel y saque el vidrio de su cuello, la sangre salia abundante.

Me senté a un lado del cuerpo de Isabel, mirando un punto fijo en la habitación, así me quedé aproximadamente 1 hora, cuando por fin Catrina hizo que reaccionara.

-Hey estúpida, tienes que esconder el cuerpo.

Mira hacía abajo, y ví a Isabel sin vida.

Agarre el cuerpo por los pies y lo empecé a arrastrar por toda la casa  hasta llegar al patio trasero. había quedado el rastro de sangre.

agarre una pala que está junto a las flores de mi madre y empecé a hacer el agujero, cabe por 2 horas aproximadamente, arrastre el cuerpo hasta el hoyo, y empecé a colocarle tierra encima, levanté la mirada y me dí cuenta  que  la vecina de la casa de atrás me estaba viendo, su cara era de susto, cuando se dió cuenta que la vi, salió corriendo.

-Mierda, me ha visto, iré a la cárcel.

me empece a desesperar estaba entrando en pánico, estaba empezando a sudar, empece a tapar el cuerpo más rápido, cuando ya no se veía el cadáver salí corriendo a mi habitación para tomar dinero y fugarme, pero en ese momento escuché las patrullas de la policía, lágrimas corrian por mis mejillas, no sabía que hacer, catrina no me decía nada, estaba desesperandome.

Escuché como tocaron la puerta.

-Somos las autoridades habrá la puerta.

Me agarre el cabello con fuerza, no sabía que hacer.

-Abra la puerta.

Me quedé paralizada, quería salir corriendo pero mis piernas no respondían.

-Si no abre la puerta la derrumbaremos.
-¡1...2...3!

Escuche un fuerte golpe, y después empecé a escuchar pasos, ya no había vuelta atrás, uno de los oficiales entró a la habitación en dónde yo estaba, vio la sangre con vidrios rotos, luego el espejo y por último me miró a mí.

Yo la verdad tenía la mirada perdida, ya no sabía que hacer.

El oficial se acercó a mi para tomarme del brazo para sacarme de ahí, pero en seguida que el se acercó yo me alejé.

-No te haré daño, ven.

Sabía lo que me iba a pasar, pero ya no podía retroceder el tiempo, así que no me dió de otra que dejar que el oficial me sacará de ahí.

Mi casa estaba rodeada de cinta Amarilla, el oficial me esposo las manos y se colocó en frente de mi, ví como mi madre llegó en su auto y se bajaba rápidamente de el, no la dejaban pasar la cinta amarilla, escuchaba el sonido de las patrullas, a la gente murmurando. El oficial empezó a hacerme preguntas, no respondí ninguna, estaba en estado de shock, solo miraba un punto fijo, el oficial me llevo hasta la patrulla y me metió dentro de ella, ví por la ventana y el oficial estaba hablando con mi madre.

7:00pm.

Ahí estaba yo, encerrada en una celda, con frío, aún con la mirada perdida y con mi ropa llena de sangre ya seca, empecé a recordár a cada una de las personas a la cual había asesinado.

3 días después.

-Entonces señorita Collins, no piensa hablar nunca,  ésta es la segunda vez que la entrevistamos y no habla.

y ahí estaba yo, Anastasia Collins, siendo entrevistada por segunda vez, estaba negada hablar, no quería hablar de un tema el cual aún no había podido procesar, solo me límite a ver un punto fijo en la habitación.

-Todo apunta a que usted asesino a la señorita Isabel.

Después de un rato, como el oficial no tuvo respuesta de mi parte, se levantó furioso de la silla y golpeó la mesa fuertemente con sus dos manos.

Di un pequeño saltito, me había asustado el sonido.

-¡HABLE DE UNA MALDITA VEZ!

-Yo no la mate- dije de una forma neutra

- Entonces quien fue señorita Collins?

- Si digo que fue ella se molestará conmigo.

El oficial iba a hacer otra pregunta, pero empecé a llorar desesperadamente gritando una y otra vez que yo no  la había matado, me levanté de la silla, y de un solo golpe le di la vuelta a la mesa, el oficial me agarró del los brazos para que dejara de golpear cosas, entró un señor vestido de blanco con una jeringa en la mano, me inyectó aquella sustancia sin cariño alguno, sentí hormigueo en todas mis extremidades y poco a poco me fui desvaneciendo.

Al día siguiente.

Estaba pensando en porque la maldita de Catrina no se ha aparecido en mi mente hablándome y diciendo que hacer, simplemente se fue.

Escuché como abrieron la celda y en vez de entrar un oficial entro una señora de aproximadamente unos 40 años, iba vestida de una forma muy elegante. Se sentó a mi lado.

Hola- fue lo único que me dijo de una forma calmada, su voz me transmitía confianza.

Levanté la mirada y  vi directamente a sus ojos azules.

-¿Cómo te llamas?- me preguntó

-Anastasia- me limité a responder.

-Yo me llamo Paulina, un gusto conocerte.

Solo le respondí con una sonrisa melancólica.

-¿Sabes por qué estás aquí?- me preguntó Paulina

Mis ojos se empezaron a inundar de lágrimas y mi labio inferior empezó a temblar.

-Por culpa de Catrina- dije con rabia apretado mis dientes.

- ¿Quien es Catrina?

-Yo- respondí con lágrimas corriendo por mis labios.

-pero tu te llamas Anastasia- me dijo la señora con cara de confusión.

-Ella me habla, y me controla cuando se le da la gana, es mi otro yo, mi lado malo...









Dos Caras Frente Al Espejo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora