11.Él me gusta

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Me había quedado dormida en el suelo donde me había recostado la noche anterior, me desperté por el ruido en mi cocina. Limpié la saliva que caía por la comisura de mis labios y me senté en el piso de madera, pude ver que Richard andaba limpiando la basura de la noche anterior me coloqué los lentes y suspiré mientras me ponía de pie

—¿Qué haces aquí?— pregunté uniéndome a él

—Buen día, ¿o dormimos juntos?— respondió con una sonrisa y su camiseta blanca, al parecer ahora era fanático de usar ese color

—Buen día, ¿qué haces aquí?— volví a preguntar a lo que él me dijo con sus ojos en mi

—No te veo hace una semana, quería saber si estabas bien.

—Estoy viva, fin. Puedes irte— le aconsejé, ni siquiera volvimos a mencionar lo del beso

—Desayuna conmigo —pidió— anoche estuviste bebiendo— agregó luego, volví a suspirar

—¿Por qué quieres desayunar conmigo?— cuestioné, me dolía todo el cuerpo de haber dormido en el suelo

—No sales de estas cuatro paredes hace una semana, ponte algo bonito y vamos a desayunar— habló en una orden, no me gustaba que me ordenen cosas

—¿Eres mi padre?— cuestioné viéndolo

—¿Por qué dices eso?— preguntó ubicándose frente a mi

—Me estas ordenando cosas —respondí— no te da la edad siquiera para decirte "daddy"— bromeé al final y me tomó de la muñeca para detenerme, me hizo girar sobre mis pies para tenerme de frente e hizo que retrocediera unos pasos y cuando toqué una de las paredes mientras apresaba mis manos con una suya contra la pared por sobre mi cabeza y sonriendo habló

—No es necesaria la edad para ser considerado daddy— fruncí el ceño un poco molesta

—Apenas me llevas nueves años, no puedes ser lo que consideran un daddy— respondí, se acercó a mi oído para susurrar

—¿Quieres que lo pongamos a prueba, pequeña niña? Daddy puede castigarte— guiñó un ojo con una media sonrisa haciéndose el galán

—Suéltame Richard —le ordené una vez más algo molesta, él hizo un poco más de presión en mis manos mientras reía— deja de comportarte como un imbécil— lo regañé a lo que me soltó.

Caminé hacia el armario para cambiarme de ropa, me coloqué labial rojo y me observé al espejo... el conjunto de pantalón estilo palazzo y blusa blanca me gustaba mucho además hacia resaltar el rojo de mis labios. Me uní al pelinegro en la cocina y juntos salimos del piso rumbo a una cafetería nueva que habían abierto la semana anterior, se llamaba Rusty's y vendían waffles; no quedaba lejos de mi lugar por lo que llegamos rápido, el lugar era muy moderno. Había mesas de metal, sillas del mismo material, luces colgaban del techo y tenía cuadros de arte moderno en sus padres; nos ubicamos en una de las mesas y el mesero se acercó para entregarnos la carta, la ojeé rápido para pedir un café negro con un waffle que tuviera frutas, Richard pidió exactamente lo mismo. El joven desapareció dejándonos solos

—¿Fue buena tu cita de anoche?— pregunté viendo a cualquier parte menos a sus ojos, él se encogió de hombros

—Estuvo bien, creo— respondió como si no le importara

—¿Quieres hablar de eso?— cuestioné y nos trajeron el pedido, le agradecí al joven luego se retiró

—¿Tengo opción?— respondió revolviendo su café

—Richard estoy preguntando si quieres hablar de eso, si no quieres hablamos de otra cosa y ya. Te ahogas en un vaso de agua— hablé antes de tomar un sorbo de mi café

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