La alarma sonó despertándome, sentí que alguien me tenía entre sus brazos parpadeé unas cuantas veces para poder enfocar mi vista. No recordaba haberme ido con nadie si había salido con mi mejor amigo hasta que me percaté que era él, sonreí acomodando mi rostro en su cuello. Por un momento no quería levantarme pero debía terminar de valuar esas pinturas para entregarlas
—Buen día— oí de pronto, al levantar la vista me encontré con esos hermosos ojos azules viéndome atentamente
—Buen día— respondí, me dolía levemente la cabeza pero nada que no pueda soportar
—¿Vas a quedarte o que harás?— cuestionó de pronto y besó mis labios tomándome por sorpresa, no entendía y me estaba confundiendo cada vez más así que me puse algo nerviosa
—No lo sé, debo ir a la galería— respondí cuando dejó de besarme, lo cierto es que comenzaba a sentir que sus labios eran una adicción pero en mi mente constantemente tenía aquello de que él quería a alguien más
—Quédate un rato conmigo, además hay algo de lo que quiero hablar contigo— mencionó quitando sus brazos de alrededor mío, se estiró en la cama y luego se levantó
—¿Hablar conmigo? —repetí muy asombrada, odiaba que me hagan eso así que lo tomé del brazo para cuestionar— ¿qué tienes para decirme?— él sonrió y se acercó para dejar un beso en mis labios provocando que soltase mi agarre de su brazo y así librarse
—Pronto lo sabrás— comentó yendo hacia el bañó, cogí la almohada y me la coloqué en el rostro como si me diera vergüenza por lo que podría llegar a suceder.
Me levanté de la cama para apoyar mis pies en el suelo frío, evidentemente esto estaba sucediendo; cuando Richard salió del baño ingresé yo, me lavé los dientes como pude y luego lavé mi rostro para quitar el resto de maquillaje que me quedaba de la noche anterior, recogí mi cabello en un moño bastante desordenado y salí de aquel pequeño espacio; él ya estaba preparando el desayuno para ambos por lo que me ubiqué en una de esas sillas que tenía al costado de la pequeña isla en la cocina
—¿Ya vas a decirme?— cuestioné acomodando mis lentes
—Aún no, desayuna tranquila— comentó en respuesta y quise golpearlo sabía que no me podían decir aquello porque más quería saber lo que me querían/tenían para decir
—A veces te odio— refunfuñé poniendo los ojos en blanco
—No puedes odiar a quien amas— mencionó y palidecí ¿se había dado cuenta de mis sentimientos? ¿en qué momento fue?
—Créeme que aún así te puedo odiar— hablé tratando de fingir que no me sentía nerviosa ni ansiosa, él rió sonoramente haciendo que retumbe por todo el departamento
—¿Ya terminaste el trabajo que tuviste esta semana?— preguntó cambiando de tema mientras me entregaba la taza de café, negué
—Debería terminar hoy, y en la semana se que debe entrar otro trabajo similar— respondí
—¿Es fácil valuar una pintura o cuadro?— indagó bastante curioso, era la primera vez que se interesaba por mi trabajo
—Bueno, depende del lienzo, tipo de trazo o pinceladas, también la época en la que pudo haber sido hecha. Las más costosas son las del siglo XV al siglo XVIII, en esa época estaba el arte gótico, el Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Rococó, luego viene neoclasicismo y prerromanticismo— expliqué un poco de aquellos años donde había diferentes tipos de arte
—¿Cuál es tu época preferida?— cuestionó aún curioso, bebí un poco de mi café para luego responder
—Creo que siempre fue el Rococó si hablamos de pintura pero en arquitectura es el gótico— siempre me gustó charlar de estos temas pero muchas veces a nadie le importaba
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El Destino
FanfictionUna decepción amorosa puede hacerte cambiar de actitud, pero de todos modos siempre el amor te encontrará. Nunca sabes dónde puedes encontrar al amor de tu vida. #2 en richardmadden [20/1]