10.- Resaca infernal.

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A la mañana siguiente su conciencia se despertó por niveles. El débil dolor en la cabeza de Jimin le había hecho abrir un parpado con cautela, la luz no era lo más bienvenido para sus percepciones sensoriales en estos momentos. Flexionó su mano contra un muslo duro como piedra, y presionó su erección mañanera contra la espalda baja de Yoongi. Abrió su único ojo un poco más, viendo el edredón de rayas en su cama king-size, las paredes azul cobalto y una cómoda de caoba más allá. Pero algo se sentía fuera de lugar.

Jimin frunció el ceño ante el omóplato con una línea de piel arrugada, una cicatriz púrpura que se había curado hacía años. Pero... Yoongi no tenía ninguna cicatriz en la espalda. Y eso no era lo único que no concordaba. El cabello parecía demasiado claro y los hombros demasiado amplios y la piel demasiado bronceada y...

Y dulce Jesús, Yoongi ya no vivía aquí. Tampoco era tan grande como el hombre en su cama.

« Jungkook »

El pecho de Jimin se contrajo, apretando el aire dentro de sus pulmones mientras lo ocurrido la noche anterior volvió a él a toda velocidad. Jungkook se veía lo suficientemente bueno para comérselo en su elegante ropa. Sus brazos alrededor de Jimin, los duros músculos, y su fabuloso olor. Estar atrapado entre Jungkook y la pared.

El beso.

«Le hice una mamada»

Calor pinchó el cuello de Jimin. Y entonces había sido el viaje de regreso a casa. Tenía vagos recuerdos de sus manos por todos lados de Jungkook. Honestamente, ¿cómo el hombre había logrado conducir su camioneta? Y cuando ellos habían entrado en casa de Jimin, él...

«Mierda»

Jimin prácticamente había arrastrado a Jungkook a su dormitorio y lo empujó sobre la cama, abalanzándose sobre el tipo como si el apocalipsis zombi se vislumbrara cerca y Jimin estuviera decidido a exprimir la mayor cantidad de orgasmos de Jungkook, como le fuera posible, antes de que los alcanzara.

Aceptémoslo, Jeon Jungkook era más grande y más fuerte que Jimin.

Tenía al menos unos siete centímetros y unos buenos diez kilos más que él, todo músculo. En cualquier momento durante las mortificantes acciones de Jimin, si Jungkook hubiera querido habría dominado a Jimin, apartándolo con facilidad. Pero, aun así, Jimin recordó lo suficiente como para darse cuenta de que había atacado la ropa de Jungkook como si fuera una afrenta a la naturaleza.

Todo el tiempo enumerando las formas en que él iba a hacer que Jungkook se corriera. Cuan bueno se sentía ser follado. Lo mucho que amaría Jungkook ser el de abajo.

Dilucidando con sumo detalle cómo exactamente él sería el de arriba.

Pero después de ser desviado por un momento de frottage ─y corriéndose, de nuevo─ Jimin se había desplomado en la cama, exhausto. Tenía recuerdos borrosos de Jungkook limpiándolo y preguntándose cómo un hombre tan rudo y duro podía ser tan amable, justo antes de que se desmayara.

Por qué Jungkook no se levantó y se fue era un misterio para él. A las tres de la mañana, un fuerte dolor de cabeza había interrumpido su sueño, por lo que había ido por una botella de agua y tres ibuprofenos. Afortunadamente, su merodear a mitad de la noche ahora significaba que su dolor de cabeza se redujo a un leve dolor sordo, pero los residuos restantes de su resaca eran el menor de sus problemas.

Ahora tenía que averiguar qué hacer con Jungkook.

El teléfono celular de Jimin sonó en la mesita, y él miró por encima del hombro de Jungkook. El número de Jin apareció en la pantalla antes de ir al buzón de voz, y Jimin se dio cuenta de que ahora tenía veinticinco mensajes no leídos. No había necesidad de preguntarse quién los había enviado.

NOVIO FALSO // JIKOOK // KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora