16.- Pasado doloroso.

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—Nunca encontrarás otra como esta, señor Jeon.

De pie en el camino de entrada, Jungkook mantuvo sus ojos en la Triumph TR5 Trophy y se tragó su desacuerdo con la afirmación del dueño, muy consciente de la mirada de Jimin en su espalda.

—Mmm hmm —murmuró Jungkook, seguro que sonaba tan poco convencido como se sentía.

Jungkook ya había tomado la motocicleta para dar una vuelta rápida alrededor de la manzana, y en serio, la chica corrió más dura que algunos de los vecindarios en donde Jungkook había crecido. Se sentía extraño ahora estar de pie con Jimin frente a un hogar de clase media situado en los suburbios de clase media, sintiendo la cálida brisa con olor a hierba recién cortada. Un lugar tan absolutamente limpio y dulce a la vista que hizo que Jungkook se sintiera un poco enfermo del estómago, como si tuviera una sobredosis de algodón de azúcar y estuviera condenado al infernal vecindario de Stepford.

—¿Por qué estás vendiéndola? —preguntó Jungkook.

—Entre mi nuevo trabajo y la familia, no tengo mucho tiempo para andar en ella —respondió el dueño.

El hombre de veintitantos años meciendo a un bebé descalzo que babeaba en sus brazos estaba observando ansiosamente a Jungkook, claramente queriendo hacer la venta. Jungkook estaba inspeccionando la moto. Y Jimin...

Bueno, Jimin parecía estar revisando a Jungkook.

El calor que trepaba por la espalda de Jungkook y el sudor que salpicaba su cuello no tenía nada que ver con el sol de la tarde y todo que ver con esa mirada apreciativa. Para cubrir su parcial erección, se arrodilló para estudiar el neumático delantero.

El plan de hoy parecía estar funcionando. Jimin siempre se veía encendido cuando Jungkook y motocicletas estaban a tres metros. Jungkook pensó que conducir la moto como la de James, Jimin podría añadir un poco de sex appeal extra.

Hace un par de días, Jungkook estaba arrodillado en el garaje de Jimin, arreglando el embrague de la Ducati, cuando Jimin había regresado a casa del trabajo. El destello de lujuria en la expresión de Jimin habría hecho caer a Jungkook de rodillas si no hubiera estado ya de rodillas. Pero las manos manchadas de grasa y la camiseta sudada de Jungkook debieron haber sido más de lo que Jimin podía soportar, porque el hombre se había dirigido directamente a la cocina a preparar la cena.

Sin miedo, Jungkook había arrastrado a Jimin hoy. Tenía la esperanza de generar un poco más de esa lujuria inducida-por-la-motocicleta, ya que, dos semanas después de haber aterrizado por primera vez juntos en la cama, Jungkook tenía una sola queja.

¿Por qué siempre tenía que ser él, quien incitara el primer contacto?

Jungkook odiaba los pensamientos que ahora azotaban su cerebro, como que quizás Jimin no lo quería tanto como él quería a Jimin. O quizás el sexo no era tan bueno como Jungkook creía. Pero, maldición, sabía muy bien que Jimin podría no iniciar sus sesiones maratónicas, pero estaba muy seguro de que las disfrutaba mucho. Parecía más probable que Jungkook representara una fuente conveniente de sexo hasta Jimin superara a su ex.

Mierda. ¿De dónde había venido ese pensamiento? Mientras Jimin y el propietario charlaban detrás de él, Jungkook apretó el neumático por la frustración, un pobre intento de fingir que revisaba la presión.

Al principio, la situación no le había molestado porque todavía estaba ocupado ajustándose al concepto de dormir con la misma persona por más de dos noches seguidas. Y ahora ni siquiera quería tocar el hecho de que esta persona era solo un amigo.

Quería a Jimin, caso cerrado.

Quería a Jimin sobre él, debajo de él, o de cualquier otra forma que pudiera tenerlo.Jungkook se negaba a perder el tiempo retorciéndose las manos y llorando con su café de la mañana o gimiendo por eso, como un adolescente que convierte todo en un emocional evento nuclear.

NOVIO FALSO // JIKOOK // KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora