22.-Confesiones fallidas

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La noche de la ceremonia de premiación, Jungkook estaba junto a la madre de Jimin y trataba de decidir si estar divertido o alarmado.

Finalmente se decidió por ambos.

Había estado tan seguro de que su actuación como novio de reserva iba a ser más fácil la segunda vez. Pero, por alguna razón, la doctora Park Shin Hye, que muy seguramente sería el siguiente brillante cerebrito en el elenco de The Big Bang Theory, había decidido pegársele a Jungkook durante la noche.

—Esencialmente estamos desarrollando herramientas para la detección temprana de los cánceres de ovario a través de diagnóstico in vitro y con imágenes moleculares in vivo —dijo Park Shin Hye.

Ella miró a Jungkook con esos enormes ojos azules que eran idénticos a los de Jimin, completamente inconsciente de que Jungkook no tenía ni puta idea de lo que estaba hablando y seguía divagando con apenas una pausa para respirar.

De tal palo, tal astilla.

Afortunada, o desafortunadamente, dependiendo de la perspectiva, la conversación no requería de la participación de Jungkook. Él escuchaba a medias mientras examinaba la multitud en el vestíbulo y buscaba a Jimin.

Cerca de ciento cincuenta personas llenaban el amplio vestíbulo, el parloteo rebotaba entre los altos y ornamentados techos y los pulidos suelos de madera —de cerezo brasileño, Jin le había murmurado, como si eso le importara a Jungkook. Alineado con ventanales con vistas a la ciudad, el sitio representaba un lugar de primera en Seúl.

—Estos incluyen inmunoterapia adoptiva basadas en células T y pequeñas moléculas de ARN interferente —Hye siguió hablando, acomodando su cabello castaño, largo hasta la barbilla, detrás de las orejas.

Agarrando su cerveza, Jungkook se acordó de sonreír. —Fascinante.

Ella parpadeó hacia Jungkook en lo que él había empezado a reconocer como un signo de aprobación.

Según lo prometido, Jimin les había servido a sus padres bebidas y aperitivos en su casa antes del evento. Jin, por supuesto, se había autoinvitado. Y gracias a Dios por eso, porque, desde el momento en que Park Shin Hye llegó, se había sentado junto a Jungkook y procedió a preguntarle acerca de su trabajo. Con gran detalle. Entonces ella procedió a compartir, datos estadísticos aleatorios sobre las pequeñas empresas hasta que la cabeza de Jungkook se inundó de números. Jimin proporcionó una muy necesaria amortiguación, y Jungkook se había sentido aliviado cuando llegó el momento de ir al evento.

Nadie argumentó cuando Jungkook sugirió que tomaran dos carros.

Jungkook no estaba seguro de si las divagaciones intelectuales de Hye eran un hábito nervioso o un procedimiento operativo estándar. Después de varias horas en su presencia, Jungkook finalmente entendió la tendencia de Jimin a balbucear cuando se estresaba. El padre de Jimin, escuchaba a Jin charlar sobre los planes para la clínica, era alto, con el cabello negro, y maravillosamente tranquilo. O quizás simplemente carecía de oportunidad.

Jungkook había notado el orgullo y la ciega adoración en los ojos del hombre cuando su hijo aceptó la placa y un cheque por cien mil dólares para la Clínica Front Street. Jimin había heredado claramente de su padre la tendencia a tener su corazón en la mano.

—La mayoría de las personas no saben que la homosexualidad se da en el reino animal —dijo Park Shin Hye.

Wow, realmente se desintonizó por un momento. ¿Cuándo había cambiado el tema? Para cubrir su confusión, llevó su cerveza a la boca.

—Los animales también se masturban —Hye continuó—. Y se ha sabido que algunos primates usan palos para la estimulación genital.

A medio sorbo, Jungkook tosió en su bebida. Afortunadamente, Jimin había heredado sólo una fracción de las cuestionables habilidades sociales de su madre. Pero el tema de la conversación había dado un giro interesante, y la mujer estaba empezando a gustarle a Jungkook.

NOVIO FALSO // JIKOOK // KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora