Papá Sirius, Papi Severus (Sirius X Severus)

Celos

Esta era la primera vez que se puso a pensar sobre ésta posibilidad, nunca se había preparado para esto, más aún siendo su pequeño hijo de ocho años tan inocente, pensó que tardaría hasta al menos los dieciocho para caerle con semejante sorpresa.

Sirius Black había afrontado magos oscuros en su tiempo de auror, su amigo era un hombre lobo por amor a Merlín. Pero jamás, jamás en su vida había afrontado los celos paternos.

Déjenme ponerlos en contexto.  Era un viernes a la mañana antes del fin de semana donde irían a casa de sus padres, Walburga era muy estricta con visitas de todos los fines de semana de sus amados nietos, así que tenían que pasar tiempo en familia.
Su pequeño Harry había llegado con sus mejillas rojas y alegría enseñándole a sus padres que en efecto, había recibido una pequeña hojita de papel con corazones y un dibujo de dos niños tomados de las manos.

- ¡Papis!- gritó el niño emocionado mientras que movía la hoja en su mano dándosela a su papi Severus quien con su esposo vieron la hoja, abriendo la boca levemente. Su hijo tenía un pretendiente.

- Theo me lo dió hoy - aclaró su pequeño señalando la pequeña firma, elegante como la de Draco para ser un niño de ocho años y un poquito más de meses, Theodore Nott era el remitente de aquella notita.

Severus solo sonrió acariciando los cabellos de su pequeño hijo, claro que estaba consciente de que llegaría a suceder, su hijo era bellísimo con unos enormes ojos verdes expresivos y una bellísima sonrisa amplia.

- Es muy lindo, pequeño - dijo con suave voz abrazando a su hijito así yendo a pegar la notita en la habitación del menor, dejando solo a un Sirius Black en shock.

- Mi bebé...mi bebé...- balbuceaba un poco con su mirada perdida, su hijo tenía una bestia miniatura detrás de su hijo, no le gustó nada, su hijo estaba muy pequeño para ello y principalmente, él no iba a permitir que ningún renacuajo se le acerque solo para quitarle su inocencia.

En la mansión Malfoy un pequeño rubio estaba serio, con sus mejillas infladas y cruzados de brazos con una expresión nada amigable.

- Cielo, ¿Qué ocurre?- dijo acariciando su cabello Remus.

- Harry recibió una tarjeta de Theo- dijo con una cara de disgusto típica de los Malfoy.

- Oh pequeño, seguramente pronto recibirás también una - se apresuró a consolarlo Lucius poniéndose a su altura.

El niño negó rápidamente.

- ¡No! ¡No me gusta que nadie le de tarjetas a Harry, sólo yo puedo!- gritó haciendo una rabieta dejando a sus papás con los ojos abiertos.

- Bueno...al menos conocemos al futuro esposo de nuestro hijo - sonrió divertido Remus mirando a Lucius, este miró feo a su pareja.

- No voy a ser consuegro del pulgoso. Mi imagen, Remus, mi imagen.

Recalcó comenzando una pataleta igual que su hijo pequeño.

Pronto a la pataleta se les unió Orión, su pequeño nieto estaba muy chiquito para recibir esa clase de porquerías de un niño, ningún zángano se le acercaría a su pequeño bebé.

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