Papá Sirius, Papi Severus (Sirius X Severus)

Enfermo

Retroceso en el tiempo

Un pequeño Harry de sólo cuatro años estaba en su camita sin ganas de levantarse, se sentía cansado y su pequeño cuerpo pesaba más de lo debido.

- Pequeño, es hora de levantarse.- dijo Sirius entrando al cuarto de su hijo con cuidado, abrió las ventanas y se inclinó para acariciar su cabello ligeramente rizado y alborotado, como sólo él podía tenerlo.

- Papá...- Susurró el infante sin ánimos con su voz ligeramente ronca, entre abrió sus ojos para poder mirar a su papá, sus ojos llorosos y cansados le pesaban.

- Hey bebé...¿Qué tienes? - Murmuró preocupado, Harry jamás solía enfermar, pero cuando lo hacía, le daba sustos enormes. Con cuidado tanteó su carita para ver si había rastros de fiebre, en efecto la había.

Además de la fiebre el pequeño parecía tener un horrible dolor de garganta porque le costaba hablar.

- ¡Severus!- Se levantó rápidamente para buscar a su pareja quien estaba saliendo recién de su cuarto de pociones.

- ¿Qué sucede, perrito?- Lo miró preocupado, esa actitud seria y asustada de su esposo era algo que no se ve todos los días.

- Es Harry cielo - Lo miró preocupado, solo eso bastó para que ambos entren rápidamente al cuarto del pequeño, donde el menor estaba envuelto entre sus mantas abrazándose a si mismo.

- Mi niño, ¿Qué tienes?- Susurró Severus acariciando su cabello con dulzura.

- Será mejor llamar a un medimago. - Miró Sirius a su pareja, este asintió y sin más corrió a llamar a San Mungo.

Unas dos horas después el medimago ya había revisado al niño, escribió la receta de pociones que necesitaría y se las dió.

- Son anginas, le dolerá la garganta unos días, pero con las opciones al día podrá recuperarse pronto, oh, y como es contagioso será mejor que no esté fuera de la cama.

Dijo el hombre antes de marcharse. Ambos hombres suspiraron y miraron al menor, este yacia dormido, había tomado las medicinas y lo dejaron descansar.

- Siempre me asusto cuando se enferma, me preocupa demasiado - Murmuró el Black con el ceño ligeramente fruncido. -

- Lo sé, no suele enfermar frecuentemente pero pronto estará bien, sabes que siempre logra recuperarse - besó su mejilla el más bajito así sonreír.

- ¿No te molesta si duermo con él?, Quiero vigilar que todo esté en orden- acarició el cabello contrario el animago mientras dejaba besitos en la frente ajena.

- Sabes que no, de todas formas te vas a levantar cada tres minutos para verlo.- sonrió negando.

Y era así, Sirius tenía una leve obsesión cuando Harry enfermaba, a toda hora al menos cada cinco o diez minutos se levantaba para vigilarlo, como padre primerizo se asustaba con mucha facilidad aunque intentaba calmarse, porque sino, se ganaba una reprimenda de su querido esposo.

Esa misma noche, Sirius se quedó a dormir con su niño para poderlo vigilar, Harry se sentía mejor entre los brazos de su papá, quién lo iba a proteger siempre pase lo que pase.

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