Mentiras piadosas

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El pequeño Harry de 6 años de edad estaba frustrado, muy frustrado. Es que el mundo de los adultos en su humilde opinión era algo realmente difícil de comprender, muy complejo para un simple niño que deseaba solamente jugar, comer golosinas y tener una mascota.

Pero, ¿Cuál era el motivo de dicha frustración?, Pues...esa mañana su tío Regulus con su tío James y Leo habían llevado a él y a su primo Leo hacia el parque, todo iba maravillosamente, sus papás iban a estar ocupados y James prácticamente había rogado tenerlo a su cuidado, disfrutando de las travesuras que podrían hacer en la casa de los Potter.

El enigma comenzó cuando una mujer, una bruja se le acercó elogiando que era un niño muy apuesto y el bebé también, ciertamente la mujer tenía una nariz larga y un cuello que parecía de jirafa según sus pensamientos.

- Pero que apuesto caballerito - dijo la mujer con una sonrisa en sus labios.

Harry sonrió asintiendo con sus mejillas rosadas.

- Gracias señora...¿Usted tuvo un accidente en su nariz?- preguntó preocupado, es que la mujer tenía un enorme grano rojo en la punta, lo que le daba un aspecto feito. - es que tiene la nariz muy grande e hinchada...

La mujer ofendida se fue del lugar mientras James aguantaba un poco la risa y Regulus negaba.

- Pequeño, esas cosas no se dicen - dijo mirando a su sobrino, Harry ladeó su cabecita confundido como un pequeño cachorro.

- ¿Por qué tío?, Yo dije la verdad - afirmó en un pequeño puchero.

- Lo sé, pero a veces es mejor evitar decir cosas, aunque sean ciertas, o decir una pequeña mentira piadosa para no hacer sentir mal a los demás.- afirmó Regulus creyendo que el pobre niño de seis años iba a entender completamente lo que había dicho.

En su mente Harry intentó procesar aquello, si él decía algo que iba a herir los sentimientos de los demás, es mejor decir una pequeña mentira. Harry abrió su boquita y asintió con firmeza.

- Sí tío, entiendo.

Unos días después...

En el colegio, su amigo Ronald había llegado junto a él y Draco con su cabello cortado de una forma irregular, tenía cabellitos largos en algunas partes y en las otras estaba algo rapado. 

- ¿Les gusta mi nuevo estilo?- sonrió ampliamente el pelirrojo bajo la mirada de ambos, Draco iba a replicar algo seguramente, extremadamente sincero conociendolo. Entonces Harry recordó su charla con su tío.

- ¡Está genial, Ron!- sonrió ampliamente mientras asentía. Draco en ese momento lo miró confundido, cuando Ron se fue no dudo en explicarle con sus palabras lo que su tío había dicho.

- ¡Hermione, tus dientes están muy bonitos!- dijo Draco a la niña que usaba brackets, y tenía unos dientes como de castor cuando la niña los miró.- Vaya, si funciona...

Dijo luego de poner en práctica la teoría, ahora el verdadero problema fue cuando las mentiras empezaron a ser más grandes, hasta que simplemente sin notarlo, ambos estaban en la oficina del director con la mirada seria de sus papás y sus tíos.

- Y entonces, sus hijos le dijeron a medio alumnado que el cruel Stanley iba a cazarlos para comerlos.- dijo el director.

- Queríamos que Blaise deje de jalarle el cabello a Luna - dijo Harry haciendo un pequeño puchero cruzado de brazos. No habían tenido una mejor idea para ayudar a la niña.

Desde ese día, ambos habían aprendido a no decir mentiras por más piadosas que sean, y también a ignorar los cuentos del tío Barty.

Papá Sirius, Papi Severus (Sirius X Severus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora