Papá Sirius, Papi Severus (Sirius X Severus)

Mascotas

— Papis. - llegó un niño de 6 años con toda la seriedad del mundo donde sus papás estaban tomando un té.- Tenemos que hablar.

Sirius y Severus miraron a su hijo, este tenía una mirada algo seria, les causaba incluso gracia el hecho de verlo así, aunque tenía sus mejillas rosadas y su pequeño puchero levemente estirado.

- Claro cariño, ¿Qué sucede?- sonrió Sirius viendo a su hijo ahora treparse a la silla, sentandose frente a ellos con su carita levemente a la vista.

- Es momento de tener una mascota - dijo el menor con seriedad balanceando un poquito sus piecitos, Draco había dicho que funcionaria.

La pareja se miró entre ellos y luego miraron al menor.

- Pero cielo, ¿No tenemos muchos animalitos ya?- dijo Severus señalando con su cabeza a su esposo, quien ofendido se tocó el pecho.

- Si, pero papi no siempre es un perrito, quiero un perrito de verdad - dijo Harry serio mirandolos.

- Pero cielo...- hizo una pequeña mueca Sirius- los perritos necesitan muchos cuidados, comida, inyecciones para que no se enfermen, bañarlos e incluso limpiar su popó.

Intentó convencerlo, aunque Harry negó.

- Quiero un perrito papis - insistió mirandolos.

- Muy bien, mira cielo, un perrito o cualquier animal necesita muchísimos cuidados, ¿Qué hará cuando estés en hogwarts?

- Lo llevaré conmigo - asintió Harry sonriendoles.

- Pero no permiten perritos en Hogwarts- dijo Severus apretando sus labios.

- Papá fue allí - señaló el menor inflando sus mejillas.

- Mmm....

Severus sonrió, su hijo era buen negociante, aunque no sería hoy su victoria.

- Cuando entres a hogwarts te regalaremos una mascota adecuada para ti. Por ahora no podemos, cielo.

- ¡Pero falta mucho!- se paró en la silla el menor abriendo su boquita.

- Tómalo o déjalo - soltó una risita Sirius.

-... Mmm, está bien - Murmuró Harry bajandose de la silla con cuidado.

- Anímate, cachorro, papá está aquí- se separó de su pareja con cuidado y se transformó en su forma animaga así subir a su menor en su lomo y jugar con él.

Severus miró a su pareja y su hijo negando con una sonrisa, a veces los regaña porque casi destruyen la sala.

Tal vez no tenga mascotas, pero si muchos animales si contaba a toda su familia y esos eran ya un desastre y para tener cuidado que cualquier otro pobre animalito que fuese a caer en su familia.

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