Capítulo 19

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Siento como se mueve mi brazo, y me molesta tanto, que decido girarme hacia el otro lado.

Se vuelve a mover, y caigo en cuenta que es alguien que lo está sacudiendo para que me despierte. Pero los ojos me pesan tanto, que fallo al primer intento de abrirlos.

Vuelvo a intentar, pero nada. Voy por mi tercer intento, hasta que escucho un grito que hace que me caiga de la cama, abriendo los ojos de golpe.

—Pero ¿qué?... —digo somnolienta, con el corazón a mil, y confundida por la persona que tengo al frente.

—Holi. —responde la causante de que esté aún en el suelo.

Es una niña de ojos verdes, de cabello dorado, tiene un vestido purpura, y en medio de el, tiene a una princesa de cabello rojo que no recuerdo el nombre.

Me ofrece la mano para ayudarme, y aunque dudo en tomarla, la acepto. Me siento en la cama, aún desconcertada.

¿Será que estoy en un sueño?

—Soy real, no me mires así. —parece leerme la mente— eso asusta. —se sienta a mi lado.

—¿Quién eres?

La niña de cabello dorado frunce el ceño, pero lo deshace al instante, sonriendo.

—Que mala educada soy. —me ofrece la mano— me llamo Aurora.

Aurora...

¿No puede ser esa Aurora?

¿O sí?

—Eres...

—Tu hermana. —termina por mi.

Se abalanza sobre mi, abrazandome con toda su fuerza. A pesar de tener 8 años, tiene una gran fuerza.

Me quedo inmóvil, mi mente está en blanco, no sé ni como reaccionar.
Ella lo nota, y se aleja lentamente con una expresión de tristeza.

—Lo siento. —me disculpo— es que aún no lo asimilo.

—Lo entiendo, así podría estar yo, pero desde que me enteré que tengo una hermana, me alegré tanto, que no pedí explicaciones. —comenta— ¡siempre quise una hermana! ¡y tenemos los mismos ojos!

Eso me causa tanta nostalgia, y algo de alegría, que ahora soy yo quien la estrecha entre mis brazos.

Duramos así unos minutos, y sigo lo que dijo, estoy muy feliz de conocerla, que no quiero dañar el momento para preguntarle que hace aquí, como entró o con quien vino. Solo disfruto el momento.

Momento que se daña, cuando alguien se aclara la garganta, haciendo que ambas nos separemos.

—Muy lindo momento. —aparece Derian— ¿podemos hablar?

Asiento de mala gana.

—Aurora, espera un rato abajo y juega con princesa que tanto te gusta, emm... ¿María?

—Mérida. —lo corrige.

—Esa misma.

—Vuelves a olvidar su nombre, y clavaré una flecha en tu ojo. —lo amenaza.

Me río.

Derian levanta la manos en rendición, y Aurora sigue su camino cerrando la puerta tras de ella.

—Necesito un favor tuyo. —me dice.

—¿Que clase de favor? —pregunto dudosa. —¿y por qué no me dijiste que traerías a nuestra hermana? —golpeo su hombro.

—Auch. —se soba el hombro— y yo tampoco sabía que vendría. Pero la niñera no me contesta, y tu eres mi única opción.

—¿Para que?

Eres tú © #1 [COMPLETA] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora