Eres tú © #1 [COMPLETA] ✔

Capítulo 45

No hace falta nada para que empiece el juego, estamos en el vestidor y las chicas incluida yo, estamos más que nerviosas. 

Termino de colocarme los tacos, y me subo las medias para que estén a la par. Chelsea está a mi lado revisando por décima vez que sus guantes no tengan ningún hueco. Será la titular y creo que eso hace que esté aún más nerviosa.

La única que se ve completamente normal es Lila, quien está a mi otro lado con su móvil en mano con una mueca de aburrimiento.

—Bueno, chicas —habla la entrenadora—, ya llegó el momento que tanto hemos estado esperando, esta final hay que disfrutarla como nunca, es nuestra revancha del año pasado, su revancha. Recuerden tener personalidad adentro de la cancha, habrá muchas personas viéndolas y evaluando si realmente tienen talento. Yo sé que lo hay, confío plenamente en ustedes.

Es primera vez que la entrenadora Baker nos dice algo más que positivo, siempre ha sido dura con nosotras, y lo entiendo, quiere que seamos las mejores.

—Ahora, ¡vayan a quitarles las pelucas y demostrar quienes mandan! —volvió la entrenadora que conocíamos—. Andando, ya es casi la hora.

Termino de meter la cosas en mi mochila, deshaciendome de todo tipo de nervio.

—Ángeles —me doy la vuelta encontrándome con Hasna.

—Hola, Hasna, ¿lista? —tomo mi termo de agua.

—Aún no, necesito hablar contigo antes.

Cada vez que me dicen eso no me gusta.

—¿Pasó algo? —pregunto— ¿el idiota de tu ex te volvió a molestar?

—No, no —niega de inmediato—. Él por alguna razón ya me dejó en paz. Lo que te quiero decir es que,  estamos en la final, y por tu esfuerzo partido tras partido es una de las razones por cual estamos hoy aquí.

—Tú también te esforzaste y las demás chicas igual.

—No es lo mismo. Realmente te has puesto el equipo en el lomo, es todo lo que capitán hace, y yo no lo he hecho, así que esto es tuyo —se quita la banda de capitán, y me la ofrece.

—No, Hasna —digo, sorprendida—, es tuya. Entiendo que por lo que pasó con tu ex, hayas tenido momentos difíciles. Eso no significa que me la tengas que dar a mí.

—Tú pasaste por cosas peores, y mirate —dice—, eres el ejemplo nato de lo que es disfrutar del fútbol sin importar lo que haya pasado en tu vida personal. Eres una profesional, eres una líder, con eso se nace. Eso es lo que necesita ahora el equipo, un líder, y yo no lo soy.

Su mano sigue extendida con la cinta.

—Por favor, Ángeles —suplica— yo sé que no lo harás mal.

Mis dudas siguen en flote, pero no evita que me emocione. Mi hermano también me decía que era una líder, que mi talento era guiar a los demás hacia la victoria. Y, que Hasna me lo diga, es realmente un honor, indiferentemente de nuestro pasado. Todo cambió.

—Está bien —acepto—. Eso no significa que te la pondré fácil —bromeo.

—Vale —se ríe.

Me coloca la cinta de capitán en mi brazo izquierdo.

—¿Vamos? —me pregunta al ver que tengo todo listo.

—Vamos.

Vamos saliendo del vestuario directo haciendo al campo, sin embargo, en camino hacia nuestro destino, sale un intruso.

Y por intruso, me refiero a mi novio.

—Esa banda te sienta muy bien, Pato —dice, muy feliz.

—¿Qué haces aquí?