Eres tú © #1 [COMPLETA] ✔

Capítulo 12

Me desconcierta ver a la persona que me atacó.

Pensé que iba a tener un pasamontañas y ropa negra como en la películas, o algo así, pero no, está descubierto, como una persona normal. No entiendo nada.

—Quién...—digo. Pero me corta al empujarme al piso, mientras sale corriendo hacia la puerta, huyendo.

¿Qué rayos ha sido eso?

Ni yo entendí.

Al fin estamos de acuerdo en algo.

—Pero ¿que haces ahí tirada? —entra Lucas a la habitación, con la barra de chocolate en la mano, y expresión confusa.

Provoca tomarle una foto. Nunca lo había visto tan confundido como ahora.

—Ni yo entendí. —digo sobando mi trasero— ¿quieres la historia larga o la corta?

—Sorprendeme.

Ambos nos sentamos, y empiezo a relatar lo que pasó desde que se fue.

***

—

¡¿QUÉ HA PASADO QUÉ?! —mi mamá pega un grito que se escucha en todo el vecindario.

Luchas y yo nos miramos, sin saber que responder.

Al contarle a Lucas lo que había pasado, decidió que el hospital no era un lugar seguro, así que habló con el doctor Thompson y aprobó mi alta. No sé como lo hizo, pero lo agradezco, no quería seguir en ese hospital.

Cuando llegamos a casa, mi mamá ya iba saliendo, y se sorprendió mucho al vernos, aunque más a mi, después pidió una explicación razonable del por qué estaba fuera de cama.

En todo el camino pensamos que decirle, y nos decidimos por la verdad. Ya habíamos prometido no más mentiras, y esto ya no era un juego. Era real.

—Y no sabe quien era. —termina de decir Lucas.

Mi mamá está entre molestarse o entrar en pánico.

—¿Y como era? ¿nunca lo habías visto? —pregunta, ansiosa.

Niego con la cabeza, —era un chico de cabello rubio, más o menos como de mi edad. Ni idea de quien era.

Oír eso, no parece calmarla, sino al contrario.

—Ángeles y yo, estuvimos analizando todo esto, y solo puede ser una persona. —dice Lucas, a mi madre.

—Noah Wilson. —termino por él.

Decir ese nombre la piel se me eriza. Es lo más lejos que ha llegado desde que empezaron los mensajes.

—No le diremos nada a tu papá, hasta saber con certeza quien es. —habla mi mamá— sabemos como es él, y esto puede alterarlo, hay que investigar por nuestra cuenta, y si resulta ser ese tal Noah, le caerán muchos años en prisión.

No me convence.

—¿Y como se supone que sabremos si es él? —pregunto lo más obvio.

—¿Lucas no es un genio en tecnología? Sé que se las pueden arreglar. —nos mira— ya tienes un rostro, solo hay que saber cual es su nombre, y si es quien pensamos.

—¿Por qué piensas que podría ser otra persona y no la misma? —me intriga.

—La vida siempre nos sorprende, hija. Y dijiste que se escapó apenas te soltaste, ¿no? —asiento— si fuera sido ese asesino, no se hubiera ido dejándote con vida.

Eso me descoloca.

—¿Y entonces quien era ese que me atacó en el hospital?

—Es lo que tienen que averiguar.