11. El momento en que lo supe

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"¡FELIZ CUMPLEAÑOS!" Edward me tiró confeti en la cara mientras Amos sostenía un pastel de chocolate, me senté en la cama aún bostezando, pero con una sonrisa, era imposible no sonreír, amaba la rutina de mi cumpleaños, Amos y Edward solían despertarme muy temprano para un desayuno especial y este año también estaba Tomás con ellos, no pude hacer otra cosa más que reír mientras Ted me ordenaba soplar la vela del pastel, lo obligué a hacerlo conmigo, Edward estaba acostumbrado a enfocarse en mí y olvidar por completo que también era su cumpleaños, había sido su método de defensa desde que Claire no llegó a nuestro cumpleaños número 8, me partía el corazón, pero con el tiempo los tres habíamos aprendido a vivir con ello.

—¿Qué deseaste?

—Si lo digo no se cumplirá.

—Pero no cuenta si soy tu hermano.

—No te diré, ríndete.

Había deseado estar junto a James, estar en serio junto a él, poder caminar a su lado tomados de la mano con la seguridad con la que Remus y Sirius lo hacían, quería poder demostrar mi amor como mi hermano se lo demostraba a Tomás, quería decirle a todo el mundo que él era mío, que me visitara en verano y que mi padre no lo odiara, deseaba tantas cosas de James Potter y no tenía el valor de pedírselas, tal vez me estaba traicionando a mí misma por conformarme con lo que tenía, pero si así podía tener a James entonces resistiría un poco más.

Llegamos al comedor después de una hora, caminé hacia la mesa de Hufflepuff, era mi cumpleaños y merecía desayunar con mi casa, a mitad de camino me cubrieron los ojos por detrás, sabía quién era, conocía aquellas manos a la perfección.

—¿Adivina quién soy?

—Es obvio, Sirius.

—Jamás me habías insultado de esa manera, pero lo dejaré pasar porque es tu cumpleaños.

—Eres un dramático, Potter.

Me giré hacia él con una sonrisa ¿Cómo no iba a reconocerlo? Además de no haberse molestado en modificar su voz, sus manos las tenía muy bien estudiadas, conocía su tamaño, su textura y la fuerza que aplicaba en ellas, a veces parecían estar hechas para encajar con las mías y otras veces parecía un cambio descomunal entre nosotros, pero yo amaba aquellas manos, amaba lo rasposas que eran en algunas partes producto de sus entrenamientos de quidditch sin guantes, amaba cuando me tocaban y me acariciaban, amaba el millón de emociones que podía reflejar a través de ellas, lo amaba a él.

—Feliz cumpleaños, Hufflepuff.

—Gracias.

—Te tengo un regalo.

Me dio una caja dorada con un moño negro, la abrí tratando de no lucir desesperada, me fue imposible no reírme al abrirla y ver el interior, un collar de oro con un dije de unas astas, miré a James y él rio también, saqué el collar de su caja y lo admiré un momento más, era hermoso y sin duda el mejor regalo que me habían dado en años, me acerqué a besarlo y después me di la vuelta para que me lo pusiera.

—Eres tan narcisista.

—Y aún así lo vas a usar.

—Por educación.

—Vamos a fingir que te creo.

Me colocó el collar y una vez que lo ajustó me abrazó por detrás besando mi mejilla, las mariposas en mi estómago revoloteaban con tanta fuerza que temía que fueran a salir de mi interior, me susurraba cosas en la mejilla pero no lograba entenderlas así que sólo reía, me giré para besarlo, pero mi padre entró al comedor caminando hacia nosotros, así que tuve que separarme.

Just a friend |James Potter|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora