Para mí no es importante quién es el papá del bebé. Lo importante es que yo voy a ser mamá de un bebé. Mi cabeza claramente no hace mucho sentido porque las hormonas, sí esas perras, me están golpeando, he tenido todos los síntomas, me he sentido mareada, me he desmayado, he vomitado más que cuando fui anoréxica y bulímica, he llorado más que cuando pensé que el tío Sebas estaba muerto y el jodido agotamiento, en serio hago unas tres siestas al día y algunas parecen no ser voluntarias. Mi vida hormonal no es fácil. Al día siguiente llamé a mi papá. El teléfono sonó un par de veces y me sorprendí porque las mañanas en casa Pieth Luthor son una locura, Jana nunca quiere madrugar y menos ir a la escuela a escuchar a la señora esa a la que hay que decirle que sí a todo. —Dime mi amor, cómo amaneciste. —Sé que no eres ginecólogo ni nada, pero quería ir a mi cita prenatal y el bebé no tiene papá, entonces pensé. —Claro que quiero ir. —contestó papá. —Van tía O y tío Sebas conmigo. —Cierro el hospital, pero, si me invitas voy. —Que se muera la gente—bromeé.—No estás autorizada para ser esa clase de cínica mi amor. Prepararé todo. ¿Quieres que vaya a desayunar contigo?—Tío Sebas pasa en unos quince minutos estoy haciéndome una cola. —O sea se van en cuarenta. —Bye, papá. —Bye, mi amor. —Deja de llamar a Mily mi amor. —Jana no puedes ser todo, soy papá de cuatro hijos. —Ella es muy mayor. Finalmente colgó. Me reí, para Olimpia soy su hermana mayor y su héroe, mientras que Jana considera que tiene una rival por el amor de papá, que es básicamente cierto, pero de alguna forma u otra, sí es real que Arturo nos ama de forma diferente. Terminé de peinarme con retraso y cuando bajé mis hermanos pequeños estaban terminando de comerse el desayuno que papá les preparó para llevar. —Te da vergüenza ser un mal papá. —Yo voy a contarlo en el kínder—sugirió mi hermanita y todos reímos. Le llené de besos y luego a los otros. —Estás muy guapa, tienes que ir a trabajar hoy—preguntó Milo. —Hoy tengo libre cielo—respondí y su gemelo preguntó de vuelta: —¿Por qué no estás en pijama?—Tengo cosas que atender. —Llegó Sergei—Dijo Olimpia mientras se paraba en la silla. Mi mamá le vio horrorizada y sus hermanos intentaron bajarla de la enagua, pero lo único que lograron fue dejarle en ropa interior. Todos reímos. —¡Qué atrevimiento, Milo y Bastian!! Es una violación a mis derechos e intimidad.—Todos te conocemos tu vagina. —Nadie nunca debería hablar de la vagina de Mily u Olimpia—Declaró sergio.—¿Por qué a mí no me trajiste rosas?—preguntó Olimpia mientras Sergio le cargaba. —Tengo una sorpresa para ustedes tres en el auto. Corramos Sergio le dio un beso a mamá y le dejó una caja pequeña en frente. Tenía un charm. Era un cochecito, mi mamá sonrió y le dio un beso. —Te amo. —Dijo y mi hermano finalmente pudo saludarme. —Felicidades, Mily. Pase lo que pase me tienen —Comentó. —Quieres que me mude. —No sé qué quiero, pero me alegra que la mujercita misteriosa no esté viviendo contigo. Sergio rió y tomó la mano de sus hermanos pequeños. Los retó a una competencia del elevador al auto. Mi mamá les recordó que no podían llegar sucios, sudados o faltar. Los cuatro le volvieron a ver y todos rieron, llegarían sucios, sudados y no irían porque los días en que Sergio está a cargo son días de Sergio. Mi papá me dio un beso en la frente y un abrazo. —Estás preciosa y te amo siempre. —Yo te amo toda la vida, eres mi papá favorito. —Estoy escuchándolos. —Es mi favorito —Tío Sebas no me soltó. su abrazo me llegaba al alma. Puso las manos en sus mejillas, me miró a los ojos y me dijo: —Veo a una mamá llena de grandeza. —Siempre eres duro de conmigo. —Mily, eres una mujer de veinticuatro años, eres joven, guapa, inteligente. Lo más importante eres la mejor mayor para todos tus hermanos. Lo harás bien, pero ese bebé no puede iniciar la vida sintiendo que es un error porque si lo fuera lo hubieses abortado —Sonreí. —No es un error. Mi bebé es mío y lo quiero y quiero que tenga todo lo que yo no. Estoy enojada, estoy dolida estoy avergonzada. Los estoy avergonzando con mi irresponsabilidad. —Milena en esta familia somos todo menos perfectos. —Sí, tú y yo, pero tío Sebas, Sergio que se ha esforzado toda la vida. Que toda la vida ha querido ser presidente o Max, crees que esto ayuda a sus campañas. Estoy arruinando la vida de otra gente, no es sobre mí, es sobre la gente a mi alrededor. No es el bebé. Es la pregunta ¿Cómo llegué a esto? ¿Por qué me estoy haciendo daño continuamente? Un hombre casado, un hombre que no me quiere lo suficiente como para elegirme sobre todo, otro que constantemente está en problemas y Leopoldo. Mi tía Olivia nunca dice te lo dije, ella siempre dice: —Cuando te hablo no me escuchas—Y pone esa cara de indignación y decepción. —O l i v ia.—Mejor vamos a desayunar.—propuso y tomó la bolsa. — ¿Cómo te está yendo con los achaques? —Normal, es el cansancio, contraté una chofer. —Contrataste a una mujer para que te lleve—Dijo mi papá y las dos tuvimos que reír, porque él sigue viviendo con diez eras de retraso en cuanto a lo que una mujer puede y no puede hacer, lo mejor es que el desayuno se convirtió en una guerra pasiva agresiva entre mis papás sobre lo que estoy permitida a hacer durante el embrazo, por ejemplo el consumo de lácteos, el consumo de embutidos, conducir está fuera de la mesa e ir por la vida con chofer que no tiene miembro y pelotas al lado; por definición una cagada. Arturo llegó y me llenó de besos, luego a Olivia y finalmente le dio un abrazo a mi papá como si fuesen hermanitos. Lo más curioso es que ambos se criaron como hijos únicos y desde que son mis papás decidieron ser una especie de hermanos unidos, que combaten contra las exigencias de mi tía Olivia. —Cerraste el hospital. —¡Que se mueran todos!—bromeó Arturo. —Me preocupa el sistema de salud de esta ciudad cuando recuerdo que tú y Emma están a cargo del sistema entero. No son humanos, siquiera —comentó mi mamá. —¿Le has dicho tal cosa a mi pobre tía? —Sí y ella dijo que era una buena idea no contarle a nadie que son monstruos —Todos reímos porque es algo que ella Fuimos al médico. Mi papá estaba evadiendo estar en su lugar de trabajo, así que nos hizo rodearlo como si fuese alguna especie de celebridad Mi tía cruela Mía estaba sentada junto a tío Logan desayunando.—¿Qué están haciendo?—preguntó. —Vemos a la empleada y a nuestros hijos. —¿Están en la casa?—preguntó sorprendido Arturo. —Es una repetición. —Se están pasando —Advirtió Arturo y les golpeó en la cabeza. —Voy a ser abuelo. —¿Tú estás embarazada?—preguntó Logan. —Eso parece. —Felicidades, Mily, eso es... —Los dos se miraron. —Mejor no me feliciten —¿Por qué no estás casada?—preguntó Mía. —Mi amor, si tienes sexo tienes un 50% de probabilidades de quedar. —No sé quién es el papá. —Hay ADN—resolvió Logan.Mis papás tomaron asiento y yo me costé en la camilla con ayuda de mi tío Logan. Mi tía Mía me acarició el pelo y me recordó que no era nada. Que no pasaba nada por estar soltera o no estar segura de quién era. —Calcula —propuso mi tía. —Me acosté con cuatro hombres cerca de mi ovulación —¿Tuviste una orgía?—preguntó Logan. —No. —Yo también quería preguntar, pero no es algo en lo que uno quiera ver a su hijo y no es orgía es un Gang bang—Comentó Arturo. —Yo no tengo ese tipo de problemas, solo me gusta el sexo, con cuatro hombres en específico y tengo debilidad por todos. —¿Sabes que somos tus papás?—¡Y tus tíos, Mily!—A ver, que ustedes me cuidan la vagina desde la primera vez y ellos me hicieron así, mira a Niza que es hipersexual casada con el hipersexual de Emilio y el señor jefe del hospital y su esposa que tienen sexo por toda la casa, todo el tiempo y voy a guardarme los trapos sucios de ustedes dos porque me llevaron a desayunar y cuando les hablo no me escuchan. —¿Mi amor ya te hiciste los exámenes de sangre?—El sábado los hice, tienen que estar en el sistema. Todos nos quedamos en silencio mientras mi tía revisaba. Ella le hizo a Logan una seña para que se acercara. Les vi preocupados y mi tía señaló la pantalla. —¿Qué pasa?—pregunté. —Vamos a hacer un ultrasonido Mily. —¿Por qué? —Los niveles de GCH están muy alterados. Nada más vamos a revisarte. ¿Qué les parece si salen los papás y queda Olivia y Mily?—propuso Mía. Los dos se quedaron serios y finalmente cedieron ante la cara de molestia de la mujer. Mi tío me pidió sentarme de nuevo para tomar todos los signos. Mi mamá se acercó y tomó mi mano, internado no mostrarse preocupada. Yo estoy muy preocupada por el pequeño invasor. Necesito que estés bien. Recuerden que sus comentarios son muy importantes para mí. Así como sus reseñas asó que no olviden dejarlos que TODOS los leo.
ESTÁS LEYENDO
El bebé del millonario
RomanceMily tiene claras tres cosas, la primera: está embarazada y entre los probables padres están cuatro de los hombres más importantes hombres de su vida: * Octavio su amor prohibido de toda la vida. * Maximiliano el mejor hombre con el que ha estado. ...