Realidad

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—Tengo una hija con necesidades especiales y un hijo de siete, los cuales van a preguntarme de nuevo por qué no les quieres y es completamente mi culpa, pero, sé que, no soy tu mamá desde el punto de vista emocional. Que somos socias de negocios y que hasta ahí llega, Mily. —Intenté hablar e hizo un gesto con la mano para que me detuviera.— Vas a ser mamá, y vas a conocer el rechazo a un hijo y el rechazo hacia ti porque tomas las mismas malas decisiones que tu mamá, tu abuela y yo. Así que voy a atender tu negocio y voy a ser la abuela más dulce para esos niños, pero no voy a intentar más y no voy a permitirte que lastimes a mis hijos porque quieras lastimarme a mí—Niza tomó su bolsa y fue hacia la salida. Olivia me dio una mirada de molestia y siguió a su hermana. Emilio se me quedó viendo y me dijo:

—La rompiste, Mily. Niza no es la mujer que se drogaba o dejó a su hija pequeña con su hermana. Es una mujer diferente, es una empresaria fantástica y una mamá atenta con mi hijo, nuestros hijos y contigo. No se me ocurre qué más puede hacer...

—No quise herirla. Le acabo de entregar mi empresa. Emilio se puso en pie y se fue molesto. Ada me miró y bebió un poco de su té. Acercó la mano hacia mí y me dijo: —Niza se esfuerza.
—Yo sé que se esfuerza pero no entiendo.
—Saliste con todos tus hermanos, dejaste a sus hijos en la escuela. No crees que sí le estás diciendo algo con tus actos.
—Ada, solo pensé que están más pequeños y que ... —Y que no son tus hermanos. —No. Adoro a Moan y a Mehr.Mi mamá se acercó en jarras hacia mí y me miró seria. Mi madrastra apretó con fuerza mis dedos: —De hoy en adelante tú y Niza van a tener que trabajar solas en su relación porque me lastima. Me agota, me desgasta. Mi hermana ha hecho cosas horribles, pero siempre veló por mí y por ti, porque estuviéramos bien hasta que se hundió en las drogas esa mujer se mantuvo sobria doce meses por ti. Cuando no pudo más lloró porque sabía que una jalada era no darte de mamar. Niza estaba enferma Milena, no era consiente de sus actos. Tú estás bien, eres educada e inteligente y constantemente hay que perdonarte, pero lo único que te importa es lo cómo tu mamá se equivocó. Yo me equivoqué. Tu papá. Mily nadie es perfecto e intento siempre ser la más dura con Niza porque todo lo bueno, brillante y maravilloso que veo en ella está en ti, pero no puedes seguir castigándola. Porque si mi hermana recae y esos dos niños preciosos y ese esposo amable y dulce que le aman con locura tienen que conocer a la otra Niza, eso es tú culpa y entonces no habrás perdido a Niza. Habrás perdido a tus dos mamás porque no te lo voy a perdonar.

Me acerqué a mi tía Olivia y me disculpé. No era consciente de que le hacía daño a otro y me pasaba constantemente. Me pasaba con mi mamá biológica porque no le podía dejar de resentir el que sufriera de adicción a las drogas cuando era el momento de criarme y verle siento la mamá de Emilio, Moad y Mehr era doloroso, lo más doloroso que había tenido que pasarle tomando en cuenta lo mucho que quería sentirse amada y protegida por mi mamá.

Me dolía haber perdido tiempo con Arturo, la persona más fantástica en mi vida, el mejor papá para mí porque ella decidió no darle la oportunidad de quererme y de estar ahí para mí; les quitó a mis abuelos los cuales son perfectos la oportunidad de verme crecer. Como si fuese poco me dejó con la persona menos indicada para criarme, su hermana la cual era menor de edad cuando me dejo con ella, se prostituía como profesión y no tenía ni siquiera una cerradura decente en casa porque Niza todo se lo robaba.

Olivia tenía razón esa era Niza la mujer que me abandonó.

Emilio estaba en lo correcto, la mujer que se hace cargo de sus tres hijos es una empresaria, diseñadora, modista y mujer ejemplar con un pasado del cual se ha arrepentido, por el cual se ha disculpado y sobre todo ha dejado atrás. Ella lo superó.

Yo en cambio sigo haciendo estas cosas y como resultado tengo tres bebés invadiendo mi útero.

—Lo siento. No... No me di cuenta. Es solo que pensé que están más chiquitos y no me acordé, no fue intencional, pero sí voy a ir a disculparme porque Niza casi nunca llora y para que lo hiciera es porque está muy dolida.

El bebé del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora