Nosotros

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Mi mamá se acercó a nosotros con un pastel. Los niños no sabían qué hacer si competir o correr hacia la abuela. Kate rió y gritó: El primero que llegue con la abuela Olivia. Mi mamá se acercó rápido a la mesa y dejó el pastel en la mesa antes de recibir en avalancha a sus nietos. Love metió sus dedos entre el cabello pelirrojo de la abuela y Prince decidió llenarle de besos, mi mamá reía como nunca.

Creo que mis hijos son el mejor antidepresivo, porque mientras ella esté compartiendo con ellos, no deja de reír o al menos la sonrisa de su rostro no desaparece.

—Cuidado —intervine porque los tres estaban en el pecho de mi mamá y me dio miedo que la lastimaran. —Chicos, cuidado con la abue.

Love fue la primera en ponerse en pie, mi mamá rio y se sacudió el traje de pirata y la corona, mi mamá le dio un beso en la mejilla y otro a cada uno de los chicos.

—¿Por qué van tan guapos?

—Porque somos guapísimos, ab —respondió Paris y le dio la mano para ayudarle a ponerse en pie.

Mi mamá se acercó a nosotros y nos saludó.

Ella reconoció que debíamos aprovecharlos muchísimo, porque en nada todos son adolescentes locos que planean transformar el mundo, como mis hermanos los cuales, les están volviendo locos y mi hermana y su etapa de enamorada del amor.

—¿Ya es hora del baño? —preguntó mi mamá y Drake le vio con cariño.

—No, pero, les caería bien uno.

—Gracias, chicos. Voy a disfrutar de mis nietos, bye.

Los tres siguieron a la abuela. Mi mamá les iba dando permiso de meterse en mi jacuzzi si se portaban bien. Los tres estaban demasiado emocionados.

Miré a mis acompañantes y Max me dio una sonrisa antes de repetir que tenía noticias referentes a su carrera. Estaba por tomar un puesto en el cabinete de mi hermano.

—¿En serio?

—Sí, eso, significa que voy a necesitar unas entrevistas de familia y un comportamiento intachable por su parte.

—¡Qué pesado! —le interrumpí.

Le di un beso en la mejilla, porque la felicidad de Max es mi felicidad. Cuando él tiene novia, todos estamos felices porque no tiene tensiones sexuales acumuladas y cuando él está enamorado de sus proyectos hasta los niños lo agradecen. Max es estricto con las rutinas y la puntualidad. Quiere que sus hijos sean sus clones. Lo que pasa es que los hicimos 50-50. Nuestros hijos adoran algunas de las cosas que sus papás, pero tiene mis genes más fuertes y lo que es Love, ella vive bajo un régimen de libertad total autoimpuesto que ahora me parece adorable, pero, cuando pienso en el futuro me aterrorizo.

—Sí, muy pesado —reconoció su novia.

—Lo que pasa es que esto es muy importante no solo para mí sino para Sergio.

—Claro, y como podemos ayudarte—preguntó Drake.

—Bueno, nada de escándalos, cuidado con quien se relacionan y sobre todo su imagen en sí.

—Mily y yo tenemos muy buena imagen, yo soy duelo de varias empresas al igual que Mily.

—Claro, sin embargo, eso de fiestas y groupies en tus regazos, como tres en una sola pierna no ayuda y Mily, tal vez si vistes más conservador y moderas tus diseños.

—¿Sigues interesado en ayudarle?—Drake rio y continuó comiéndose el pan. —Max, adoro que estés ilusionado y si hay algo en lo que pueda ayudarte con todo el placer lo voy a hacer, también voy a permitir que mis hijos sean ligeramente parte de la campaña. Lo que no voy a hacer es dedicar la vida de nuestros hijos o cambiar la mía, porque esas es la razón principal, por la que no estamos juntos.

—¡Tronco! Me gustas. —aseguró Drake en un tono grave y divertido de voz. — Eres sexi, guapísimo, y la verdad, haces el entrenamiento matutino divertido. Yo soy... un hombre soltero y guapo, no voy a quitarme a las groupies ni la fiesta por ti, pero puedo prometí no tener sexo con ropa.

—Qué esforzado, hijo—me burlé y él chocó su taza de café con la mía.

Max vio a su novia, la cual sonrió y él hizo esa sonrisa rara que no le llega al corazón ni siquiera a las patas de gallo.

—¿Esto me incluye?

—Mucho.

—Yo tengo unos apuntes de su anterior jefe de campaña.

Katie, vio a Max y le plantó un beso en los labios antes de decirle que ella tenía una conducta intachable y era una mujer impecable, solo no tiene tiempo para hacer campaña y continuar con su trabajo.

La joven se disculpó y se despidió rápidamente y Max volvió a poner la sonrisa rara Drake nos sirvió a todos más café y continuó comiendo pan.

—¿Qué pasa?

—¿Saben? Vamos para ese evento de la no-familia de Mily—rodé mis ojos.

Se refería a la gala benéfica de la familia Smith: Contra el cáncer en mujeres. Este año la tuvieron que cambiar de fecha, pero el evento había tomado un curso más grande y como no tenía pareja los invité a los dos.

—Suéltalo, Max—pidió Drake.

—¿Podemos tener una entrevista de esas dinámicas sobre nuestras casas?

Drake me dio una mirada y yo me giré hacia Max sorprendida por la pregunta, puesto que nos había tomado mucho conseguir el lugar adecuado, crear nuestras propias casa. Compartir jardín sin tener que estar uno encima del otro y la mejor parte darle ese toque cálido y familiar, cuando en realidad son tres casas independientes y provocadas.

La privacidad es fenomenal, fundamental y maravillosa.

¿Por qué echarlo todo a perder?

—Max, haz una lista de todo lo que vale la pena y quieres pedirnos y Mily y yo nos comprometeremos a la mitad. Podremos elegir cuáles son posibles y cuáles no, poder que este es el sitio donde viven nuestros hijos y a veces no estamos, solo ellos y las niñeras y los de seguridad, no sé, si entiendes cuán importante es la intimidad.

—La entrevista es fundamental para que la gente entienda lo que estamos haciendo y que somos papás antes que cualquier cosa.

Mi mamá se acercó con Prince cargando como un bebé mientras le daba besos, Love venía con un pijama precioso de ositos y las faldas metidas y su hermano corre en calzoncillos y la camisa del pijama, mientras mi mamá le ignora por portarse mal.

Drake se pone en pie y va por Paris y por el pantalón de pijama, se lo intenta meter por la cabeza y mi hijo ríe. Su hermana se acomodó en el regazo de Max y le acaricia el pelo.

—¿Podemos ir a cena?—me pregunta mi mamá.

—Claro, no creo que me extrañen para la cena y la hora de dormir.

—Yo sí voy a extrañarte —respondió Love y me incliné para darle un beso. Drake deja a Paris entre mis brazos y le hace cosquillas.

—Eres muy travieso.

—Abuela no sabe poner pantalones.

—Todo yo, ehh, tú escapaste con los pantalones en el cuello—le acusó y su papá le regañó.

La verdad es que quiero solo bañarme, dormir a los niños y no salir en tres días, pero, pienso que mi mamá tiene algo serio que decir, ella ha escrito un mensaje, ha llamado y cuando no ha podido más se ha invitado.

—Mami, voy a comprar la cena, tomar un baño y oler a mis hijos mientras les contamos una historia. Estoy cansadísima. He trabajado como una loca.

—Bueno, dame al menos unos quince minutos. De preferencia los tres, ¿pueden?

El bebé del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora