Querido Dios

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Mily

Abro los ojos un par de segundos y veo a mi hermano e isabela besándose. Las drogas están buenísimas. Intento reírme, pero no puedo. No me sale nada. Quiero reírme, pero, no puedo volver a abrir los ojos siquiera, no puedo abrir mis ojos. Mily a la cuenta de uno, dos, tres ahora... nada.

Okay, vamos a usar música de elevador.

Tututrutututurututututururu.

¿Qué tal si estoy muerta?

Ahh

Querido Dios, sé que no he ido a tu casa en años. Soy muy consciente de que me he portado mal con el sexo, la promiscuidad, hasta eso de no dormir con hombres casados. En mi defensa casi no dormíamos, no obstante, tú también sientes a los bebés y ellos son los más importantes. 

Ya nada es sobre lo que me merezco si no es sobre esos tres humanos que he dejado en la tierra así que si estoy en el limbo, en la antesala del infierno, te pido que lo reconsideres porque también doné dinero, tiempo y hay gente que me ama que me necesita. Ejemplo: Priscila, mi amiga no quiere tener que vivir sin mí o Isa... Ya les quitaste a sus papás, que no fueron nada bueno, ¿les tienes que quitar a su hermana mayor? Mis hermanitos bebés o mis papás. ¿Qué tal si descompensas a Niza? Hablemos de Serg, es mi hermano y se va a morir un poquito.

Dios, tienes que tomar en cuenta las consecuencias de matarme, porque esto es casi un asesinato. Entiendo que todos venimos con una fecha de caducidad. ¿Solo estás seguro de que la mía tiene que ser la misma del nacimiento de mis hijos? ¡¡¡Sientes a estos dos en un partido de hockey o les gusta el fútbol!!!

¡Mis hijos!

¿Los sientes?

Acabo de ver a Isa y a Sergio. Acabo de sentir a los invasores y sé que Love nació. Mi hija me apretó el dedo y se acomodó un par de segundos en mis

Soy abruptamente interrumpida por mi mamá la cual aprieta fuerte mi mano y dice: —Mily, mi amor, si es tu momento, no quiero que te mueras, solamente quiero que sepas que yo voy a estar bien. Voy a cuidar de Love y sus hermanos. Voy a cuidar de Niza, Arturo y tus padrastros. Me va a doler, voy a sufrir demasiado. Te amo y siempre quiero lo mejor para ti. ¿Lo entiendes, pequeña?

La escucho a ella llorar y al tío Sebastian que ahora me toma de la mano y nos recuerda que no es el momento mientras llora.

—Sebastian, tenemos que ser fuertes.

—No estoy listo para perder a ninguno de mis hijos. Perdí diez años de la vida de Mily y he pasado los diez siguientes siendo el papá que no la deja ponerse la falda, no le deja salir o le quita el teléfono, soy el peor papá de los tres.

Eres mi papá.

Eso es lo que pasa contigo, que te toca darle un poco las orejas con la esperanza de que el Señor dios me tome en su reino, pero de vez en cuando la testarudez me gana. No lo juzgo, ser mi papá es difícil. Ser él y criarme es completamente duro, por ejemplo, aquella vez que fue a sorprenderme en mi apartamento de la universidad y me encontró bailando en ropa interior por la casa y a Octavio envuelto apenas en una toalla mientras bailaba conmigo.

¿Obvio me llevé la regañada de la vida porque puede que Octavio fuera el prometido de Vanessa y eso es altamente inapropiado y visitar a tu hija en la universidad sin avisar en el apartamento en el cual la dejaste no es inapropiado?

Mi papá no me habló por dos días y lloré como una loca y convencía. Arturo de pagarme un vuelo para ir a verle. Conocí la decepción en los ojos de ese hombre pero también el perdón.

No voy a olvidar lo que me dijo:

—Tu mamá y yo te criamos para ser la mejor en todo, para tener una vida fantástica, con la carrera de ensueño, hijos, un esposo, una familia que la ame y la respete. Ser la amante es todo lo opuesto Mily. Me da vergüenza, dolor y mucha tristeza que tú no admires lo maravillosa y valiosa que eres.

—Papá, sé que me equivoqué.

—Los dos sabemos eso. Yo solo estoy hablando de respetarte y amarte como te amamos Olivia y yo.

Mi papá me dio un abrazo fuerte y me llevó a comer a un restaurante. Solo nosotros dos. Voló conmigo a París de vuelta y se quedó una semana, haciéndome la comida y comprando telas.

Mi papá me ama.

Y yo tampoco estoy lista, papá.

Qué extraño el dolor, no entiendo por qué las patadas de estos dos hacen que me duela la cabeza de esta forma. Habib y París quiero que se controlen ya, mamá no se siente bien ahora.

Me duele mucho.

Me duele muchísimo.

El dolor se extiende a mis pies, qué grosería, mis manos.

—Nena, Mily, esto va a dolerte mi amor—dijo mi abuelo y me golpeó en el esternón.

Sí, sí duele.

Pero no puedo moverme. Intento de nuevo abrir los ojos. Intento mover un dedo o hacer un ruido, sin embargo, nada sale de mi cuerpo. Ahora al menos sé que no estoy muerta, tampoco viva.

¿Qué está pasando conmigo?

—No hay respuesta, Arturo

—No hay coágulos cerebrales. —dijo mi papá. —Mily puede estar muy sedada todavía.

—Hijo, nadie quiere que se muera. Solo hemos hecho varios TACS y nada de respuesta neurológica. No tenemos nada que respalde mantenerla viva y las contracciones son cada vez más seguidas.

¿Abuelo puedo tener contracciones en la cabeza?

Me duele mucho.

Okay esto se siente como morirse.

Hola, Dios, otra vez yo. Mily, la de siempre. Me duele todo, sin embargo, no los siento. Tengo mucho dolor y no tengo cómo avisarles. Ayuda a Paris y Habibi. Estoy pensando ese segundo nombre, exclusivamente, ayúdalos a ellos tres a sobrevivir. Tienes razón quizá sea mi momento de irme y trabajar en ser una mejor persona porque no es que me merezca descansar. Diosito, por favor. Olvídate de mí y encárgate de estas dos células que he estado incubando por meses. Dales una oportunidad. Tienen un papá maravilloso.

—Código rojo, traigan el equipo.—gritó Arturo. — ¡La estamos perdiendo!

Recuerden dejar sus comentarios sí o sí, porque esto está caliente. ¿Quién creen que es el papá de los gemelos y su hermanita? Esta Mily... ¿Ustedes hablan con dios como si fuera una entere vista de trabajo, amigos o todas?

El bebé del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora